12/08/16 | Cómo ver la lluvia de estrellas del cometa del fin del mundo
Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo llegarán en la madrugada del jueves al viernes. Este fenómeno astronómico fue durante un tiempo el presagio de un gran cataclismo
Las Perseidas han sido mito. Y hoy son un bonito espectáculo astronómico. Pero en el año 1992 las también llamadas Lágrimas de San Lorenzo estuvieron durante un tiempo relacionadas con un cataclismo inimaginable. Entonces, un astrónomo hizo saltar las alarmas cuando un cometa de más de nueve kilómetros de diámetro y similar en tamaño al asteroide que acabó con los dinosaurios, pasó por las cercanías del Sol. Lo preocupante fue que, según sus cálculos, aquel gran pedazo de hielo y polvo amenazaba con chocar contra la Tierra en el año 2126.
El trabajo posterior de los astrónomos dejó a ese cometa tan amenazante, el 109P/Swift-Tuttle, en el cajón de los cometas inofensivos. Por eso hoy en día, al menos si todo sigue según lo previsto, el Swift-Tuttle solo es conocido por ser el responsable de la lluvia de estrellas más famosa y visible en el firmamento: las Perseidas o las “Lágrimas de San Lorenzo”.
Noche de meteoros
Cada mes de agosto el cielo brilla con las Perseidas. Si la luz de la Luna o de las ciudades lo permite, la bóveda celeste se llena de estelas brillantes y efímeras que se forman cuando pequeñas partículas de polvo provenientes del cometa Swift-Tuttle chocan contra la atmósfera. Estas partículas suelen medir menos de un milímetro y viajan a velocidades enormes, de cerca de 214.000 kilómetros por hora, según la NASA. La consecuencia de esto es que, cuando estas partículas llegan a la atmósfera, el rozamiento es tan intenso que su movimiento se transforma en calor y las hace brillar con vivos colores verdosos o blanquecinos. Gracias a este fenómeno, las partículas pequeñas se desintegran y no llegan al suelo, lo que automáticamente las situaría en la categoría de los meteoritos.
El mejor momento
Las Perseidas podrán verse hasta el 24 de agosto. Las mejores noches para observarlas serán las del 11, 12 y 13, pero de entre todas ellas, el momento de mayor actividad ocurrirá en la madrugada del 11 al 12 de agosto, entre las dos y las cuatro de la mañana (hora peninsular).
Estos y los demás días serán visibles a partir de las diez de la noche, y llegarán a su máximo a partir de la medianoche. Como cada año, la luz de la Luna podrá ser una molestia. La Luna llena ocurrirá el 18 de agosto, así que los meteoros serán menos visibles a medida que se acerque esta fecha y la Luna se vaya haciendo más brillante. Sin embargo, tal como han explicado desde el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), la luna creciente que habrá durante las Perseidas, “justo desaparecerá en la segunda mitad de la noche, y no impedirá observar los meteoros”.
Lugares para verlas
“Para ver las Perseidas basta con mirar hacia el cénit, justo encima de nuestras cabezas, y esperar”, ha explicado a ABC el astrofísico Miquel Serra-Ricart, científico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). “Podremos verlas en cualquier punto de la bóveda celeste, solo es cuestión de paciencia”, ha reiterado. Aparte de esto, para verlas, habrá que evitar a toda costa la contaminación lumínica de las ciudades, porque si no la luz impedirá ver las sutiles y efímeras estelas de los meteoros. También conviene buscar lugares en los que el horizonte esté despejado: por eso será mejor buscar sitios elevados en los que las montañas u otros obstáculos no oculten el cielo. Por último, las Perseidas podrán verse en el hemisferio Norte de la Tierra, pero no desde una gran parte del hemisferio Sur.
¿Cuántas habrá?
Cada año los astrónomos hacen complejos cálculos para tratar de averiguar la intensidad de la lluvia de estrellas. El problema es que cada cuerpo que forma el Sistema Solar puede tener influencia en este fenómeno, por lo que resulta muy difícil llegar a una conclusión precisa. Con todo, según la NASA las Perseidas de 2016 serán las más abundantes desde 2009. “Este año, podrán llegar a superar las 150 o incluso llegar a los 200 meteoros por hora”, dijo Bill Cooke, experto en meteoritos. En opinión de Miquel Serra-Ricart, el número de meteoros rondará los 100 o 150 por hora, de modo cada observador podrá ver por término medio un meteoro cada dos minutos.
