viernes, agosto 31, 2007

MI VIEJO MORRAL CARGADO DE RECUERDOS

EL LIBRO DE LA VIDA

Con mi entrañable y viejo morral, repleto hasta la boca de preciosos recuerdos, he decidido que voy a caminar cada día por una calle distinta de nuestro querido pueblo de Jimena de la Frontera, y llevo dentro de mi interior, la certeza y la constancia de que de cada rincón de sus preciosas calles podrán salir a la luz poco a poco aquellas formas de vivir y de consumir existencia, que dieron configuración real al periodo más importante de mi vida en el pueblo.

Un poco cansado me voy a sentar en el marchapié de lozas de piedra resplandecientes , apoyando mi espalda en la pared junto a la reja de hierro repujado con caracolillos y barrotes fuertes que a duras penas dejaban ver lo que había en su interior como si tratase de ocultar y proteger la existencia y el vivir de algunos, lo que para muchos hizo no prestar atención de cómo vivían esas personas y sin darse cuenta fueron seres que sin ser malos, algunos, abandonaron la existencia terrenal con las cuentas repletas de dinero para disfrute de sus hijos o de sus nietos.

En este morral mio jamás faltó un trozo de pan duro y una esquina de queso, mugrientos por el paso del tiempo, pero fueron el legado de mis padres junto con este libro viejo cuajado de enseñanzas y de respeto para los demás y que ahora tengo entre mis manos con lágrimas en mis ojos porque escucho la voz de mi padre que llevándome agarrado de su mano me decía……..Currito hijo mío……vamos por esta calle José Antonio, que siempre fue calle Sevilla, fíjate disimuladamente en esas rejas tan bonitas por fuera, pero todos ignoran o saben muy poquito de cómo se vive por dentro, pero por suerte o por desgracia conozco las vidas de todos y la mayoría no son malos como creen la gente del pueblo, lo que ocurre es que el dinero hace a las personas distintas y se distinguen de los demás porque sus existencias están encadenadas al maldito dinero y sólo viven para preservarlo, ajenos a la mendicidad y necesidades de los pobrecitos que no tienen nada que comer, por eso tienes que huir siempre de esa forma de vida y lo que ganes con tu trabajo gástatelo y comparte lo que puedas con los que lo necesiten de verdad.

Por cada reja que pasábamos, mi padre apretaba su mano contra la mía y decía ….Los Rius…,Los Piñoneros…,Los Costellas,,,Los Raimos,,,,Los Medianos…, Los Durones…Los Ferreros…., pero yo no entendía realmente lo que queria decirme hasta que lo he leido en el libro de la vida que me entregó cuando tristemente se marchó para siempre.

Todos estos matrimonios pertenecientes a la generación de mis padres, vivian su aparante grandeza dentro de sus grandes casas, con enormes portones de picaportes dorados, amplios sajuanes alcanforados, salones de mimbre adornados de macetones y grandes-preciosas rejas ( que hoy se ven en chalet modernos procedentes de anticuarios y chatarrerías).

Todos eran generacionalmente ricos por herencia (propietarios de fincas de montes y campiña), el listón de la cultura en aquel tiempo era para todos el mismo( con dificultad las 4 reglas, leer regular y escribir para defenderse) lo que no permitia a nadie tener profundos ideales políticos pero se aferraban al lado de los poderosos dictatoriales para proteger sus propiedades y su ambición ilimitada de almacenar billetes.

En estas casas siempre hubo criadas y niñeras que pagaban por dos perras y media, pero sus padres tenían que estar agradecidos de que les diesen trabajo porque eran una boca menos que alimentar en casa y el mísero sueldo se precisaba para poder tirar adelante.

Los hijos de esta generación de presos detrás de esas enormes rejas, los que salieron inteligentes, pudieron cursar estudios fuera de Jimena con la supervisión de gastos de sus progenitores y los que no quisieron estudiar, se quedaron en el pueblo para montar bonitos caballos, conducir tractores y reirse del amor y de la vida de aquellos que por necesidad seguían precisando de sus migajas para poder existir.

Tuvieron la desgracia de que el amor verdadero no podia sembrar sus entrañas, como consecuencia de que no se mezclaban ni llegaban a comprender a gitanos, morrongos, parruzos y demás gente humilde y sencilla que en realidad eran la esencia y la base del progreso futuro de nuestro querido Jimena. Esta peculiar forma de proceder les hacía mezclarse solamente con los del mismo nivel económico y de ahí resultaban unos matrimonios cuyo único objetivo era el de unir propiedades y prolongar ese tipo de existencia pensando solamente en atesorar billetes que no gastaban ni en médicos.

El Libro de la Vida que me legaron mis padres, decía que ellos no tenían la culpa de haber nacido así y que como eran minorías en el pueblo, poco a poco se irian desengañando y dándose cuenta de que vivían equivocados y que el dinero no hace la completa felicidad.

La realidad que se va fraguando día a día confirma lo que dije anteriormente de que las clases humildes son la base del progreso y son numerosos los chavales que a fuerza de sacrificios de sus padres y de ellos mismos lograron estudiar con grandes dificultades y aunque les costase abandonar nuestro pueblo, se forjaron su propio porvenir para vivir dignamente como todos merecemos, sin necesidad de estar protegidos detrás de esas forjadas rejas, como guardianes de arcas repletas de dinero que no hacen la felicidad.

Sin querer, se me ha hecho largo el caminar en mis pensamientos, por este trozo de calle con grandes portones y esbeltas rejas por lo que es hora de recoger mis hojas desordenadas del libro de la vida, meter el mendrugo de pan y el trozo de queso en el morral para poder continuar otro dia mi relato, pero no antes de deciros que mi único deseo ha sido el de reflexionar y acercaros un poco a comprender las distintas formas de vida que aglutinan la ideología y verdadera forma de existencia de un buen pueblo como es Jimena de la Frontera.

domingo, agosto 26, 2007

LA CALLE SANTA ANA HACE 50 AÑOS - I PARTE

Nací un doce de Septiembre de 1946,en la calle Santa Ana nº 11 de JIMENA DE LA FRONTERA y esta calle con todo lo que representa, me ha marcado profundamente en mi forma de ser, tanto que a veces cuando paso por ella, no puedo evitar que las lágrimas broten de mis ojos y que se me haga un fuerte nudo en la garganta.

Mis primeros conocimientos del mundo exterior son grandiosos y los recuerdos aparecen como algo indescriptible, pero considero necesario explicarlos, porque siento como si tuviesen relación con nuestra propia existencia en el Universo y quizás al leerlo cualquier otra persona pueda establecer alguna comparativa de causalidad y sacarse algo positivo de ello.

Afloré a la vida cognitiva a través de imágenes maravillosas de paisajes , siendo yo parte integrante ,de los mismos como un trozo más de la naturaleza viva que tenia que abandonar y que todo mi ser se resistía a hacerlo. La primera imagen grabada dentro de mi es mi primo Sebastián Casita y mi hermano Sebastián corriendo delante de mi por un paisaje maravilloso de hierbas para acabar a cuestas de mi primo(porque yo apenas andaba) y de pronto nos vemos en el Arroyo Garci Bravo con aguas cristalinas, enormes juncos bordeando las orillas y yo disfrutando como participe de aquella escenificación de la propia naturaleza a la que yo pertenecía.

Otra imagen que recuerdo es sentadito en una mesa y delante de mí aparece el tablero del juego de la Oca al que me integro rápidamente disfrutando de los paisajes tan bonitos que allí veía….aquellas aguas azules, bordeadas de hierbas, las majestuosa ocas y aquella casita en el centro…..
En realidad no se si se me está comprendiendo, pero lo que quiero decir es que pueda que exista algún tipo de relación entre las primeras imágenes que recordamos de nuestra existencia y la naturaleza de la que venimos.
Dicho todo esto, el primer recuerdo real con el que cuento es el verme sentado en el escalón de mi casa con unos cuatro años y al pasar mis hermanas Isabel y Juana,se agacharon delante de mi y me enseñaron lo que había dentro del brasero de cobre que por sus dos asas portaban y entre las basuras había un rebujón de pasto y dentro unos ratoncitos colorados pequeñísimos que yo quería para mí y que sin remisión acabaron en el Barranco Fajardo.
“LA CALLE SANTANA”

Estuve poco tiempo viviendo en la Calle Santa Ana pero parte de mi primera infancia estuvo vinculada a ésta y eso hizo que conociese a todas las familias que vivían desde un extremo de la calle al otro.
Cuesta trabajo escribir sobre una realidad inexistente ya, pero creo que puede darnos una idea de aquella JIMENA que me tocó vivir con tanta intensidad.
Las casas aparentemente no han sufrido muchas modificaciones, pero lo que es la calle estaba empedrada con piedras que brillaban por el desgaste del paso de los animales herrados, el desnivel de las casas de una acera con respecto a la otra era tan acusado que para salvar este desnivel estaba todo empedrado de arriba a bajo en forma de bancales de mayor a menor y de todas formas las casas tenían escalones para poder entrar. Nadie podía evitar que creciesen las hierbas en la calle lo que para mí tenia un aspecto muy bonito por lo natural y el olor …. Ese olor que conforme andabas, te hacia pensar en el puchero que lentamente se cocía con sus garbanzos en el fuego, en el potaje de chicharitos, el arroz con carne y esos refritos preparados con aquellos tomates, pimientos, ajos y cebollas …que desprendían un aroma que no se puede olvidar y que los refritos de hoy en día no tienen o quizás me lo parece a mí pues por entonces todos los días comíamos el puchero en mi casa y quizás eso nos hacía desear lo demás.

La calle tenía bastante tránsito de animales como cerdos, pavos, gallinas y sobre todo los vendedores con sus burros cargados de frutas, el pescadero, panaderos, caleros y esos “afilaores” con su música que se dejaba oir por todo el pueblo, amén de los que vivían allí y dependian del campo con los animales algunos dentro de las casas.
Cerca de mi casa estaba la Zapateria de Fajardo donde una cuadrilla de catorce o quince zapateros formaban parte de un taller en el que se confeccionaban todo tipo de calzados para el campo( Botillos, borceguíes, sandalias) y para el pueblo ( botas, sandalias finas y zapatos de vestir), amén de otros artículos de piel como “precisos”, muñequeras, correas para la cintura, leguis, polainas, mosqueros y hasta alforjas de cuero para las monturas. Esta zapatería era entonces una de las mas importantes del pueblo, pues existían algunas más de cierta importancia.
Hablar de la calle Santa Ana es hacerlo como si se tratase de una gran familia y el andar por ella era como si estuviese uno dentro de su propia casa ya que todas las caras eran familiares y te hablaban llenos de ternura y amor fraternal.

En este relato de mi calle, me he propuesto no tener prisa, pues quiero describir dentro de mis posibilidades memorísticas casi todas las familias que recuerdo como parte integrante de aquella calle-familia, pidiendo disculpas de antemano ya que yo conocia perfectamente a las personas que en muchos casos se les nombraba por apodos, causa que hacia el que desconociésemos los apellidos y hasta los nombres a veces.

