La mejor medicina para combatir los bajones anímicos es innovar en las celebraciones y hacer lo que realmente le apetezca a uno
Es Navidad: ¿toca divertirse?
Son muchos los psicólogos que después de las navidades tienen la agenda llena. Sin embargo, estos mismos especialistas recuerdan que para muchas personas la Navidad no supone nada. Se trata solo de una oportunidad como cualquier otra de encontrarse con familiares y amigos. Ahora bien, aunque muchas personas viven esta época con normalidad, hay quien no logra liberarse de la presión social que empuja a estar alegre. La Navidad se le atraganta a muchas personas a las que les encanta comer bien o divertirse en una fiesta, precisamente porque se sienten obligadas a compartir una comida con familiares o amigos con los que no mantienen una buena relación. De ahí la liberación que una gran parte de la población experimenta el 7 de enero, con el fin de las fiestas.Muchas personas a las que no le gusta la Navidad deciden pasar unas fiestas de forma alternativaMás allá del componente religioso, la Navidad se relaciona de forma directa con regalos y celebraciones. Reuniones en las que la comida y la bebida adquieren un protagonismo especial. Pero el peligro se centra en dejarse llevar por la inercia y hacer cada año lo mismo: un día a casa de los padres y otro día a casa de los suegros, contar los mismos chistes y mantener las mismas discusiones. Los expertos aconsejan innovar y hacer lo que realmente le apetezca a uno. Ésta, aseguran, es la mejor medicina para combatir la depresión.
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