Recomendaciones
“Las lluvias de estrellas son fenómenos globales (ocurren en cualquier lugar de la bóveda celeste), así que es mejor observarlas con el ojo desnudo, para abarcar el máximo campo de visión posible”, ha explicado Serra-Ricart. Los prismáticos y los telescopios solo serán una molestia, ya que estas estelas pueden aparecer en cualquier parte y apenas duran un instante.
También conviene consultar el tiempo de la zona donde vayamos a ir, para comprobar que el cielo estará despejado de nubes. Será necesario esperar alrededor de 15 o 30 minutos para que los ojos se acostumbren a la oscuridad, y es muy recomendable llevarse una hamaca o unas mantas para estar tumbados y mirar hacia arriba sin tener que adoptar una postura molesta. Para que la espera sea más agradable, se recomienda incluir un poco de comida y bebida, y ropa de abrigo.
¿Por qué ocurren?
Los cometas, como el Swift-Tuttle, son grandes bloques de hielo de agua y de otros compuestos que se mezclaron con polvo y partículas sólidas. Nacieron durante la formación del Sistema Solar, y hoy en día suelen estar muy lejos del Sol. Pero a veces, algunos de ellos se acercan a la estrella. Cuando eso ocurre, el viento solar y el calor comienzan a “erosionarlos”. El resultado es que, mientras estas rocas giran y viajan a enormes velocidades, el viento solar ioniza el gas del entorno de los cometas y forma largas y vistosas colas luminosas, siempre en dirección perpendicular a la estrella. Mientras tanto, el calor sublima el hielo de los cometas y en el proceso libera gas y partículas al espacio, en ocasiones con mucha fuerza. Esto hace que aparezcan colas de residuos detrás de los cometas, que pueden llegar a los 70.000 kilómetros de longitud, según ha dicho Serra-Ricart.
Aunque el cometa Swift-Tuttle pasó cerca del Sol por última vez en 1992, y no volverá hasta 2126, cada año y durante el mes de agosto, la Tierra atraviesa el campo de restos dejados por él. Es entonces cuando ocurren las Perseidas.
El origen de su nombre
Las Perseidas se llaman así porque las estelas apuntan en la dirección en la que se encuentra la constelación de Perseo, cerca de Andrómeda y de Casiopea. Además, este fenómeno ocurría en la noche en la que los católicos recordaban las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera.
Próximas lluvias En octubre llegarán las Oriónidas, en noviembre las Leónidas y en diciembre las Gemínidas, aunque la Luna llena dificultará ver estas últimas.
Las Perseidas han sido mito. Y hoy son un bonito espectáculo astronómico. Pero en el año 1992 las también llamadas Lágrimas de San Lorenzo estuvieron durante un tiempo relacionadas con un cataclismo inimaginable. Entonces, un astrónomo hizo saltar las alarmas cuando un cometa de más de nueve kilómetros de diámetro y similar en tamaño al asteroide que acabó con los dinosaurios, pasó por las cercanías del Sol. Lo preocupante fue que, según sus cálculos, aquel gran pedazo de hielo y polvo amenazaba con chocar contra la Tierra en el año 2126.
El trabajo posterior de los astrónomos dejó a ese cometa tan amenazante, el 109P/Swift-Tuttle, en el cajón de los cometas inofensivos. Por eso hoy en día, al menos si todo sigue según lo previsto, el Swift-Tuttle solo es conocido por ser el responsable de la lluvia de estrellas más famosa y visible en el firmamento: las Perseidas o las “Lágrimas de San Lorenzo”.
Noche de meteoros
Cada mes de agosto el cielo brilla con las Perseidas. Si la luz de la Luna o de las ciudades lo permite, la bóveda celeste se llena de estelas brillantes y efímeras que se forman cuando pequeñas partículas de polvo provenientes del cometa Swift-Tuttle chocan contra la atmósfera. Estas partículas suelen medir menos de un milímetro y viajan a velocidades enormes, de cerca de 214.000 kilómetros por hora, según la NASA. La consecuencia de esto es que, cuando estas partículas llegan a la atmósfera, el rozamiento es tan intenso que su movimiento se transforma en calor y las hace brillar con vivos colores verdosos o blanquecinos. Gracias a este fenómeno, las partículas pequeñas se desintegran y no llegan al suelo, lo que automáticamente las situaría en la categoría de los meteoritos.
El mejor momento
Las Perseidas podrán verse hasta el 24 de agosto. Las mejores noches para observarlas serán las del 11, 12 y 13, pero de entre todas ellas, el momento de mayor actividad ocurrirá en la madrugada del 11 al 12 de agosto, entre las dos y las cuatro de la mañana (hora peninsular).