Cerremos los ojos y pensemos en aquella calle “Santana” de hace unos 52 años, como si viniésemos del Paseo Cristina y de pronto aparece nuestra calle toda de piedras “rebolluas” y a cada lado de las casas un largo “marchapié” de lozas grandes y cuadradas que permitian el acceso a las casas. Antes de entrar en la propia calle había una pendiente empedrada también y que conducía a la calle Quirós. Desde esta entrada se divisaba perfectamente primero y muy cerca una especie de barranco llenito de cardos borriqueros y biznagos terminados en flores blancas y si levantabas la vista divisabas aquel “Llanito” donde tanto jugamos a la pelota los niños y donde tantas veces se efectuaban por las tardes entrenamientos de tiro al plato con aquella máquina manual y rústica a la que colocaban los platos y le hacian girar los brazos hasta oirse el “clic” y ese montón de niños todos apretujados con las bocas abiertas, viendo como Paco Boza apostado entre los tiradores esperaba la voz del tirador que decía….Preparado….. contestando Paco Boza…. ¡listo! Y a continuación pedía el tirador ¡Plato…! Y de un fuerte tirón salían los platos volando para unas veces ser destrozados con maestría y otras se iban para la “roaera” seguidos de nuestras miradas atentas ya que después los buscábamos pues algunos no se rompían. Parece que estoy viendo a Paco Pérez, Salvador Corbacho, Cayetano Lobillo, Justo Garzón, Juan Sánchez, Ricardo Gómez, Manuel Vargas, D. Juan Marina y muchos más que eran aficionados a este deporte y que “ El Llanito” era para ellos tan importante como para nosotros.
Como suele pasar contemplando el paisaje que se divisaba no he podido dejar de contar esto del futbol y del tiro al plato. Pues bién en la primera casa de la acera de la derecha vivía con su familia Señó Alfonsito el del Chorrito, un hombre muy viejecito que despachaba el agua en el chorrito del Paseo Cristina ( de ahí su nombre) y cuando falleció, se marcharon de allí y la casa la ocuparon una señora mayor con dos hijas y que se les apodaban “Las Vaqueras”, una de éstas casó con Juan Plata y la otra creo que con Rafael de Casas. La siguiente era una casa cerrada pues pertenecía a una familia de estas que vivían en el campo y venían para las ferías y fiestas nada más por lo que daba tiempoa crecer la hierba y tenía en la puerta hasta alberrazas. A continuación con cuatro lozas brillantes grandes en la puerta estaba la casa de Antonio Martín ( Tramilla) que era una familia trabajadora pero bien acomodada porque tenían varios cortijos. La hija mayor Dolores Martin Moya se casó con Bartolo Gutierrez y Juani con Lorenzo Gutiérrez( dos hermanas con dos hermanos) y después estaban Antonio y Pepe( con este último tuve mucha amistad ya que al ser de mi edad jugábamos juntos con Miguel Peláez en aquellos “canchos”). La casa siguiente estaba mucho más baja en un desnivel salvado por unos escalones de lozas contrastando mucho con la puerta anterior ya que esta era de pedazos de tablas despintadas sin sajuán de entrada ni nada con el suelo de ladrillos todos hundidos y vivía una familia extraordinaria muy mayor que vendían tomates, pimientos, rábanos, cebollas y demás verduras allí en la casa y por la calle la venta la hacía el hijo mayor que se llamaba Antonio y que el pobre no estaba bien de la cabeza por lo que los chiquillos nos metiamos mucho con él pues lo llamábamos “ Diego” y siempre contestaba con enfado soy ¡Antonio…! y para colmo contábamos hasta diez diciendo..un..go…dos..go…tres..go y al llegar a diez fuerte …DIE…GO y corría detrás de nosotros y tampoco aceptaba que se le diese mas dinero de lo que el padre había estipulado por las verduras.Unos pasos más y estamos en la puerta de Márquez y Salvadora, este hombre me parece que era contrabandista y tenían dos hijas y un hijo que se llama Salvador que estaba de aprendiz a zapatero con Fajardo y eran primos hermanos de los Segóvias de la Huerta La hija mayor me dio una vez un guantazo en una procesión de Semana Santa pues creia que yo la habia pellizcado y la obligué a pedir perdón porque yo no había sido y ella lo comprendió perfectamente aunque éramos pequeños. Dos o tres pasos más y nos encontramos ante la puerta de Ana Martín, que era una señora muy mayor viuda que vivía sola de su trabajo, pues tenía una máquina de aparar giratoria ( cosia cortes de zapatos, sandalias, tordos, lonas y cosas duras) pues su marido había sido zapatero y la pobre tuvo que continuar trabajando siempre a pesar de que tenía una enfermedad en la piel, fue siempre muy respetada y admirada en la calle, yo la conocí de niño bastante porque los trabajos difíciles de aparados se los llevábamos nosotros y se lo pagábamos, en estos menesteres era una verdadera artista presentado los trabajos de cosido pero aquella mujer tuvo que pasar mucho con su soledad y escasez de recursos ya que en vida del marido había estado muy bien.

Hagamos una pequeña pausa porque a continuación había un caño grande en la parte baja de la pared que cuando llovia absorbía el agua y la pasaría a la calle Quirós seguramente y justo aquí estaba la Carpintería de Felalo el del lápiz(siempre el lápiz en la oreja), también quiero que me perdonen sus hijos José y María a los que aprecio bastante pero es que no sé cuales son sus apellidos, buena gente también donde los huibiese, trabajadores como ellos solos y formales, pues mi padre era cliente de este Sr. Y yo de pequeñito le pedia taquitos de madera para hacerme los caballitos poniéndole dos orejitas de material y un rabito ( eran mis juguetes preferidos…..que tiempos aquellos…). Era yo pequeñísimo y no se porqué siempre estaba metido en casa de Señó Manuel de las Hesillas y su mujer que les gustaba jugar conmigo y mis hermanos y que era la siguiente casa, sólo recuerdo que eran también mayores y siempre sentados en la mesa c amilla de la entrada de la casa.Después al fallecer estos, la casa fue ocupada por Frasquito Muñoz el de la luz y que su hijo Manolo fue electricista del pueblo como el padre, se casó con la hija de Bañón Arébola y después se colocó en Acerinox y que aún vive, conociendo a su hija que es maestra y a su yerno Pepe Mota ( buenas personas de verdad). La siguiente casa era la de Frasquito Pérez y su esposa Isabel Cano con su hijo “Canito”, muchas veces que Isabel Cano me llevaba a su casa porque había trabajado en casa de mis padres durante muchos años y había ayudado a criarme y por eso la queriamos todos nosotros muchísimo, su marido trabajaba en el campo y era una excelente persona, en aquella casa, Isabel tenia un pequeño taller de costura con lo que se ayudaba a seguir adelante. Su hijo Canito con pocos años ya estaba en la zapatería de mi padre aprendiendo a zapatero y allí estuvo hasta que se fue a la mili y después se hizo guardia civil, ahora vive en Algeciras ya jubilado y cada vez que le veo me da una gran alegría porque llegó a ser uno más de nosotros en nuestra casa y su presencia me recuerda a mis padres porque siempre tuvo este Canito grandes ocurrencias sobre todo con Andrés Sánchez Piñé ( El Larguito ).Unos pasos más y estamos en una enorme casa toda reformada con un patio grandísimo en la entrada repleto de grandes macetones con “helechos” y “trompetones”.Esta casa era propiedad de los Sánchez del Carrizo y la tenían para uno de ellos que la habitaba esporádicamente y se le llamaba por la “Casa Grande de los Sánchez”. Contrastaba mucho la siguiente casa ocupada por un matrimonio algo mayor con una hija y allí había una pequeña tienda de alimentación que este matrimonio llevaba con esfuerzos porque la hija me parece que se llamaba Lucrecia y la chica no era normal, pero sus padres siempre estaban pendientes de ella, pero un buen DIA vendieron la casa y se marcharon de Jimena por lo que la casa la compraron y continuaron con la tienda los padres de Juan Gómez el cartero y allí fue donde se crio Juanito bastante amigo mio ( Heredero del secreto de hacer la “liria” para cazar pues lo enseñó Francisco Fajardo Gómez).La siguiente vivienda tenía un escalón de piedra muy estrecho y alto para evitar la entrada del agua de lluvía que daba paso a un salón cuadrado con una mesa camilla(sin paño) en el centro y la típica cómoda con el mármol encima, en sentido descendente estaban las demás habitaciones y la cocina al fondo del todo, con una puerta al lado que conducía a una cuadra y posteriormente a un enorme patio con puerta de salida a otra calle( junto a la casa de los “melojas”). Con los ojos cerrados podría describirla detalle a detalle y aún percibo el olor característico de esta casa a pimientos, tomates, membrillos, cebollas, habichuelas verdes, naranjas etc. etc. porque allí vivian mis tio José Hormigo y mi tía Isabel (hermana de mi madre) que tenían arrendada a los Castillas la Huerta del Arrayán y con el burro traían todas la semana la carga que en el saloncito de entrada mi tía y mis primas (Pepa e Isabel) vendían a la clientela de siempre. La mercancía aparecía colocada en unas grandes espuertas de empleita de palma y los melones y sandías perfectamente colocados en el suelo, sobre la mesa la pequeña romanita que se enganchaba en una cuerda triple con un platillo de metal. Es fácil recordar esto porque yo era muy pequeño y siempre estaba allí hasta que mi tía me daba la “zamboa”, el membrillo ó la granada mollar que tan buenas estaban y el olorcito que desprendían, fueron muchas veces las que me llevaron al campo cuando no tenía colegio y permanecía en El Arrayán hasta diez y doce días, cazando pajaritos y jugando con mi tío que me quería bastante.

LA CALLE SANTA ANA HACE 50 AÑOS - II PARTE

La casa contigua, tenía las mismas características de la anterior y recuerdo que vivía el que fuese mi amigo por bastante tiempo Pedro Sánchez Mostazo ( Pedro Pelota), su padre se llamaba Juan y era bastante mayor pero muy aficionado a la caceria de conejos con aquella vieja escopeta que no cambiaba por nada del mundo con su pájaro de perdiz y un perro negro de caza extraordinario por el que le ofrecieron bastante dinero y no quiso vender. Eran el matrimonio, el hijo mayor Manolo que tenía un caballo tordo de sangre hispano-árabe con el que ganaba todas las carreras que por entonces se hacían en la zona, después dos hermanas también mayores que iban mucho a las procesiones y a la iglesia y Pedro que era el más pequeño con el que me aficioné a fumar cigarros peninsulares y celtas porque no teníamos nunca ni una peseta encima. Esta familia se marchó a Barcelona y allí rehicieron sus vidas porque en Jimena no habia trabajo de ninguna clase.
La casa siguiente era la mía, donde yo había nacido, realmente esta casa hace esquina calle Santa Ana- Calzada y precisamente por ser la mía es de la que menos recuerdos tengo sólo me acuerdo del saloncito a la entrada y unas escaleras pendientes que conducian al soberao, resulta curioso que pasen estas cosas, pero es que me fui pequeño a la calle Sevilla, pero al tener toda mi familia aquí hubo un tiempo en que siempre estaba en mi calle de nacimiento y todos me apreciaban muchísimo.
No sé si resultará aburrido el continuar con la descripción de esta calle tan importante para mí de Jimena, pero no sé porque siento la necesidad de continuar, quizás porque aquella gente era tan humilde y tan buena que se merecen todos que se les recuerde con el cariño que yo lo hago, aunque la mayoria no existan ya.

