Foto de mi padre cedida por Salvi Liñán
DEL CERRO PARA ALLÁ Y DEL CERRO PARA ACÁ……
Sentados en una piedra del Risco
Juan y Manué con mas de ochenta años y sus bastones al lado hablan
mirando al infinito, hasta donde los ojos chocan con el horizonte y, nos pone
en la cara dos mundos distintos … el del cerro para acá y el del cerro para
allá …….
Oye Manuéee….. del cerro para acá me lo conozco todo porque
con mis dos mulos sabes que estuve un tiempo en la recova
por Casárez, Gaucín, Manilva y todos esos pueblecillos de la serrania
malagueña, pero por desgracia no pude ir a la
mili ya que me libraron por ser
“hijo de padres viejos”.
Pues mira Juan que yo estuve
a puntito de librarme también por tener los pies un poco planos pero al final
pude ir y estoy contento de conocer lo que hay del cerro que vemos para
detrás…… y es que nadie salia del
pueblo hasta que se hacia la mili porque como sabes a mi me tocó servir a
Franco en La Marina de Guerra y para colmo me metieron en un barco que se movia más que una espuerta de pollitos
recien nacidos…..
Pero Manueee …….¿me quieres
contar que te aportó la mili a ti y a otros que la hicieron …?
Para empezar te diré amigo
Juan que la mili nos daba mundologia porque en el pueblo no veiamos mas de tres
palmos delante de nuestras narices ya
que conociamos el pueblo, los amigos, los trabajos y las mozas mas cercanas…..
pero aunque entrábamos en el cuartel asustaos como monos en jaulas, pronto nos
relacionábamos con soldaos de otras regiones y nos dábamos cuenta de que no
pensábamos ni hablábamos todos los españoles iguales y aquello me llevó a aprender otra forma de vida más acorde con
los tiempos en que ya viviamos .
La mayoría de nosotros no
salia del pueblo y algunos con suerte
iban a San Roque, La Línea o Algeciras.
Vi por primera vez el mar , que
al principio me aterraba, pero que después me hizo sentirme como pez en el agua
dentro de un barco que me llevó a las Islas Canarias, a paises lejanos del
Africa tropical como “ el negrito del colacao” y a muchas de nuestras ciudades
costeras como Cartagena, Almeria, Málaga, Huelva, La Coruña y Santander.
Comprendí que en la mili
habia tambien dos mundos como nos pasa a nosotros dos ahora mismo y es que allí
un mundo era de los que mandaban que vivian como reyes y en el otro mundo
estábamos los que currábamos sin cobrar apenas casi nada pero a pesar de todo
aprendí muchísimo porque vi ciudades y formas de vida distintas a la nuestra
del pueblo y las mozas ya para mi dejaron de ser precisamente “mozas” viendo a
mujeres con sus formas de vida más independientes, mas cuidadas personalmente y
sobre todo que vivian con más
libertad y eran mas comprendidas por los
hombres.
Como ves Juan ya te irás
dando cuenta de la diferencia que se iba marcando en nuestro pueblo entre los
que no habiais ido a la mili y los que regresábamos con el petate o la maleta de madera repletos
de otros conocimientos que hacian que ya no viésemos el pueblo de la misma
manera como si necesitásemos de un horizonte más grande que la separación que nos marcaba el cerro
del que comenzamos a hablar .
Po ci Manuee, me estás
convenciendo que regresábais mucho mas listos que nosotros y que eso de que la
mili os hiciese traspasar el cerro os vino mejor que a nosotros que nos
quedamos como cazurros.
Po ci, po ci, po ci…
Manueee que ya venias tu echando de
menos el papel higienico, cuando aquí no sabiamos lo que era ni para que servia
eso, como tambien echabas de menos los grifos del agua corriente, la colonia
que traias para embaucar a las chavalas con tu perfume, en definitiva que se
notaba la diferencia de los que habiais traspasado el cerro aunque fuese de la
mano de los militares del Caudillo.
Pero no exageres amigo
Juan que pronto te fuiste a Alemania y regresaste hasta
hablando finoli, fumando puritos, con camisas de puños de encajes y farfullando
palabras que ni los que habiamos estado en la mili y éramos los listos
entendiamos .
¿ No te acuerdas Juan de aquel amigo nuestro que
vino de Alemania y pregunto.¿No habeis visto pasar por aquí
una paridera joven con el vientre
bajo….? Aquello nos dejó con “las patas
colgando” y por fin descubrimos que preguntaba por una “cochina preñada” que se
le habia escapado….
Bueno amigo Juan resulta que
tanto yo siendo el listo del cerro para allá y de la mili y tú el torpe que se hizo listo cuando estuvo
en Alemania , ahora ya tenemos mas de ochenta años y no nos alejamos más que de
la entrada al Risco donde evocamos nuestros pensamientos y es que al final de
la vida no existen ni los listos ni los torpes, sino personas que han hecho su recorrido por la vida y que al
final somos todos igualitos sin saber siquiera si existe un Dios que nos dará
la felicidad que aquí no hemos tenido en plenitud.
Esto es un pequeño relato que
un chiquillo oyó hace ya muchísimos años mientras jugaba cerca de aquellas dos
personas que abandonaron este mundo pero
que dejaron en el chaval una huella que
guarda en su corazón de visionario de la vida ……..
Currini
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