... del Régimen del Generalísimo.
Siempre con Vuestra Excelencia.
Agustín Montal presidente del club Barcelona entrega al Generalisimo la medalla de oro otorgada por dicho club el 28.2.1974
Hay desmemorias divertidas. O falta de información. O deseos de olvido. El caso es que Piqué, gran futbolista del «Barça» y de la Selección Nacional, se ha metido en terrenos que no domina y se ha desahogado con una tontería.
Piqué, extraordinario jugador y hombre muy envidiado por haber iluminado los vientos del amor que soplan en torno a la bellísima Shakira, ha asegurado –textualmente – que «el Barça fue un bastión en la lucha contra el franquismo», lo cual no se me antoja respetuoso con la verdad. Lo que ha dicho Piqué viene de órdenes de arriba, y no es responsable de emitir semejante memez.
Piqué no tiene edad para saber hasta qué punto el «Barça» fue un club mimado por el franquismo, y beneficiado de un acuerdo del Consejo de Ministros celebrado en el Pazo de Meirás en el verano de 1965 por el que se facilitaba al gran club barcelonés toda suerte de ventajas para su expansión social. Un acuerdo ministerial que aprobó la recalificación de unos terrenos para que el «Barça» pudiera culminar sus proyectos urbanísticos y deportivos, y que no sólo consistió en tan generosa medida. El Consejo de Ministros presidido por el Jefe del Estado, don Francisco Franco, aprobó una subvención a fondo perdido y con cargo al Consejo Nacional de Deportes de 43 millones de pesetas al Fútbol Club Barcelona. Una cifra que en aquellos tiempos superaba el rango de espectacular.
Previamente, el Fútbol Club Barcelona, con todos sus directivos uniformados de elegante chaqué, fueron recibidos por el Generalísimo, el cual aceptó encantado la concesión por parte del club catalán de dos medallas de oro. La segunda medalla de oro no se le impuso al Jefe del Estado en los tiempos duros de la posguerra, sino el 28 de febrero de1974, cuando el general Franco y su régimen principiaban el inexorable camino hacia su extinción. Es decir, que el «Barça», como institución y ejemplar club deportivo español, fue leal con el Jefe del Estado y el régimen franquista hasta las postrimerías de sus respectivas existencias.
Unas semanas antes de la concesión de su segunda Medalla de oro al Caudillo, el «Barça» había vapuleado por 0-5 al Real Madrid en el Estadio Bernabéu, y su presidente de entonces, Agustín Montal, decidió celebrarlo, con la aprobación de toda su Junta Directiva, concediendo al Jefe del Estado tan importante galardón, aprovechando también el septuagésimo quinto aniversario de la fundación del formidable y españolísimo Club de Fútbol Barcelona. A Franco, en presencia del ministro don José Utrera Molina y del delegado nacional de Educación Física y Deportes, Juan Gich, le emocionó el recuerdo que constituyó el argumento principal del discurso de adhesión de Montal a la fundamental ayuda que en 1965 recibió el «Barça» del Gobierno de la nación.
Gracias a esa inestimable ayuda, el «Barça» construyó el «Palau Blau Grana» y el Palacio de Hielo. El Presidente de la Real Federación Española de Fútbol era también catalán, como Juan Gich.
En la vida los rumbos se enderezan o se atraviesan, pero no se queman.
Siempre queda alguien al cargo del archivo de la memoria y de los recuerdos.
Cuando el «Barça» viajaba a Portugal, no acudía como el Real Madrid a visitar al Conde de Barcelona, el Rey exiliado. Temía una reacción negativa de Franco y de su Gobierno. Bernabéu, tan expresivo, respondió de esta manera al elegante y caballeroso periodista deportivo «Gilera» cuando éste le comentó, después de una visita a Don Juan, de la posible incomprensión de Franco: «Me la refanfinfla».
El «Barça» es un grandísimo club. Pero hay que explicarle a Piqué que de bastión antifranquista tuvo muy poco. Más bien, nada. Mejor dicho, lo contrario.
Como terminó Montal sus palabras, «siempre con Vuestra Excelencia».
AHORA VAS Y LO CASCAS.
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