Cruzamos la “reguera” de la calzada y continuamos nuestra entrañable descripción y aquí tenemos una puerta, como todas antigua con su gran postigo, y como hoy se hace con las cámaras, nosotros si ellas , pero con nuestra memoria, nos colamos dentro y parece que estoy viendo a aquella gran señora Maria La Torre como decíamos nosotros, bastante alta, cara alagarda, ojos grandes y espléndida sonrisa, era soltera y tenía dos sobrinas una muy alta llamada Maria Jesús y otra más pequeña, también vivia en aquella casa su hermano Diego Latorre, un hombre altísimo y muy delgado que siempre estaba dando bromas, tenían un campo no se si por Zambaza o Marchenilla porque les gustaba regalarme meloncitos pequeños, sandias y a veces en invierno alguna que otra morcillita y ristra pequeña de choricitos, se portaban muy bien conmigo y les gustaba darme bromas por lo que entre esta familia y la mía habia una sincera y reciproca amistad.

La casa siguiente era el taller-zapatería de Fajardo( que fue Juez de Paz de Jimena durante muchos años), aquí unos 15 operarios fabricaban zapatos, botillos, sandalias y se hacían también reparaciones de calzado. Francisco Fajardo Gómez y su esposa Maria Gracia Herrera fueron un referente importante de seriedad y bondad en la Jimena de entonces( tengo un pequeño artículo que habla un poco de ellos “Azaña” un Gato con suerte).
A continuación había una casita con una puerta bastante estrecha y vivía una señora mayor que se llamaba Señá Dolores Montero y que era la abuela de los Collados( Juan que marchó al ejército, Alfonso guardia Civil, José Maria policia nacional y Angelito que se marchó a Ubrique), estos eran pequeños y entraban y salian mucho de casa de su abuela.
Me estoy sorprendiendo yo mismo, porque no me creí capaz de poder recordar a toda esta buena gente, pero sin esforzarme, parece que los tengo a todos sentados junto a mi lado, diciendome ahora me toca a mi y es una lástima porque muchos desaparecieron hace infinidad de años porque eran todos muy mayores y yo bastante pequeño pero mi sensibilidad hace que les tenga a todos presentes y creo que eso es bueno ya que nos enriquece y nos hace ser mas fuertes.
Una entrada más amplia con el escalón de ladrillos era la casa de los Sánchez del Carrizo, aquí vivia el padre con sus hijos Rosario, Alfonso, Francisco, Antonio y Andrés, todos muy trabajadores pero propietarios del Carrizo y Las Mesillas, asi como de “El Polvorín”, también ratoneaba yo en esta casa mucho y la verdad es que tenían de todo pues hacian buenas matanzas todos los años, contaban con aparceros, poseian vacas, cerdos, cabras, ovejas etc. etc. y lo que más me gustaba a mi eran los caballos padres de una raza negra preciosa y con el porte que estos Sánchez manejaban aquellos jacos tan enormes y para colmo poseian también la raza de burros-padres muy grandes y cobraban por efectuar los cruces con sus caballos y burros. Estos se fueron casando y ocupando distintas casas en la calle y se repartieron los cortijos.

Lo siguiente que viene es la barbería de Mateo que vivía con su hermano Lorenzo y con su madre “La Cabella”. Directamente de la calle se entraba a la barbería y la vivienda estaba detrás. Había dos sillones de aquellos antiguos con el asientos y respaldar de rejilla de palmas y el apoya cabeza se le ponía un papel cada vez que cambiaba de cliente, esta familia era muy humilde y de tanta necesidad que pasaron los tres, estaban muy delgados y enfermos. La Cabella (de apellido Cabello) trabajaba limpiando en las casas y como había tantos barberos en Jimena ocurria que el hambre casi todos se la quitaban a guantazos. No puedo dejar de decir que Mateo hubiese sido ( de tener oportunidad) uno de los mejores músicos del mundo pues yo era un crio pero parece que le estoy viendo junto al sillón de pelar tocando el violín con aquella maestria incomparable y lo curioso es que tenía sus partituras delante, tocaba el piano, la trompeta, guitarra y bandurria por lo que se ayudaba un poco dando clases, pero estaba muy mal pagado estas cosas porque no había dinero para nada. Para que os deis cuenta que no exagero el era el que afinaba y tocaba el órgano de la iglesia en Navidad, Semana santa y demás festividades y oyéndole te transportabas al cielo por eso repito que si hubiese tenido ayuda Jimena habria sido famosa por ser cuna de un artista importante, de todas formas la modernidad se ha agarrado a los festivales de música y ya que hablamos de esto no se puede olvidar a otro que vino después y que era Juan Corbacho también tocado por el don de interpretar la música aunque no tanto como nuestro Mateo de la calle Santa Ana..
La vivienda de al lado, era una de esas que siempre estaba cerrada y a continuación con una plataforma de lozas en la puerta para poner mesas, estaba el Bar de José Barranco que estaba casado con Angelita y tenían tres hijos un varón llamado Esteban y dos hijas, también tenia yo bastante relación porque Barranco era el padrino de mi hermano Triani, pero siendo yo pequeño recuerdo que se fueron a La Línea donde pusieron un bar en la Plaza que todavía existe y que se llama “Bar Los pellejos”, después el Bar lo puso Guillermo Parra , después lo compró El Corro ( que me perdone pero no se el apellido tambien le decian el cachorro casado con la hija de Manuel Segovia) y posteriormente lo adquirieron los Pérez.
Otro callejón que conduce al Llano de la Victoria y donde había un cuartito donde estaba la Barberia de Juan Pajarez.
Cruzamos el callejón y estaba la casa y tienda de Maria Manuela, yo la conocí bastante mayor con su hábito siempre y muy beata ya que tenía hasta reclinatorio propio en la iglesia , tenía dos hijas una Aurora y la otra Eulalia que casaron con Parauta y con Juan Márquez respectivamente.
Después había otro par de casas cerradas y llegamos a la Barbería de Medina que fue soltero durante muchos años y me peló varias veces gustándole de hacerme rabiar con sus bromas, se casó con Esperanza Parra y no tuvieron hijos hasta que se marchó a Algeciras y estuvo de portero de un bloque cerca de mi casa y le saludaba todos los días, aún vive su esposa que ya es muy mayor.
Pasamos el callejón de la calle Velasco ( siempre creí que se llamaba “Velas” porque faltaban las dos últimas letras) y venia la casa de Frasquito el Lolo y Ángeles MENA donde vendian carne y chacinas y la última casa que yo considero por esta acera perteneciente a nuestra calle era la de Pedro Carretero casado con la hermana de Victoriano Sánchez, éste era zapatatero y trabajó muchos años con mi padre pero le llevábamos el trabajo a su casa donde lo hacía, tenía seis hijos creo( Juan M. Pepe, pedro, Victoriano y dos hijas) y se marcharon todos a Barcelona menos Juan Manuel que sigue viviendo en el pueblo.
Creo que es más que suficiente para ver la grandiosidad de nuestra calle Santa Ana y como viviamos allí pues sin exagerar cualquier persona igual que yo recordará a todos sus vecinos de su calle porque éramos como una verdadera familia cosa que ya poco a poco en los pueblos se está perdiendo porque en las ciudades con los pisos hace ya bastante tiempo que no nos conocemos ninguno como me sucede a mi en Algeciras y la verdad que es una pena y me causa tristeza pero el progreso trae otras formas de vida que no puedo tachar de mejor ni peor pero si de distinta.

FANTASMAS Y SUPERTICIONES EN MI INFANCIA

Entre los niños de mi edad, había unos cuantos siempre predispuestos a contar con mucho misterio la existencia de fantasmas e historias de almas atormentadas que vagaban por el pueblo, así que recuerdo una vez que estabamos en el “Llanito” todos formando un corro bastante apretujados y muy atentamente con frio y miedo escuchábamos lo que estos aventajados del misterio de ultratumba nos contaban……

Decía muy pausado en su relato Perico Rata ( Pedro Cano Ramos)….En la calle Yustos todas las noches sale un fantasma que arrastra cadenas y hace un ruido muy raro y nadie se atreve a abrir las puertas por miedo a que se los lleve y los conviertan en seres de ultratumba. Yo estaba tan “embobao” que no me percaté de la decisión tomada de ir a cenar y después juntarnos todos en las cuatro esquinas para subir a la calle Yustos y ver de cerca los valientes, aquellos poderosos fantasmones. Cuando cené salí a la puerta y allí estaban todos decididos a completar la aventura, por lo que me incorporé con los más arrojados, que fuimos cuatro ó cinco, ya que los demás se rajaron por miedo casi todos o por temor a las represalias de sus padres.

Nos fuimos por “El Barranco Melgar” y nos metimos por el caño de “Los Moriches” que accedía a la calle Yustos y en la salida permanecimos agazapados durante un buen rato y a la altura de la casa de Mariana la Collá, apareció de pronto un fantasma que como no eramos tontos nos dimos perfectamente cuenta de que era una persona con una sábana por encima que decía guru…guruuuu, guruuu. Pero algunos se asustaron y nos contagiaron el susto por lo que nos queriamos meter todos de una vez en el caño y nos hicimos pequeñas heridas y roturas de ropa. Como es natural a los que estaban esperando se lo contamos todo deformado y lleno de misterio y mentirolas.

Una noche, estábamos jugando en “La Hermita”( Frente a Manuel Vargas) y a uno se le ocurrió la idea de que fuésemos al Risco para ver de cerca de “Mariquita la Zulá” y como se decía ..cobarde.. el que no venga…, pues nos armamos de valor y subímos por las lajas dando tropezones y nos postamos detrás de unas piedras desde donde se vehía perfectamente “El Llano de la Pipeta” y esperamos durante un tiempo con mucho miedo dentro del cuerpo a que apareciese nuestra “Mariquita La Zula” que según decían antes de morir habita tenido una cruel existencia y se aparecia en el Risco con un velo transparente negro que le cogia todo el cuerpo y en la cabeza llevaba un especie de “escupidera” blanca con velas encendidas. Aquella noche no aparecía y al oirse un ruido extraño, salimos todos corriendo muertos de miedo y cada uno contaba lo que le parecía después al día siguiente.

Perico…una noche de verano que estábamos descansando en los escalones de las cuatro esquinas, nos explicó que eran muy bonitos los “Fuegos Fátuos” del cementerio y que había que ir en una noche oscura para verlos , así que primero fuimos al Barranco la Silla donde el sabía que había un gato muerto podrido desde hacía tiempo y efectivamente aquella noche la piel y huesos del pobre gato estaban iluminados por una extraña fluorescencia y continuo diciendo…. Esto no es nada comparado con los fuegos fátuos del cementerio por lo que con bastante recelo cogimos por calle El Sol, Callejón de Pedro Dionisio, Arco del Reloj, Aljibes y nos agarramos todos a la cancela de hierro del cementerio, temblando como monos, pero no se vio nada extraño y todos salimos corriendo sin parar hasta las cuatro esquinas para contar nuestra odisea a los más cobarditas.

Lo referente al “tio de la Sangre” se le daba a Periquillo muy bien el contarlo y lo hacía desde distintas versiones pues unas veces eran unos hombres con “babis” blancos y maletas donde llevaban los tarros llenos de sangre de los niños que mataban y otras iban disfrazados de monjas. Podeis imaginaros cuando íbamos por aquellos canchos como mirábamos con recelo por todas partes y una vez vimos a dos monjas que venian andando para el pueblo y empezaron a llamarnos para preguntarnos algo y por poco estoy corriendo todavía y después las pobrecitas estaban pidiendo casa por casa en el pueblo, que las vimos más tarde.

