Antes llegaba el mes de Noviembre y ya estábamos en "El Monte de Piedad" de la calle San Sebastián pidiéndole , casi todos los días, a Don Rafael que nos diese un almanaque para colgar en la zapatería. Cada vez que entraban a la casa Rafael, Jósé o Manolo Castilla a pegarnos el "sablazo" del cobro de "las letras", también se les daba "el coñazo" pidiéndoles todos los días el dichoso almanaquito..... Parecía que sin el almanaque nos iba a faltar algo importante en nuestra vida del nuevo año que ya teniamos encima........Ahí no queda la cosa y es que mi padre me mandaba a casa de Manuel Vargas, Ernesto Cuenca, Antonio Cuenca, Pedro Núñez, Bartolo Macías, Juan Ferrer, Miguel Ramos y recorría estos altares que solían hacer su publicidad anual a través de los almanaques que era algo imprescindible en nuestras vidas.
Si me encantaba abrir las cajas de polvorones era porque dentro traían seguro un enorme calendario que alísábamos una y otra vez hasta que mi padre lo guardaba detrás de la puerta de cristales de encima del mostrador.
Por el mes de Diciembre se recibian los pedidos de la materia prima que necesitábamos para continuar trabajando y lo mismo les sucedia a muchas tiendas, así que cada vez que llegaban estos paquetes ya estábamos ansiosos por abrirlos para ver si traian almanaques y lo peor no era eso sino que teniamos una lista interminable de personas que pedian el almanaque para tenerlos en sus casas del pueblo o del campo.
Pasaba la gente por la puerta con su animales cargados y gritaban......! Sebastián... tienes algún almanaque para mi......! y cuando no tenía ninguno mi padre se enfadaba y se justificaba como podía y otras veces salia a la puerta con el dichoso almanaquito en la mano y lo entregaba al conocido.
Hasta Jaime le pidió una vez un almanaque a mi padre .... que le contestó: - ! Jaime para que leche quieres tu eso en la cueva ! y el otro le contestó...... !Y a tí que leche te importa.....!. Así eran las cosas antes cuando estos calendarios resultaban imprescindibles en nuetras vidas.
Al almanaque de mi casa no se le arrancaban nunca las hojas porque allí era donde mi padre con aquellos lápices gordos apuntaba todas las cosas para que no se les olvidase y hasta hacía las cuentas de Frasquito Rabizo, así que los almanaques de las tiendas estaban todos "pintarraqueados" por todas partes.
Otro tema era el de los almanaquitos de bolsillo que también los daban de propaganda y cuando uno tenía 14 años, siempre andábamos escondiéndolos porque los que guardábamos eran los de "las tías en pelotas" porque de esas cosas si que la juventud estaba necesitada de verdad.
Conseguir un almanaque del "Zaragozano" era toda una odisea porque había que recogerlo en Algeciras y ese si que era "un tio de almanaque" porque sabías de antemano cuando iba a llover, hacer frío.. o si las nubes se iban de un lado para otro que en definitiva era lo que más importaba.
Ahora los relojes, las PDA, los coches y todos los aparatos audiovisuales, lo primero que hacen es marcarte el día, el mes y la hora en que estamos....... pero cuando nos reunimos algunos para programar un viaje o cualquier evento, lo primero que preguntamos es... ¿ tienes un almanaque...? y es que a pesar de todos los adelantos, el almanaque sigue cumpliendo su misión de toda la vida.
Ahora los tenemos para colgar en la pared, de bolsillo y hasta para colocar sobre la mesa, convirtiénndose todos en un elemento de necesidad en numerosas ocasiones.
Así que ya sabeis.... cuando vayais a La Caja de Ahorros teneis que darle el "coñazo" al de la ventanilla para que os dé uno que después llega el mes de Julio y como no los han entregado lo sacan y los ponen encima del mostrador cuando ya no sirven para nada porque casi todo el mundo los tiene en su casa colgadito.( Estoy convencido que si me lee mi amigo Paco dirá.... !cuanta razón tienes colega! ).
No perdamos la costumbre y pidamos el almanaque, porque nos hace sentirnos más sanos y hasta mejores, sin saber porqué con aquello colgado en la pared o entorpeciendo en la mesa de nuestro escritorio.
Este año mis amigos Victoria y Pepe del restaurante "La Tasca" se han esmerado para que su almanaque destinado a los clientes tenga fotos para demostrar de alguna forma la belleza del pueblo y de su entorno, además de cumplir con su cometido que es el de recordarnos el día en que vivimos.
Un abrazo. Currini
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