Fotos de archivos históricos
Resulta difícil expresar una
opinión a estas alturas sobre un tema que aún mucha gente “tilda” de delicado,
pero tengo un amigo que hace unos dias me dijo……!Curro a nuestra edad… ya nosotros pasamos de
protagonismos y de miedos.La verdad yo
estoy convencido de que estamos en democracia y esto nos permite decir lo que
sintamos, aunque haya opiniones contradictorias
y los comentarios permitan a los demás expresar sus experiencias y sus
ideas con absoluta libertad..
Nuestros abuelos y nuestros
padres vivieron de lleno las calamidades por las que tuvieron que pasar antes
de la guerra del 36, durante la misma y después en la posguerra.
Nosotros podemos hablar
solamente de lo vivido que fue la época de la dictadura militar, la transición
y la democracia..
Inconscientemente cada
familia imprimió un sello de continuidad
a sus descendientes y por eso en mi pueblo los que habian representado
siempre a la clase capitalista y se
sentian de derechas hasta la médula por el “buen vivir” que esto les reportaba,
supieron educar a sus hijos en la misma doctrina de mantener el pié
constantemente sobre el cuello del mas débil.
La iglesia les sirvió de
distracción para lucir los trajes los domingos y dias de fiesta ya que sus
corazones seguían duros como piedras no permitiéndoles mirar hacia los lados
para ver la miseria que les circundaba por todas partes.
Los que representaban de
verdad a la clase trabajadora , también imprimieron a sus descendientes el sello propio de su vivir que no era otro
que el de la sumisión porque les permitía sobrevivir en convivencia con el
vencedor que vivía sólo para humillar y
castigar.
Dejemos a un lado a esa clase
que se sentía superior sin serlo
realmente y que el tiempo se encargó de transformar quitándoles el mimetismo del
transformismo y la continuidad. Ahora da pena ver a muchos de aquellos
descendientes porque al dividirse la herencia de sus padres entre los hermanos,
ya la mayoría no eran ricos terratenientes y han vivido para aparentar lo que indudablemente no podía ser y sufrir
sus decadencias con el odio pero ya sin poderes.
En las casas de los vencidos,
se vivía con decencia y honestidad sin poder hablar fuerte porque aparecían los antecedentes de tus abuelos ,
quizás ejecutados en un paredón y enterrados fuera de lugar santo, ó los de tu tío que se estaba pudriendo en un penal del Puerto de Santa Maria sabiendo que
sus hijos y su esposa estaban atendidos por la familia y los vecinos y todo por
haber entonado un pequeño canto a la libertad y a la justicia.
Hoy en día hay muchas
personas identificadas con la dictadura
y con la extrema derecha por el
sólo hecho de que recuerdan un orden preestablecido por la fuerza, donde había
pocos robos , no se conocian las drogas, las puertas de las casas y de los
coches estaban siempre abiertas . Piden a voces los “grises” paseando
constantemente por las calles para respirar la tranquilidad que en otros
tiempos vivieron.
Mis reflexiones me han
llevado a la conclusión de que están
totalmente equivocados y quiero decirles a todos que aquella paz de la que
disfrutábamos no era fruto de “los leñazos” incontrolados que repartian los
“grises” y “los picoletos” sin preocuparse siquiera de lo que estaban haciendo.
Yo pienso que aquella forma
de vida se la debíamos a nuestros abuelos y a nuestros padres que con su
ejemplo de rectitud y lucha honesta por la vida nos trazaron una línea en el
camino por la que había que seguir sin desviarnos. Constantemente se nos
decía… ¡a las personas mayores hay que
hablarse de Vd.!...A los mayores y a los desvalidos hay que cederles los
asientos…. , nos acostumbraron a sentirnos satisfechos con el puchero diario y
a no desear lo que no podíamos conseguir sino era con lo recibido por nuestro
trabajo.
Nos criamos “mamando”
constantemente de la teta del respeto y del orden, pero no porque nos
lo impusiese nadie, sino porque nuestros
progenitores habían vivido el horror de
una guerra y nos transmitieron la enseñanza de que “aquello” no se podía
volver a repetir jamás y se quitaban del comer para que pudiésemos ir a los colegios
particulares para aprender más y
conseguir que fuésemos mejores que ellos aún.
Yo y, otros muchos igual que
yo, nos criamos inmersos en el ¡Arriba España”, ¡Viva Franco!, “Por Dios
España y su revolución Nacional Sindicalista”, “Dios guarde a Vd. muchos años”,
“Ut Supra”(Como se solicita) pero aquello para nosotros no pasó de ser un puro
formulismo y si nos hicieron cantar el “Cara Al Sol”, también lo cantamos pero
con nuestra camisa vieja por dentro y pensando siempre en nuestro recto
proceder emanado de las enseñanzas de nuestros padres y de su comportamiento
ante la vida.
Hemos llegado a poder entonar
el grito de la libertad, pero ahora nos damos cuenta de que nos falta el orden
y el respeto que muchos creen se restablecería con “la represión” y “los
leñazos”. Yo, repito, estoy convencido que necesitamos volver a mirarnos en el
espejo de aquellos que nos enseñaron a
vivir sin odios en medio del odio mismo y a caminar sin impregnarnos de las influencias
modernistas y de esos nuevos modelos de
la justicia, como si el Derecho Natural
no formase parte de nosotros mismos desde el mismo momento de nacer.
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