Como veis nuestra infancia fue muy feliz, gozando de una plena libertad, porque no había coches ni otros peligros que hoy acechan a la niñez y juventud, lo que hacía también que nuestros padres se despreocupasen de nosotros que nos enriqueciamos de nuestras propias experiencias.

sábado, agosto 25, 2007

EL CABALLO TORDO DE "EL MATARROCÍN"

Amaneció un día expléndido, de esos que sin recordár porqué, pero de los que no había clases, y estaba desayunándome mi rebanada de pan tostado con las sobras( mi padre decía “residuos”)de la pringada de la noche anterior, cuando una señora que pasaba por la calle, dice…. ¡ en la puerta de Frasquito Segovia hay un caballo que se ha caido desde lo alto del Matarrocín y no se puede levantar ¡.

Tardé dos minutos en comerme aquello y beberme el café a buches como pude y salí corriendo y en un minuto estaba yo delante de aquel caballo tordo tan precioso con aquella culata tan redonda terminada en una larga cola de cerdas transparentes.

Ante tanta multitud de personas alrededor, el pobre animal nos miraba con tristeza y como sorprendido, intentaba inútilmente de incorporarse pero le resultaba imposible ya que en su espina dorsal, visiblemente se observaba un desnivel que presagiaba una rotura de columna como así confirmo unas horas después el propio veterinario que se desplazó hasta allí para reconocerle.

Para explicar un poco lo que era el Matarrocín os diré que era el callejón de comunicación entre la calle Yustos y la calle La loba, que al ser tan elevado el desnivel y empedrado de piedra y lozas, presentaba una pendiente bastante peligrosa y seguramente a esto obedecía el nombre de “matarrocin”. Quiero recordar que allí vivía con su mujer y sus hijos el primo de Jacinta Boza la de la tienda y que ahora conoceis todos en el pueblo pues Angeles y Jacinto tienen cada uno un bar en lo que antes era de los Cuenca( creo que eran varios hermanos Manolo, Pepín, José Luis, Jacinto y Ängeles).

Frente a esta familia del Matarrocín, había un “caserón” todo caido y una parcela en la que Márquez el contrabandista dejaba por las noches aquel precioso caballo sin percatarse de que la pared que daba la calle Yustos no estaba alambrada por lo que aparecia completamente cortada y con una altura bastante considerable con precipicio a una calle completamente empedrada de “rebolluos”.

Probablemente el bonito animal, estaba soñando con sus proezas y correrias delante de los guardias y comenzó un desenfrenado retozar y pisando una piedra del borde, que se desprendió, cayó al vacio para tristemente no levantarse jamás.

Aquello fue un triste acontecimiento que casi todo el pueblo pudo presenciar con pena de ver aquel animal sufriendo sin remisión, hasta que aparecieron mi hermano José y Manolo Heredia con nuestro burro negro(llamado Mariano) con los tiros de nuestro molino de curtido colocado y terminados en unos ganchos. Manolo que era curtidor en la teneria que mi padre tenía en la calle Quirós y además hábil carnicero, por orden del veterinario acabó con el sufrimiento del bello solípedo, alli mismo en la puerta del nombrado Frasquito Segovia y, enganchado al burro fue arrastrado desde Yustos, pasando por Sevilla, Calzada, Quirós hasta “Las Roaeras”, donde fue desollado y aunque parezca sorprendente acudió medio pueblo a recoger carne, pues el caballo estaba gordísimo y sano. En esos días mucha gente comió carne de caballo por primera vez en su vida y aunque mi madre no quiso que se trajese a mi casa yo fui a lo de Manolo Heredia y la probé frita con tomate que la habia guisado mi prima Isabel.

Hubo un chavalín que fue corriendo a su casa y le dijo a la madre….. mamá….¿ te traigo el corazón … que es como la cabeza de un gorrino…..? y la madre le persuadió de aquella barbaridad.

Estas son las cosas de los pueblos que suceden y el tiempo las borra y que como siempre suelo decir, es necesario recordarlas y escribirlas para constancia de los que vienen detrás.

Seguramente muchos años antes de este suceso debió ocurrir algo parecido con algún otro “rocín” por aquello del nombre Mata—Rocín con el que siempre conocí este callejón.

jueves, agosto 23, 2007

NUESTROS JUEGOS INFANTILES EN JIMENA DE LA FRONTERA.(1946-2007)

Escribir de memoria , da como resultado posibles imprecisiones que como es lógico se pueden resolver, elaborando consultas y contrastando opiniones, pero en este caso, podemos dejarlo para que el que se acuerde bien de un juego lo escriba y lo envie a TIOJIMENO y quizás de esta forma podamos tener todos nuestros juegos infantiles perfectamente catalogados y clasificados dentro de un periodo de tiempo determinado y sobre todo de estos juegos que con el paso del tiempo, se van perdiendo y pueden ser recuperados que como es lógico pueden servir para obras de teatro, películas( en representaciones de escenas antíguas), al igual que sucede con nuestros motes y nuestra forma de hablar que tienen sus secciones en nuestro periódico digital( con permiso de Ricardo ).

En los juegos era muy determinante el “lider” que era el que decidia a que se iba a jugar, aclaraba las normas a las que habia de someterse todos y al mismo tiempo se erigia como el director de escena.

Cuando en algún juego habia que elegir a los participantes, para saber que componentes elegian primero a los suyos, estaba la regla de “Echar a Hecho” que consistía en ponerse dos (uno de cada grupo) enfrente cada uno y se empezaba poniendo un pie a continuación del otro y alternando los dos participantes, pero cuando los pies estaban frente y no cabía otro, al que le correspondía efectuaba el corte diciendo “corto….” Y ese era el que elegia primero al primer participante.

A LILLO- LILLO…..A LAZO – LAZO

Nº de participantes ………….. indeterminado ( pero siempre pares)
TRAMA DEL JUEGO:

Todos agarrados de la mano formaban un corro cerrado y en el centro se ponía el primero que hacía de Capitán y éste con su mano extendida iba tocando a los componentes uno a uno y diciendo al mismo tiempo: A lillo…lillo….A lazo….lazo, escopetilla-escopetazo, agua, fuente y monta tú encima de éste y acto seguido se montaba uno a cuestas del otro y salian corriendo hasta un lugar previamente determinado. Se volvia a repetir la misma fórmula hasta terminar de enviarlos a todos al lugar previsto y el último que queda libre, lo cogía el Capitán por las orejas, al mismo tiempo que decía: Ahí va mi gavilán, con cuatro uñas de gato y si no me trae ná las orejas se las arranco. El gavilán salía corriendo detrás de los componentes, si conseguía coger a alguno lo traia al Capitan y ese era el que se quedaba después elegido como gavilán orejero para la segunda ronda de juego ó si por el contrario no conseguia coger a ninguno, le tocaba otra vez de ser el gavilán orejero.(además el Capitán le hacia ponerse de rodillas y le levantaba por las orejas.

Algunos de los juegos que se podría ir describiendo poco a poco serían: EL MORO VIENE, EL CARRO LA CORREA, ME LAS ESTIRO CON ANGARRO, VALLOY, CARLITO MIO, LAS CUATRO ESQUINAS, DESCRIPCION DE LOS AROS Y SUS JUEGOS, LOS CAJILLONES, EL PIQUIN, EL TROMPO Ó CHICA Y SUS MODALIDADES, LAS CASILLAS ( CON HUESOS DE CIRUELAS JAPONAS), LOS CATES (CON TÁNGANAS Y PERRONES),LOS CHUPAPIEDRAS, TRABUCOS CON AGUA, CANUTOS DE BIZNAGOS CON SEMILLAS DE EUCALIPTOS, ALLÁ ARRIBITA ARRIBITA…..HABIA UNA MONTAÑITA, A BURRA, A LA CHUMBA, A FUTBOL CON BOTONES , A LOS BOLINDRES (DISTINTAS MODALIDADES) ETC. ETC. ETC.

sábado, agosto 18, 2007

REFLEXION SOBRE LOS CONTRASTES DE NUESTRA VIDA

Huyendo un poco de la clasificación tradicional de las distintas etapas de nuestra forma de vivir ( infancia, adolescencia y senectud ), no se porque me he despertado hoy con la obsesión de reflexionar sobre los contrastes que experimentamos en nuestro particular forma de vida desde nuestro nacimiento hasta que nos convertimos en longevos.

En la Naturaleza, hace explosión nuestro vivir de golpe como cualquier otro ser, por insignificante que lo consideremos, desde ese preciso momento ya somos parte integrante de una comunidad que nos impregna de su propia existencia, pero que si reflexionamos un poco y pensamos, nos damos cuenta que desde ese preciso instante ,no tenemos conciencia exacta, pero si un presentimiento interior de que pertenecemos a algo bello y grandioso, distinto de la opacidad a la que hemos estado sometidos en el vientre materno.

Ese primer abrir de ojos y observación atenta de la nueva realidad, supone también el primer contraste brutal entre dos realidades distintas, por lo que superado en unos días , placenteramente nos entregamos por completo a devorar existencia acaparando con egoismo todo tipo de sensaciones, hasta que paulatinamente, sin darnos cuenta, adquirimos la capacidad de comunicación con nuestros semejantes por lo que ya el primer contraste con la realidad ha desaparecido e inmersos en esta nueva realidad no paramos de adquirir conocimientos de forma relajada y feliz hasta que cumplimos aproximadamente catorce años cuando nuestro cuerpo hormonalmente se predispone a otra forma de vida totalmente distinta y es aquí cuando aparece otro brusco contraste en nuestra forma de pensar, de relacionarnos con nuestros semejantes y de no estar conformes con la mayor parte de toda la existencialidad y aparece la disconformidad tan acusada en esta época de nuestra vida. Es tan grande el contraste de vida entre las dos etapas fronterizas que cuando termina y se pasa a la siguiente, resulta un ser totalmente distinto con nueva forma de pensar y de vivir que nada tiene que ver con la anterior etapa. Las normas de conductas que la rigen son firmes durante durante quince años con tendencia poco a poco a ser más flexibles en los comportamientos y actitudes para con los demás y se va reconociendo que no siempre somos partidarios de la verdad y dejamos de vernos como los mejores para reconocer que otros pueden ser mejores que nosotros en todos los aspectos. Esto sucede a los cuarenta y cinco años más o menos cuando empezamos a notar el contraste de la nueva etapa.

Es a partir de aquí cuando se va aceptando nuestra debilidad psiquica y física y se entra en la etapa del cansancio y desgana por el trabajo, apareciendo las justificaciones mentales de que todo es para nada y que nada merece la pena, aparecen en muchos casos los nietos y nos convertimos en la permisividad en persona y se buscan nuevas vocaciones como el viajar, pasear, leer y no profundizar en las cosas que puedan causar problemáticas.

Como veis una nueva perpectiva de enfocar mi reflexión de hoy con respecto a los cambios que experimentamos a lo largo de nuestra vida, sin que tenga porque ser un tratado ni imponer nada porque tengo 61 años pero el poder de reflexionar a mi manera no hay quien me lo quite y eso es lo que me hace inmensamente feliz.

EL PAJARO Y LA MANZANA


UN CUENTO PARA UNA IMAGEN

Entre frondosa arboleda de limoneros, ciruelos y manzanos, la feliz pareja de verderones efectuaba sus revoloteos amorosos llena de felicidad y coqueteo, hasta posarse ambos en el ciruelo cuajado de frutas y hojas y, con bastante sigilo, se posan en el cruce de dos ramas, donde un perfecto nido tejido con hierbas y musgos alberga cinco retoños casi emplumados con sus boqueras amarillas perfectamente visibles por sus posiciones de picos abiertos ante la presencia de sus progenitores.

