viernes, julio 13, 2018

MONASTERIOS IMPORTANTES DE ESPAÑA



13/07/18 | Los monasterios más impresionantes de España

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Monasterio de San Juan de la Peña - FABIÁN SIMÓN
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Monasterio de Santa María de El Paular, en invierno - JAIME GARCÍA
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San Andrés de Arroyo, en Palencia
El Paular, Madrid
En un tesoro se convirtió la ermita de Santa María del Poblar, envuelta por la extraordinaria belleza natural del valle alto del Lozoya, al hacerse una de las cartujas con mayor poder de Europa. Miles de ovejas merinas y los terrenos donados a la orden la convirtieron en el centro económico de la comunidad religiosa. La soledad interior -son monjes eremitas que habitan en comunidad- y su separación del mundo a través del silencio son su enseña.

La Rábida, Huelva
Junto a la Punta del Sebo, confluencia de los ríos más peculiares del suroeste andaluz, el Tinto, con sus aguas rojo bermejo, y el Odiel, vía comercial desde tiempos fenicios, el convento es la fachada más americana de este recorrido. Allí donde comenzó la aventura exploradora de Colón. Su claustro mudéjar es lo más llamativo y aún guarda detalles de la alcazaba almohade o pequeño monasterio musulmán donde los monjes-guerreros oraban y defendían la costa de incursiones piratas.

San Juan de la Peña, Huesca
Uno cree haber visto el mejor Pirineo aragonés en el puerto de Oroel cuando, de repente, una curva de la carretera que desciende nos sitúa ante el recoleto monasterio que fue la cuna del reino de Aragón. Bajo una colosal piedra se abriga la iglesia baja donde los restos de los santos Julián y Basilisa se conservan entre frescos románicos y trazas mozárabes. El panteón acogió reyes de Aragón y Navarra durante 500 años.

Suso y Yuso, La Rioja
Algo tiene el lugar de Suso para que al eremita Millán en su pobreza le atrajera como sitio donde emprender una vida solitaria en las inmediaciones del pueblo que le vio nacer. La primitiva ermita, junto a su eremitorio, acabó convirtiéndose en monasterio visigótico y mozárabe. Hinca sus arcos de herradura en la Sierra de la Demanda, paraje de donde no dan ganas de marchar como le ocurriera al santo milagroso. Salvo para penetrar en el medieval monasterio de Yuso a contemplar el arca románica que guarda sus restos.

Santo Toribio de Liébana, Cantabria
El trozo más grande de la cruz de Jesucristo o Lignum Crucis es su reliquia más venerada. Por ello es uno de los lugares santos del cristianismo y motivo del Año Jubilar Lebaniego. El carácter sagrado del lugar se remonta al repoblamiento de los Picos de Europa y su habitante más erudito, el monje mozárabe Beato de Liébana, cuyos libros, bellamente ilustrados, son una compilación de los abundantes manuscritos que poseyera el cenobio.

Monsalud, Guadalajara
Apartados del mundanal ruido nos sentiremos al llegar al medieval monasterio que fuera pionero de los establecidos por el Císter en la península. Para ayudar a las tareas repobladoras castellanas llegaron desde Francia los monjes blancos, así conocidos los religiosos de esta orden que ven en el retiro, la pobreza y el trabajo de campo con manos propias la manera de acercarse a lo divino. Su austeridad arquitectónica románica se aligera con el gótico de su claustro y las nervaduras de su sala capitular.

San Salvador de Leyre, Navarra
Al igual que frente a los caminantes medievales que atravesaban la canal de Berdún, en medio de un mosaico de campos de cereal, la imponente barrera rocosa de la Sierra de Leyre surge como antigua frontera entre los reinos de Navarra y Aragón. El cenobio fue, durante 200 años, sede y corte del señorío pirenaico, además de panteón de reyes vascones. Su estilo románico sirvió a su vez de guía a otros templos del camino jacobeo.

Oseira, Orense
Conocido por alojar un bosque de palmeras, lo que semeja el extraordinario techo abovedado de la sala capitular, es monasterio, fundado hace 900 años por monjes eremitas, con una personalidad única. Exenta de manifestaciones escultóricas como mandan los preceptos cistercienses. No solo por la magnífica restauración que muestra su conjunto monástico sino por la bellísima iglesia románica y sus tres claustros, además de la llamativa portada barroca del área residencial.