Efectuada la primera alimentación a estos pequeños polluelos, la hembra queda acurrucando a los pequeños para mitigar el frío que padecen por causa de que las gotas del rocío nocturno han humedecido un poco el lecho del nido.

El verderón macho, remonta felizmente el vuelo y de rama en rama se pasa a su atalaya del cercano manzano repleto de manzanas maduras con un intenso color rojo y tras posicionarse con elegancia, comienza a lanzar sus trinos con fuerza ( Yiiiiiiiiiiiii, chop…..chop… Yiiiiiiiiiiiiiiii) para que lleguen hasta su amada y sus pequeñines dulcemente apretujados en el nido.

De pronto… se oye un golpe seco y el pobre pajarillo, se encoge y deja de cantar porque un “plomillo” procedente de una malvada escopetilla, se había incrustado en su pecho e intentando aferrarse a la vida, cerró sus alas y cayó derramando, gotas de lágrimas por sus ojos, sobre una gran manzana donde sin vida permaneció varios días y los rayos del sol oscurecieron la piel de la manzana, quedando dibujado el cuerpo de nuestro querido verderón para constancia de todos los niños que aprenderán a respetar la vida de estos seres tan maravillosos que nos alegran con sus perfectos trinos . Al poquito tiempo, el viento hizo mover la rama y el cuerpo inerte desapareció pero con fortuna la esposa pudo sacar sola adelante su preciosa prole para orgullo del malogrado verderón.

Dedicado al pequeño Araujo, a su padre José Manuel y al Diario Europa Sur, pues sin proponérselo, me han transportado al mundo de los sueños.

Escrito en Punta Europa( Torreguadiaro) por Paco Jiménez……”Currini”.

jueves, agosto 16, 2007

RECUERDOS DE LA BUENA GENTE QUE DE PRONTO UN DIA SE MARCHÓ DEL PUEBLO

No hace mucho, estuve en Jimena y decidí ir al Castillo, pero lo hice andando por la calle La Loba, recreándome en las casas y haciéndo la comparativa mental con aquellas “embarrás” y aquellos empedrados de piedra, en cuyas ranuras y bordes crecian las “yerbas punta”, algunas que otras “alberrazas” y hasta “vinagreras”. Las fachadas, son casi todas, nuevas con amplios y bonitos balcones, pero yo sigo recordando aquellas paredes revestidas con doscientas manos de cal blancas y relucientes, contrastando con otras menos blancas, pero con un gran encanto por sus arrugas sucias y apulgaradas para terminar a ras del suelo en una amplia cinta verde de musgos que era cobijo de aquellos “conejitos” escondidos entre caliches y el propio musgo húmedo y que a los chiquillos nos gustaba coger para jugar un rato con ellos. ¿existirán todavía esos “conejitos” en alguna de nuestras calles..? ¿ sabeis a que me estoy refiriendo..?, pues bien yo he leido que esos animalitos tienen origen prehistórico y su estudio para muchos científicos ha sido de vital importancia en el conocimiento del origen de las especies.
Hoy no es mi intención hablar de estos seres para muchos desconocidos y extraños pero es normal que con tantos recuerdos no queramos a veces dejarnos algunos detrás como a mi me ha pasado.

Resullta que alguien que me acompañaba en mi paseo hacia el castillo, me dice….Paco…esa es la casa de Cristóbal Delgado y con mi atolondramiento me quedé pensativo y el Cristóbal Delgado que tengo más reciente( para mi insigne, dramaturgo, escritor y poeta de Algeciras ) y que me une una gran amistad con su hijo José Maria, la verdad no me cuadraba relación alguna con Jimena y tuvieron que darme un codazo y decirme…..chiquillo… Cristóbal Delgado el Barbero…..¿ tú le conocías….?

Mi hermano José y mi cuñada Dominga, que por suerte llevan unos días por aquí en Torreguadiaro, a veces hablando de Salvador Cava y de Juan Manuel , relacionan con éstos a Cristóbal Delgado y como pasa siempre, sin querer he ido ordenando mis pensamientos y he establecido la escala de valores, que a mi precario juicio, corresponde a esta noble y buena familia siempre desde el punto de vista de “niño observador” como suelo definirme y con el ánimo de siempre que es la de describir épocas de nuestra vida que por haber sido tan difíciles de superar, lo conseguimos para orgullo de nuestros padres que tanto sufrieron y de nosotros mismos que vivimos para verlo pasar quemándonos nuestros adentros.

No se puede decir nada de los Delgados, sin que antes hablemos un poco del “agua potable” de Jimena y aunque yo era muy niño, no por eso dejo de acordarme de lo mal que lo pasábamos por la falta tan grande de agua que teníamos en el pueblo lo que repercutía enormemente en nuestros “zancajos”, “rodillas,” “gañoteras” y “sobaqueras” que en los chiquillos aparecian con una tonga de roña de una cuarta porque a pesar de estar todos los días tirados por aquellas “roaeras” para colmo con suerte nos lavaban una vez a la semana, menos mal que estaba el jabón “fenicao” y aquellos estropajos de esparto que nos hacían hasta sangre pero lo arrancaban todo por unos días.
Gracias a los Delgado( Los Barberos para el pueblo), teníamos agua buenísima para beber con alternancias de mayor o menor cantidad según estuviésemos en invierno o verano. Recuerdo que la Empresa era de tres hermanos, creo que el mayor vivía abajo en la calle Romo (padre de A. Delgado casado con Gloria y vive en Algeciras), otro hermano Cristóbal que era soltero – coquetón y otro que era el padre del Cristóbal Delgado que hoy nos ocupa y que, sin ánimo de equivocarme, primero vivieron en el Callejón de Alberto el Zapatero frente a la farmacia de Mata y después se vinieron a vivir al Barrio Arriba en la casa de Pilar La Corra ó cerca de ésta, desde donde marcharon a Barcelona ( no estoy muy seguro si primero fue la otra casa y después ésta).

Realmente no puedo acordarme de todos los “chorros” que ellos tenían, pero recuerdo algunos como por ejemplo había uno en la calle La Loba, otro en el Llano La Victoria, calle Romo y el nuestro que abarcaba el sector Calles. Santa Ana, Cuatro Esquinas, El Sol, Yustos, Ceniza, Caminete Luna, Quirós y otras y que lo nombrábamos por “El Chorrito” y allí siempre conocí a un empleado de ellos con unos noventa años al que decíamos “ Seño Alfonso el del Chorrito” muy buena persona que pacientemente aguantaba las trifurcas que montaban las mujeres en la cola Señá Mª La Vizca, Pipetas, Barruntas,La Roja Cañota y las demás mujeres con su afán de conseguir el cántaro de agua. Este hombre que vivía en la esquina de la calle Santa Ana, era el abuelo de dos amigos de mi hermano José y se llamaban Salvador y Alfonso, ambos fallecidos.

Cristóbal, tenía una hermana mayor que él y después estaban Paco, José Luis y Ricardo pero mis recuerdos de él no son como los de Salvador Cava y Juan Manuel Contreras que los tuve más cercanos y con los que pude hablar más y adquirir conocimientos de sus verdaderas identidades. Es curioso lo que recuerdo y es que cuando las guerrillas del Barrio Arriba contra el Barrio Abajo, Cristóbal llevaba en su mano derecha un palo que tenía en el extremo una gran bola de alquitrán, cosa muy común entonces pues era cuando Bañón estaba alquitranando la carretera e íbamos a “Los Coches” y mojándonos las manos en agua haciamos bolas de distintos tamaños para jugar. Los mayores iban los primeros( Cristóbal, Juan León, mi José y otros) y yo iba detrás con la chirríná dando gritos, pero esa vez los del Barrio-Abajo, habían reclutado a “El Becerro”, “El Guitita”, “José el Corneta” y otros más que nos hicieron replegar a rebollazos hasta El Risco. Menos mal que llegaron los municipales( El Cabo de la estación, Antonio y Vargas) que disolvieron a porrazos la batalla con la que tanto disfrutamos. Otra imagen de Cristóbal es la de verlo en el Chorrito de la Calle La Loba con la cabecita en aquella ventanita pequeña que había por encima del chorro de agua.

A su hermano Paco, le recuerdo con el babi blanco en la farmacia de Mata y decian que por equivocación se había comido una galleta que estaba envenenada o algo así, pero que serían “patrañas” de pueblo porque siempre le ví perfectamente bien, no hace mucho que le he visto en La Barca Moreno, pero no hablamos nada porque no me reconoció a pesar de que yo iba con mi cuñado Manolín que está ahora emparentado con él por las sábanas de abajo( como decíamos antes).
Con José Luis y Ricardo, mantuve mas contactos porque sus edades eran más próximas a la mía y con Ricardo una vez nos peleamos por causa de la mala leche que había con eso de tienes que juntarle las orejas con saliva y como me las juntó tuvimos que darnos mutuamente unos guantazos y revolcones pero no sucedió nada porque después fuimos bastante amigos e íbamos a la escuela juntos.

Hace mucho tiempo adquirí los dos tomos de fotografías que magistralmente editó en Barcelona con la colaboración de Juan León y Juan Manuel y que con frecuencia veo, pero a veces se me caen las lágrimas porque da pena observar las personas que han desaparecido y los recuerdos tan hermosos que poseemos de ellos.

No quiero dejar estas líneas, sin decir que escribo estas cosas únicamente para aquellas personas interesadas en conocer nuestras vivencias y las de todos los que nos rodeaban, sin ánimo alguno de herir sensibilidades y crear polémicas y controversias que dada la poca longevidad con que contamos, no conduce a nada y por el contrario un buen concocimiento de los nuestros nos enriquece nuestro interior.

Saludos. Curro.

miércoles, agosto 15, 2007

BASES DEL TRATADO INFORMÁTICO PARA CONSERVACION POR LUSTROS DE LOS SEGUNDOS APELLIDOS DE LAS PERSONAS

Estoy dándole vueltas y vueltas en mi cabeza a la manera en que podríamos conseguir la permanencia y continuidad de nuestros segundos apellidos para que no cayesen al vacío y se pierdan en la infinitud de los tiempos.

Con objeto de ir aclarándonos un poco, partiremos de mis padres para ir desmenuzando el tema y averiguar si existe solución posible, o por el contrario hay que dejarlo todo tal como está y conformarnos con un… ¿ Que le vamos a hacer…?

Mi padre, se llamaba Sebastián JIMENEZ HERRERA y mi madre Francisca JIMENEZ MERINO, por ende yo soy Francisco JIMENEZ JIMENEZ.

Sin querer remontarme a mucho más atrás, ya he perdido la identidad y todo lo que lleva consigo de importante el apellido HERRERA de mi abuela paterna Juana y de otra parte también he perdido el apellido MERINO de mi abuela materna Isabel.

Si cada familia obtuviese un libro-prototipo de relato familiar, allí iriamos plasmando todos los apellidos de una misma rama con expresión-marco de todas las mas importantes características genéticas, constitucionales, médicas y profesionales, aparte de los hechos más importantes que marcaron sus vidas y sucesos considerables que les tocó vivir por circunstancias de la vida misma.

Este tipo de libro-marco, se podria completar con datos de tres generaciones consecutivas, es decir, padres- hijos- nietos por lo que no existe duda alguna de que todos los datos serían fiables y al establecerse conexión en otro libro de las tres generaciones sucesivas, los apellidos con sus identidades propias, tardarían muchos años en perderse por no decir nunca, si realmente se establecen los mecanismos oportunos para una perfecta conservación en el tiempo. Esto permitiria que cualquier miembro de una familia, pudiese conocer perfectamente todo su linaje, posibles taras o privilegios anatómicos y conocer todas sus raices a la perfección y en cualquier momento.

Es mi expreso deseo el patentar la idea y de que quede inscrita en el oportuno Registro Oficial de Patentes como idea original propia, compartiendo los beneficios de explotación y el citado registro con el informático/a que se preste a establecer las Bases-Informáticas para el desarrollo del proyecto.

Tengo 61 años, jubilado y sin conocimientos informáticos suficientes para poder diseñar una buena base de datos y los enlaces suficientes que puedan ir perfeccionando el citado proyecto con el transcurrir del tiempo, su extensión a Internet y posible relacion con Blogger u otros medios fiables de comunicación y explotación perfectamente legal.

Escrito y rubricado en Torreguadiaro a 16 de Agosto de 2007-08-15. Se hace la primera oferta legal a Dª. Maria Belén Jiménez Ojeda y a D. Arturo Fernández Fernández

martes, agosto 14, 2007

MEJOR QUE UN CARPINTERO

Hace un par de días que de vez en cuando observo desde mi atalaya Punta-Europeña a mi vecino Mingo que primero descarga de su coche unos listones de madera que poco a poco introduce, con la ayuda de Juani, en su apartamento del Bloque E.

He pensado que algún invento nuevo aparecería pronto y como es lógico no tardaron mucho tiempo en oirse los clásicos ruidos de la sierra de cortar madera, del taladro y del martillo . Al pasar para darme un baño en la playa, le saludo y casi sin poderse volver por estar pendiente de la cuchilla de la sierra, me corresponde y me doy perfecta cuenta de que está haciendo una mosquitera abisagrada en el marco de la puerta principal de entrada a su casa.

Los golpes de martillo, ya han cesado y Juani con su recogedor y la escoba ha rematado la faena de dejarlo todo como los chorros del oro, después una manita de barniz magistralmente dada por el artista de Badajoz ha dejado la mosquitera que da verdaderamente lástima de entrar en el apartamento para no estropearla.

Las consecuencias de esta obra de arte las hemos sufrido los vecinos ya que durante toda la noche, hemos estado oyendo unos golpes extraños que nadie sabia de donde procedían hasta que comprobé que venían de la mosquitera de Mingo, donde con fuerza se partían los “cuernos” con sus chocazos, los mosquitos, los saltamontes y las moscas. Debido a que estos golpes eran dados en español, la inglesa vecina, no comprendía y ha estado toda la noche muy inquieta ya que no interpretaba el origen de los golpes tan fuertes.

Otra de las consecuencias es que estos mosquitos tan habituados a entrar en esa casa, al no poderlo hacer, se están metiendo en casa de los vecinos pero menos mal que tienen ya los “cuernos” y los “pitos” rotos de los mencionados chocazos con la mosquitera.
Bueno amigo Mingo, esta mañana me has preguntado por mi revisión, lo que te agradezco mucho y como además me has interrogado que si sigo escribiendo y te he dicho que si, pues para no defraudarte, te dedico estas letrillas sin pie ni cabeza que se me han ocurrido sobre la marcha.

Que tanto Juani como tu, disfruteis de lo lindo de vuestra flamante mosquitera y los mosquitos y moscas, que sigan partiendose sus cornamentas contra élla.

Un abrazo. Paco

FIEBRE TAURINA EN JIMENA DE LA FRONTERA

Nuestro pueblo, por suerte o por desgracia, no ha tenido nunca en su término fincas de ganado bravo y dadas estas circunstancias, la probabilidad de existencia de toreros de renombre, es casi nula. Pero no por ello JIMENA dejó de sentir en las entrañas de algunos de sus vecinos ese fuerte deseo de querer ser figura del toreo y soñar con las mieles del triunfo, cortando orejas y rabos por todos los rincones del mundo.

Atrás había quedado el triste y desgraciado recuerdo de aquel 18 de Agosto de 1961, cuando aparecieron unos chavales en nuestro pueblo, en los que había despertado esa incontenible fiebre taurina que les hizo escribir cartas a toreros importantes como El Cordobés, Diego Puertas, Paco Camino, El Viti y otros tantos famosos de aquella época, cuyos nombres iban acompañados de leyendas y fantasías. El resultado de estas cartas, no se hicieron esperar y es que nuestros chavales empezaron a recibir capotes viejos, muletas, monteras y algunos hasta trajes( bastantes estropeados, pero trajes..). La verdad no se como pero poco a poco aparecían vestidos con pantalones a rayas muy estrechos por encima de la cintura, sujetados por tirantes grises, camisa blanca, botas camperas y gorra a cuadritos o rayas. En los bares, se formaban rebujones de gente alrededor de unas mesas y cuando metías la cabeza para ver que sucedía te encontrabas con uno de estos torerillos enseñando con orgullo todo lo que contenía su petate de torero como el estoque, muleta y capote y casi siempre tomando este último entre sus manos daban unos lances y verónicas perfectas delante de un toro inexistente y que a pesar de todo aplaudiamos con fuerza porque la fiebre taurina nos la estaban transmitiendo poco a poco a todos.

Estos recuerdos taurinos mios, se centran aproximadamente sobre 1966,y aquellos primeros aficionados nuestros al arte de Cúchare, abandonaron muchas veces el pueblo y recorrieron nuestra geografía como maletillas cargados de valor y fantasía, no siendo pocos los tentaderos y plazas pequeñitas que frecuentaron en busca del soñado éxito, sufriendo grandes revolcones y desencantos.

El primero de todos fue nuestro querido Luis Castilla- El Torta, que era un chaval alto y delgado, de carácter muy alegre y simpático que desde muy tierna edad ya trabajaba en el campo, guardando ganado y después en el pueblo donde había trabajo allí estaba Luis, hasta que le llegó la fiebre del toreo y se ausentaba de Jimena para regresar contando sus avances taurinos y los pueblecitos donde había toreado en aquellas plazas que se improvisaban formando un círculo con las carretas y que tan bonitas resultaban. Luis, llegó a tener su carnet de novillero, expedido por el organismo competente de aquellas fechas “ Sindicato Nacional de Actividades Diversas” al igual que también lo tenía nuestro segundo Torerillo, Salvador Sarrias- Charquito, que su nombre artístico era “ El Baquilleríto de Jimena”. Este chaval vivía en la calle Ceniza, justo detrás del Cuartel de la Guardia Civil y también corrió la ceca y la meca de maletilla por media España, toreando en tientas y placillas de poca monta, hasta que se marchó definitivamente del pueblo para no volver y desconozco cual fue su rumbo final.

Otro que también estuvo metido en este mundo del arte taurino y que ya ha fallecido fue mi amigo de la infancia Miguel Navarro Gutiérrez gran aficionado al toreo con bastante conocimiento de las reses por su crianza en el campo. Cuando sus padres llevaban la granja en el Molino de Corbacho, fue cuando comenzó sus excursiones toreras y se apodaba “ El Niño de la Granja” y le solian acompañar ( no sé si como toreros o aficionados) dos muy conocidos mios, uno era Tobi Caín y el otro Agustín Benítez(Caldera). Este último fue compañero mio en la escuela de D. Bernardo y hace unos días le saludé en la vereda de la Coscoja porque me dio mucha alegria ya que Agustín es una gran persona al igual que su hermano Paco a los que tengo en mucho aprecio.

Por aquellos entonces, ya me tomaba yo mis tintitos con casera y para hacerlo subía casi todas las tardes a lo alto de la calle “El Sol” concretamente a la tienda de Carmen Benítez (tía de Juan M. Contreras). Me acompañaban Victoriano Sánchez Beffa y Alfonso Reinaldo y entre tinto y tinto charlábamos de nuestra afición a los toros y hasta una noche me llevé sobre, papel y pluma saliendo de allí una carta dirigida a Don José Furet que tenía reses bravas creo que en una finca de Alcalá que se llamaba “Arnao” para que nos permitiese torear en su plaza de tientas pero aunque puse mis cinco sentidos en escribir bien aquella carta, no recibimos contestación alguna, lo que hizo que nuestra afición se fuese enfriando poco a poco, no sin antes tratar de torear unas vacas en el Carrizo sin resultados positivos algunos porque las pobrecitas vacas cansadas de arar, nos miraban con carita de pena y se daban la vuelta ante nuestros intentos de que entraran al trapo.

Para constancia de unos y para indiferencia de otros, estos son los antecedentes taurinos que yo recuerdo en nuestro querido pueblo de Jimena de la frontera y que sin duda alguna compartirán conmigo todos los de mi edad que como yo vivimos aquellos tiempos no tan lejanos.

domingo, agosto 12, 2007

"AZAÑA" UN GATO CON SUERTE

Francisco Fajardo Gómez, de profesión cortador en la especialidad de zapatería, arribó en JIMENA, procedente de Cortes de la Frontera, allá por los años 1885, desgraciadamente no me queda ya a quien preguntar con la finalidad de recabar datos sobre la causa que le hizo venir a nuestro pueblo, y si fueron azarosos sus comienzos o por el contrario se estableció como causa premeditada y contando con recursos de su pueblo natal Cortes. Tampoco he oido hablar de su familia en Cortes y si mantuvo algún tipo de relación durante su larga estancia en Jimena de la Frontera.

Como otras tantas veces voy a fundamentar mi relato de hoy, en mis propios recuerdos que también son ya un tanto lejanos porque actualmente me encuentro jubilado con 61 años, pero con una memoria repleta de conocimientos y emociones del pasado.

Partamos pués de los primeros conocimientos que tengo del personaje allá por 1952 cuando exactamente tenia yo unos seis años y parece que le estoy viendo, alto, delgado, espalda un pelín encorvada, nariz un poco puntiaguda sin excesos y un poco roja-azulada y a veces se cubría la cabeza con una gorra de época. En sus manos aparecían con frecuencia unos dediles de cuero para proteger su delicada piel de los dedos castigada constantemente por los malditos sabañones que le hacían la vida imposible, incrementado este mal porque debido a su profesión tenia que mojar en la pileta el material para un mejor manipulado.

Su taller de zapatería tal como yo lo conocí estaba repartido en dos casas de la calle Santa Ana, digamos que en la primera tenia un gran mostrador, donde cortaba
y preparaba la tarea a unos 15 zapateros que tenía en el taller de frente a esta casa. Era bastante hábil y ordenado pues de sus paredes colgaban ganchos de alambre con los moldes de papel y carton que servian constantemente para trazar los cortes de los zapatos, botillos , sandalias, leguis y en una estantería trasera en su parte baja tenia las tablillas de madera que servian de soporte para montar los cortes de zapatos y botillos. En la parte derecha y al fondo del mostrador habia una especie del balcón bajo con una gran reja forjada donde siempre había una mesa camilla, trono de su esposa Maria Gracia Herrera que le miraba siempre amorosamente con aquellos enormes ojos y cara ancha con la sonrisa dibujada . Detrás de la mesa estaba la famosa máquina de aparar, en la que mientras pudo Maria Gracia le ayudaba en la tarea de aparar los cortes de botillos, zapatos y sandalias, hasta que Ana martín tomó el relevo en estos menesteres. Frente a la mesa camilla existia una habitación interior y un tanto oscura en cuyo fondo se veia una gran cómoda con una cubierta de mármol y enormes cajones y a la que sus sobrinos le llamaban la habitación de los higos, por la pila de ceretes de higos que allí había siempre detrás de la puerta de entrada. Desde esta puerta había un pasillo por detrás del mostrador que conducía a una cocina-comedor con una enorme mesa tocinera en el centro, al frente una pequeña puerta con un escalón que conducía a un patio con el suelo de piedra y muchas macetas adornando el recinto. Junto a un mueble en la pared, había una ventana interior que era el brocal de un pozo medianero que compartian los Sánchez del Carrizo( Los vecinos de al lado). Otro hueco conducía por unas estrechas escaleras de ladrillo al soberao donde estaban el enorme lebrillo de amasar con la arteza colocada encima y unos arcones repletos de comida y de los que explicaré algo más adelante.