Zenarruza, Vizcaya
Orientado hacia el mar, en la falda norte del monte Oiz -en una ladera fría, que es lo que significa su nombre en euskera- es un hito medieval para los caminantes jacobeos que seguían la ruta por la costa vasca y un referente cisterciense actual. Donde una pequeña comunidad de seis monjes mantiene vivas sus creencias con un estilo de vida basado en la pobreza y humildad.

Santo Domingo de Silos, Burgos
Saludos de fraternidad como distinción benedictina y el placer alejado del mundanal ruido de escuchar canto gregoriano marcan la ruta hasta el monasterio burgalés. Surgen al paso paisajes de imponente marca castellana como los sabinares del Arlanza o pueblos de blasones y mimada arquitectura como Covarrubias. Su bellísimo claustro de dos pisos, lo vio el Cid en su camino al destierro todavía en construcción.

Yuste, Cáceres
Aromas de pimentón, planta traída por Colón y desecada por primera vez en Yuste, conducen hasta uno de los rincones naturales más hermosos de la comarca cacereña de la Vera. Es el camino al convento donde el emperador Carlos V se retirara al piedemonte de Gredos. Lo eligió como morada donde seguir la austeridad de la vida monástica durante los dos últimos años de su existencia, obligando a ampliar la simplicidad del monasterio anexionando una casa-palacio al convento.

Guadalupe, Cáceres
Poco sabían los clérigos huidos de Sevilla con la imagen de la Virgen de Guadalupe que encontrarían un paraje hermoso como la sierra de Altamira, a orillas del río Guadalupe, para esconderla. Lo del hallazgo del pastor es más predecible. Pero no que la ermita levantada en el lugar acabase siendo el bellísimo monasterio de la actualidad y centro de peregrinación mundial.

Los Jeróminos, Murcia
Todo comenzó junto a la vieja noria árabe junto a las casas en que se asentaron los monjes en la pedanía de la Ñora, pero la amenaza del caudal caprichoso del Segura obligó a cimentar definitivamente el monasterio de San Pedro de Ñora en un altozano próximo. El pulso monástico ha sufrido infinidad de avatares como ser establo, prisión o manicomio antes de convertirse en sede universitaria con sus imponentes dimensiones.

Santa María del Poblet, Tarragona
Basado en los principios cistercienses de la sostenibilidad el monasterio brilla por su gestión ecológica y su compromiso con el medio ambiente. En un lugar aislado con una maravillosa abundancia de fuentes, esenciales para las tareas agrícolas, y bosques, como alamedas -de la que tomó su nombre en latín-, junto a la sierra de Prades, surgió hace 900 años el que ha llegado a convertirse en uno de los monasterios más grandes del continente y mayor del Císter.

Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, Madrid
Su origen más legendario lo sitúa a las mismas puertas del infierno. Donde Felipe II mandó levantar el monasterio de San Lorenzo, en la base del monte Abantos, debido quizás a la mina que sus cimientos ocultaron. La estatua del santo mira al monte mientras el recién llegado queda fascinado por la monumentalidad del palacio real y monasterio de arquitectura renacentista que se convertiría en panteón real.

San Andrés de Arroyo, Palencia
A nuestro país, el románico llega prontamente por el Camino de Santiago. En los alrededores de Aguilar de Campóo se encuentran los cuatro monasterios más notables del románico norte. Entre el Pisuerga y Peña Longa, se levanta el Monasterio de Santa María la Real, muy cerca de allí, el Monasterio de Santa María de Mave, en el término municipal de Olmos de Ojeda se encuentra la iglesia Santa Eufemia de Cozuelos, y la joya de esta ruta tal vez sea el monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo. Su iglesia está pensada en románico y construida en gótico, constituyendo un exquisito ejemplo del arte cisterciense rural. Lo más extraordinario es el claustro, de una belleza y armonía indescriptibles, con sus esbeltas y elegantes columnas y sus insuperables capiteles vegetales, que más parecen obra de refinados escultores que de simples maestros canteros.

Fuente: ABC

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