La Zapatería de Fajardo, era un referente importante para todos los arrieros que venían desde Casárez, Manilva o Estepona a traer sus frutas, verduras y sobre todo la cal y que al vender las cargas, se pasaban por la zapatería para llevarse encargos de zapatos y botillos sobre todo de campo para sus poblaciones de origen. Otra clientela asegurada eran los camperos de Zambana, Marchenilla, El Carrizo y todos los alrededores del pueblo, amén de la población interior que en este tiempo era bastante numerosa porque se vivía del campo y del monte. Ireis captando como Fajardo se convirtió en una persona importante en Jimena poco a poco y gracias a su esfuerzo personal y sin llegar a ser un potentado capitalista, vivia holgadamente y se convirtió en protector perpetuo de todos los componentes de la familia de su mujer.

Casado con Maria Gracia Herrera, se quisieron siempre muchísimo, pero el destino no quiso que tuviesen hijos, tal vez porque estaban predestinados a reconducir por buen camino a sus cinco sobrinos varones( Sebastián, Frasquito, Juan, Andrés y José ), hijos de Juana (hermana de su mujer) y de Sebastián.


La hermana de Maria Gracia, se llamaba Juana y estaba casada con Sebastián Jiménez Téllez al que cuando era pequeño, se lo trajeron de Villaluenga del Rosario, sus tios los Orellanas del cortijo “La Horqueta” porque sus padres habían fallecido y había quedado huérfano y esta fue la causa que motivó el que a todos sus descendientes se les apodase “Orellana” sin realmente serlos. Pues bien, Sebastián a pesar de haberse criado en el campo con sus tios Los Orellanas, resultó ser una persona bastante inteligente, sabiendo leer y escribir perfectamente por lo que se dedicó en un principio a dar clases por los campos ( profesión mal retribuida por la escasez de dinero ), después pasó a ser municipal y por último alguacil del juzgado y como he dicho antes casado con Juana Herrera ( su padre enfermo de asma, tenía un pejualito que no daba para comer por lo que ella trabajaba fuera desde muy tierna edad).

Quizás con la ayuda de Fajardo, Juana y Sebastián, adquirieron una casita en el “Traje Llano” bastante cerca de la Zapateria y sus cinco “zagales”, nacidos todos con una gran personalidad, se criaron al amparo de Fajardo y Maria, que los arroparon como a sus propios hijos y a los que no les faltó nunca de nada( entendiéndose este de nada por comida y ropa, lo fundamental entonces).

Volviendo a nuestro personaje, aparte de criar a sus sobrinos y darle a cuatro de ellos el oficio de cortadores - zapateros, cuando saltó la guerra civil, se vió en la necesidad de ayudar a las nueras de sus sobrinos y a sus resobrinos. Aquí no puedo dejar de pasar que a Juan ( su sobrino) le salió pena de muerte que gracias a Dios fue conmutada por prisión indefinida por lo que su esposa Isabel Sierra con su niño pequeño Juanito quedó totalmente desamparada y Fajardo los acogió en su casa como propios, Isabel por su parte ayudaba en la casa y aparaba en la máquina ya que Maria Gracia había caido enferma. Juanito aún guarda en sus recuerdos los años que vivió sin padre al amparo del Gran Francisco Fajardo. Creo que mi padre por ser el mayor también puso su granito de arena ya que cuando cayó gravemente enfermo y le cuidaba por las noches en el hospital, en sus delirios nocturnos decía siempre… Juanito.. y.. este chiquillo..nada que se mete entre mis piernas jugando y me voy a caer y un dia me contó que él estaba trabajando en el mostrador de tito Fajardo y Juanito se enredaba con el juego entre sus pies y le daba miedo de pisarlo sin querer.

Quizás por mi condición de niño, se me quedó gravada la imagen de Fajardo, sentado comiendo en la gran mesa, frente a su esposa Maria y sobre sus hombros aquel enorme gato-romano de cola larga llamado “AZAÑA” y al que de vez en cuando, daba trocitos de pringada y otras chucherias con las que el animal se relambía los hocicos . Cuando se levantaba de la mesa el hermoso gato continuaba en sus hombros y permanecia incluso cuando cruzaba la calle para ir al taller de frente y es aquí en mi mente de niño cuando pensé………AZAÑA ES UN GATO CON SUERTE.

Poco a poco sus sobrinos se fueron estableciendo por su cuenta y él continuó con su taller incluso después de fallecer su esposa y como todo el pueblo le admiraba y respetaba, fue durante muchísimos años JUEZ DE PAZ DE JIMENA, de aquellos que nunca llegó a cobrar una sola peseta a pesar de que con su traje , con chaleco azul y su sobrero oscuro, jamás dejó de asistir a juicios, pleitos y levantamientos de cadáveres.

Su vejez fue tranquila ya que por acuerdo de sus sobrinos se quedó a vivir con José y Encarnación que lo trataron siempre a cuerpo de rey, siendo muy feliz porque continuó viviendo en su propia casa y echaba todos los días sus partiditas primero en el casino y después en el Bar de Manolo MENA, hasta que un triste día nos abandonó con cerca de 90 años para reunirse con su esposa a la que jamás había olvidado. En el sepelio, recuerdo que el sacerdote, en la Iglesia de la Misericordia habló con precisión exacta de la vida ejemplar que Francisco Fajardo Gómez había llevado y de los años que había prestado sus servicios a la comunidad de JIMENA con una entrega total, sin jamás esperar nada a cambio.

sábado, agosto 11, 2007

INFLUENCIA DEL PROGRESO EN LA VIDA COTIDIANA DE JIMENA DE LA FRONTERA

Casi todos los días, amanecemos con algo nuevo en nuestra mente y, que no nos permite estar tranquilos, hasta que la idea se ha perfeccionado y conseguido el objetivo feliz de sacarlo a la luz para bien propio ó regocijo de los demás.

Hoy es uno de esos días, en los que a pesar de despertarme temprano, me siento feliz y con optimismo, quizás porque en mi subconsciente, persiste la idea de que el oncólogo, me ha dado “vidilla” para otros tres meses y perspectivas de espaciar a seis meses mis revisiones actuales.

En realidad, a las 07,00 horas, he estado oyendo un poco “ El Club de la Vida” y se ha hablado sobre un muestreo efectuado a 80 mujeres y 20 hombres que actualmente han alcanzado los cien años de vida de una forma bastante satisfactoria , respecto a la calidad de vida necesaria para poder decir esto de satisfactorio y también se ha hecho referencia a que todas estas personas, han vivido y fueron partícipes de una profunda renovación tecnológica.

Y, es aquí donde mi mente, un tanto desordenada a veces, ha comenzado a dar vueltas a la idea……. Y pensar en nuestra vida en Jimena y la de nuestros padres, ante tanta y tanta transformación y adelantos que nos empujaba a ser y actuar de una forma completamente distinta a la habitual que llevábamos arrastrando durante siglos. Estos avances tecnológicos ( por llamarlos de alguna manera) los acogíamos con mucho entusiasmo los más jóvenes, pero no sucedía lo mismo con nuestros padres y abuelos, que se resistían con fuerza para no perder de golpe sus costumbres y peculiar forma de vida.

Nosotros, de pequeños, íbamos al colegio con los tinteros de tinta “Pelikán” en la mano, las plumas , los palilleros, pizarrines, lápices, gomas etc. dentro de aquel plumier de madera que tanto rendimiento nos dio a todos y aquella pizarra con una cuerda amarrada en el agujerito del marco de madera y de la que pendía un trapo que servia para limpiar los “salivazos” con que se restregaban las tareas anteriores. Algo profundo cambió en nosotros cuando aquella Feria de Mayo estaba yo disfrutando de aquel ajetreo de tratantes, gitanos, veterinarios y esquivando el paso de los maníguos en sus caballos, cuando se me ocurrió mirar al suelo y junto a unos matagallos, observé una cosa rara que tomé en mis manos y dije ¿ esto… que es…? Y de momento los que estaban conmigo decían eso tiene que servir para escribir, así que todo el día estuvimos dando vueltas a aquella cosa y empecé a oir su primer nombre un tanto deformado que era “ Goligrafo” y como yo presumía de listo entonces, me fui a casa de Bartolo Macías y le pedí que me cargase de tinta el goligrafo, al igual que hacía con las estilográficas y el hombre pues lo llenó de tinta por detrás, lo limpió, me cobró dos reales y me lo coloqué en mi nueva camisa blanca de mangas cortas, cuando iba para arriba ya en la puerta de D. Juan Marina, tenía una mancha en la camisa que me cogía todo el pecho y en mi casa recibí de mi padre unos cuantos de cogotazos y voces de mi madre que ahora recuerdo con mucho cariño pero que representan mi primer encontronazo con el invento del bolígrafo y aunque al principio los maestros no querían que se escribiese con ellos, se terminó sucumbiendo a la comodidad de prescindir del tintero, los palilleros y las plumas.

Nuestras madres, se levantaban temprano para sacar el carbón de la carbonera del patio y encender los fogones de la cocina de mampostería con la que contaban todas las casas del pueblo, allí se ponía la cafetera de pucherete y se hacían las tostadas en la “carmelita “ y después.. carboná tras carboná, durante toda la mañana se iba cociendo el puchero. Una mañana, veo un revuelo en la cocina donde estaba mi padre, mi madre y mis hermanas, todos nerviosos alrededor de un cacharro nuevo que habían comprado para guisar y se trataba de un “infresnillo” que era un cacharro de porcelana con cuatro patas y en el centro había un depósito cuya boca terminaba en una “torcía” que impregnada de “pretolio” producía una llama sobre la que se colocaba la olla del puchero y demás cacharros. Aquel tiesto terminó teniéndolo el pueblo entero pero el olorcito del carbón se cambió por el pestazo a petróleo que había en todas nuestras casas, hasta que después apareció el butano y más tarde se aplicó la electricidad a la cocina. También tengo que decir que todo aquello no se aceptó rápido ni de buen agrado en Jimena.
Hablar aquí de todos los adelantos que conocimos, seria imposible por lo que me limito a los que considero más significativos respecto a nuestra vida del pueblo.

La llegada del supositorio a Jimena, dio lugar a numerosas anécdotas todas graciosas, pero recuerdo una cosa totalmente cierta y es que la primera mujer que tuvo aquello en sus manos, intentó ponérselo al niño con el papel de aluminio y todo, pero al resultarle imposible por los gritos del crio, volvió al médico y éste le instruyó sobre el procedimiento correcto de quitar primero el papel de aluminio. La abuela de mi primo, estaba con algo en la boca chupa que te chupa y le dice la hija…¿ mamá..que tienes en la boca…? Y la pobre contesta un caramelo que había encima de la cómoda y la hija dice….!mamá por Dios…! Eso era el supositorio del niño que no había forma de podérselo meter y lo dejé ahí. Si queridos, todas estas cosas han tenido que suceder para llegar a donde nos encontramos.

Me acuerdo también que Señá Catalina que era muy mayor cuando nos llegaron las primeras “ollas exprés” no consintió en su vida de comer el puchero que se hacía con la moderna olla, porque pensaba que aquello era malo para el cuerpo y la salud y ni se acercaba a la cocina, ya que decía que cualquier día terminaría por explotar y mataría a todos.

La televisión fue otra cosa, que en Jimena al igual que en todas partes, nos trastocó la vida cotidiana y yo recuerdo las preciosas vistas del pueblo desde lo alto del castillo cuando no existía la televisión y también contemplo las vistas cada vez que subo ahora al recinto amurallado y entre ambas hay un abismo por causa de tantas antenas. La televisión marcó mucho las diferencias de los que vivian holgadamente y de los que no tenían ni para comer ya que al principio un aparato de televisión en blanco y negro era muy caro y esto fue lo que nos hizo aprender a comprar a crédito y que gracias a Crédito Castilla pudimos tener todos una en casa que se pagó poco a poco por letras.

En la puerta del “Bar Moracha”, esta sentado en una silla de palo el suegro de Manolo (el propietario del bar) Señó Roque, que era un hombre de unos 90 años, muy curtido por el trabajo del monte, de pequeña estatura, muy arreglado, con un sombrero en la cabeza y allí permanecía aquel hombre aparentemente ajeno a lo que estaba sucediendo dentro del bar y es que en aquella televisión tan desastrosa y con tantas rayas por medio,se retransmitía la llegada del hombre a la Luna y a mi me dio un poco de pena de aquel señor y salí a la puerta y le dije Señó Roque pase Vd. y vea esto que es muy importante porque por fin el hombre ha llegado a La luna y me quedé perplejo cuando me contestó….! Curro, no seas tan inocente, a la luna no llega nadie! Y continuó diciéndome….Todo eso es mentira pues yo que he vivido mucho te digo que ahí no se puede subir porque es redonda, se resbalan y se caen y…además se queman porque allí hay fuego siempre. Entonces fue cuando comprendí los abismos existentes entre las generaciones y esa resistencia por parte de todos nosotros( los de aquella época) a incorporarnos a la modernidad de los tiempos y eso es lo que nos hace en informática no salir del “ Word” ni del “ Google”.

Como otras tantas veces, sólo he querido dar unas pinceladas a mis recuerdos de mi vida en Jimena, dedicado también como siempre a aquellos que desean tener cercano el recuerdo de cómo vivieron los suyos en otro tiempo y para los que en sus comentarios dicen que todo son chorradas, nada mas darles el lema de mi blog….Reflexionar…es de todo aquel que desea reflexionar.

martes, agosto 07, 2007

UN JIMENATO DE PURA CEPA






Hablar o escribir sobre SALVADOR CAVA GUTIERREZ, es hacerlo a la vez sobre la más pura esencia de Jimena de la Frontera, ya que sin ánimos de ofender a nadie, este hombre hoy jubilado , conserva las mismas características de identidad con su pueblo que tenía cuando contaba con 15 ó 16 años .

Su juventud, yo la describiria , desde mi humilde punto de vista, como silenciosa pero captadora de los valores fundamentales de la buena gente del Barrio Arriba (aquí no puedo mentir y que me perdonen los del Barrio Abajo ). Su cultura fue la que había en aquella época, es decir alternancia entre escuela nacional y las de “pago” ( Román ó Prietos ) y el ambiente sano de su familia y de todo el citado Barrio. No se si nació, pero se crió en un sitio estupendo en aquellos entonces porque por un lado eran vecinos Doña Julia, El Toto, Señó Claudio…, por el otro Maria León la peluquera(después Salvador Rocha), Pilar la de la tienda, El frente de Juventudes(después Miguel Cárdenas) y frente estaba el Callejón del Horno(Vico,la mujer y la cuñada), Juan Estiraza con su señora, la barberia de Frasquito y José Sánchez y la Zapateria de Frasquito Boza . Con esos vecinos y una madre muy activa, que a mi vista de niño observador, no paraba ni un solo momento con ese ir y venir al huerto donde tenía animales que cuidar por lo que siempre se veía cargada con cubos de comida. Pues como decía en este ambiente no se podía percibir nada malo sino que aprendió a ser el mismo que hoy conocemos con la experiencia de los años y el transcurrir del tiempo.

Yo recuerdo a Salvador, amigo de mi hermano José durante muchos años y a veces me llevaron de cacería y de pesca al rio varias veces, pero por mucho que me esfuerzo, no le recuerdo entre los amigos de los bailes, las copas y las parrandas por lo que le clasifiqué entre los amigos de verdad de mi hermano, aunque a la vejez discutan como niños pequeños.

Yo diría que su verdadero habitat era El Puerto Moral, donde se movía como pez en el agua y conocía cada rincón de aquellos hospitalarios huertos cuajados de chumberas, zarzales, higueras, perales y ciruelos, creo que no me equivoco al decir que aún recuerda el olor que desprendian los zarzales, las chumberas y los chorros de agua de la Poza La Barranca y de La Pileta y siente el frescor de aquellas sombras tan acogedoras en los veranos calurosos.

Hace años ya, tuve el privilegio de encontrármelo con su esposa Maria en la ciudad de Mérida por casualidad y cuando les ví, noté dentro de mi como si estuviese llegando a nuestro pueblo de Jimena de la Frontera porque recibí de él lo que siempre he querido recibir de mi pueblo amistad sincera y hospitalidad sin límites.

Ha permanecido fijo en Extremadura durante muchos años y parte de su vida está allí, incluso cuenta sus vivencias en las montañas de Esparragalejo cogiendo espárragos y setas pero en el fondo de su ser su Puerto Moral está en Jimena donde todavía cuenta con gente DE PURA CEPA como Juan Manuel Contreras y Cristóbal Delgado y con los que puede sentirse bien y respirar aquel ambiente de pureza que se respiraba por aquellos años de nuestra juventud.

Ahora cambio un poco el estilo de mi pluma y describiré el aspecto material de la vida misma y es que Salvador Cava, al poco tiempo de llegar a Mérida con uno de sus hijos creó una empresa de ártes gráficas, siendo su fuerte el diseño de etiquetas de botellas de vino y la fortuna le vino rodada porque su cuñado José Orellana, se dedica desde hace bastante tiempo a la agricultura y con los excedentes de la uva de Manolín en la Barca Moreno en las Bodegas Orellana está embotellando vino de calidad que como es lógico Salvador los etiqueta todos y se está forrando de pesetas porque él no quiere contar en euros.

En las vacaciones cuando viene de Mérida, trabaja mucho más que antes porque ha buscado mercado a todos los productos que su cuñado José extrae de las arenas de Marchenilla y se dedica a controlar todos los camiones que parten hacia el extranjero con melones, sandías, berenjenas, tomates, alcachofas,pepinos, habichuelas y otros subproductos, porque además José Orellana, tiene de forma clandestina en Torreguadiaro una planta de envasado y embotellado de tomates de cuyas exportaciones tambien se encarga salvador Cava.
Como proyectos futuros tiene la de exportar chumbos rellenos de mora zarza con la denominación de origen “Productos del Puerto Moral” con etiquetado ecológica de los Huertos Tío Cojo, Tío Alejo, Los Mudos, Juan Gil, El Mondeño y otros varios.Con respecto a su amigo Juan Manuel Contreras tiene el deseo expreso de incluirlo en el negocio de los vinos ya que Juan Manuel es propietario del lagar de uvas exquisitas con la denominación de “El Arco reló” que fue heredada de su abuelo Señó Manuel Benitez y que hoy pueden explotar como negocio familiar el trio Salvador Cava---Juan Manuel Benitez y José Orellana porque el destino ha querido que se conviertan en familia y esto creo que es fácil de descubrir.

Con esta descripción creo que he cumplido con mi hermano José Jiménez que sentía deseos de agradecimiento a Salvador por la prosperidad que ha traido a su casa con los negocios y exportaciones de los vinos y demás productos del campo.

Un fuerte abrazo. Curro

UN BREVE PARÉNTESIS EN SUS VIDAS

Venir algunos Miércoles, de prisa y corriendo, al apartamento recien adquirido en la Urbanización Punta Europa de Torreguadiaro a Victoria, Pepe y Victor David, les tenía en un completo desconocimiento de cómo realmente se vive aquí, pero debido a un accidente laboral de Victoria, han tenido obligatoriamente que arribar en este tranquilo puerto.

Los primeros días han resultado bastante duros para éllos, pues aparte del dolor físico que sólo repercutía en Victoria, Pepe y Victor han soportado el dolor moral de ver incapacitada a una persona muy activa y además han cumplido con la obligación de hacerle el tiempo que ha permanecido inmóvil en el sofá un poco más ameno y llevadero.

Pepe, ha sabido tender la colada perfectamente, recoger la cocina, dar un barridito y hasta cocinar siguiendo las instrucciones de la experta desde el sofá.

Victor-David, ha sabido magistralmente estar pendiente de su madre y hacerle tambien llevar los malos ratos con más alegría ya que no hay alegría mayor para una madre que el tener a su hijo cerca y hasta hizo unos rollitos con salchichas estupendos, de lo que puedo dar fé.

Jose Luis y su nuera, han tendido que continuar con el trabajo cotidiano, por lo que a ellos su estancia aquí no les ha cambiado mucho porque viven desde hace tiempo por la zona..

Los primeros días, transcurrieron lentos y monótonos y para los que vemos los toros desde la barrera, solo podiamos hacer lo que hemos hecho, ir de vez en cuando y tratar de distraerles un poco sin hacernos demasiado pesados.

La alegría poco a poco han vuelto a sus caras y la recuperación está dando a su fin, pero Victoria nunca olvidará cuando oiga el nombre de Sotogrande que ella estuvo allí a comerse un helado en silla de ruedas conducida por su marido y por su hijo y que ha sido uno de los helados que mejor le ha sabido porque tenia el sabor agridulce de la recuperación.

Pepe, en estos últimos días ha tenido una suerte enorme, porque ha visto como pasaban camiones y camiones cargados de tomates, melones, sandías y berenjenas con destino al extranjero pero que entraban en Punta Europa para que José Jiménez, firmase los albaranes de salida a los conductores.

Pepe tengo que decirte que los paseos mañaneros y de atardeceres han sido extraordinarios y que al igual que ha Victoria le ha sucedido con lo del helado, tú también recordarás siempre que pases por el Cañaveral, donde están fijados los puntos llamados por mi hermano “ meódromos obligatorios”.

Sólo os falta disfrutar de la playa, pero ya vendrán tiempos mejores, lo digo porque la climatología no acompaña mucho no por otra cosa. Como es natural marchareis a continuar con vuestra vida cotidiana pero estoy seguro que los Miércoles llegarán rápidos y muy pronto estaremos juntos a las cinco de la mañana saludando gente nueva y aprendiendo un poco de gallego para saborear los mariscos de Galicia porque no creo que vayamos allí a comer sopas de tomate y habichuelas verdes.

Lo más importante es que leeréis esta nota de pié, sin muletas ni sillas de ruedas y podreis reiros sin miedo porque la vida continua felizmente para todos.

Un Saludo Currini