Estos y los demás días serán visibles a partir de las diez de la noche, y llegarán a su máximo a partir de la medianoche. Como cada año, la luz de la Luna podrá ser una molestia. La Luna llena ocurrirá el 18 de agosto, así que los meteoros serán menos visibles a medida que se acerque esta fecha y la Luna se vaya haciendo más brillante. Sin embargo, tal como han explicado desde el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), la luna creciente que habrá durante las Perseidas, “justo desaparecerá en la segunda mitad de la noche, y no impedirá observar los meteoros”.
Lugares para verlas
“Para ver las Perseidas basta con mirar hacia el cénit, justo encima de nuestras cabezas, y esperar”, ha explicado a ABC el astrofísico Miquel Serra-Ricart, científico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). “Podremos verlas en cualquier punto de la bóveda celeste, solo es cuestión de paciencia”, ha reiterado. Aparte de esto, para verlas, habrá que evitar a toda costa la contaminación lumínica de las ciudades, porque si no la luz impedirá ver las sutiles y efímeras estelas de los meteoros. También conviene buscar lugares en los que el horizonte esté despejado: por eso será mejor buscar sitios elevados en los que las montañas u otros obstáculos no oculten el cielo. Por último, las Perseidas podrán verse en el hemisferio Norte de la Tierra, pero no desde una gran parte del hemisferio Sur.
¿Cuántas habrá?
Cada año los astrónomos hacen complejos cálculos para tratar de averiguar la intensidad de la lluvia de estrellas. El problema es que cada cuerpo que forma el Sistema Solar puede tener influencia en este fenómeno, por lo que resulta muy difícil llegar a una conclusión precisa. Con todo, según la NASA las Perseidas de 2016 serán las más abundantes desde 2009. “Este año, podrán llegar a superar las 150 o incluso llegar a los 200 meteoros por hora”, dijo Bill Cooke, experto en meteoritos. En opinión de Miquel Serra-Ricart, el número de meteoros rondará los 100 o 150 por hora, de modo cada observador podrá ver por término medio un meteoro cada dos minutos.
Recomendaciones
“Las lluvias de estrellas son fenómenos globales (ocurren en cualquier lugar de la bóveda celeste), así que es mejor observarlas con el ojo desnudo, para abarcar el máximo campo de visión posible”, ha explicado Serra-Ricart. Los prismáticos y los telescopios solo serán una molestia, ya que estas estelas pueden aparecer en cualquier parte y apenas duran un instante.
También conviene consultar el tiempo de la zona donde vayamos a ir, para comprobar que el cielo estará despejado de nubes. Será necesario esperar alrededor de 15 o 30 minutos para que los ojos se acostumbren a la oscuridad, y es muy recomendable llevarse una hamaca o unas mantas para estar tumbados y mirar hacia arriba sin tener que adoptar una postura molesta. Para que la espera sea más agradable, se recomienda incluir un poco de comida y bebida, y ropa de abrigo.
¿Por qué ocurren?
Los cometas, como el Swift-Tuttle, son grandes bloques de hielo de agua y de otros compuestos que se mezclaron con polvo y partículas sólidas. Nacieron durante la formación del Sistema Solar, y hoy en día suelen estar muy lejos del Sol. Pero a veces, algunos de ellos se acercan a la estrella. Cuando eso ocurre, el viento solar y el calor comienzan a “erosionarlos”. El resultado es que, mientras estas rocas giran y viajan a enormes velocidades, el viento solar ioniza el gas del entorno de los cometas y forma largas y vistosas colas luminosas, siempre en dirección perpendicular a la estrella. Mientras tanto, el calor sublima el hielo de los cometas y en el proceso libera gas y partículas al espacio, en ocasiones con mucha fuerza. Esto hace que aparezcan colas de residuos detrás de los cometas, que pueden llegar a los 70.000 kilómetros de longitud, según ha dicho Serra-Ricart.
Aunque el cometa Swift-Tuttle pasó cerca del Sol por última vez en 1992, y no volverá hasta 2126, cada año y durante el mes de agosto, la Tierra atraviesa el campo de restos dejados por él. Es entonces cuando ocurren las Perseidas.
El origen de su nombre
Las Perseidas se llaman así porque las estelas apuntan en la dirección en la que se encuentra la constelación de Perseo, cerca de Andrómeda y de Casiopea. Además, este fenómeno ocurría en la noche en la que los católicos recordaban las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera.
Próximas lluvias En octubre llegarán las Oriónidas, en noviembre las Leónidas y en diciembre las Gemínidas, aunque la Luna llena dificultará ver estas últimas.
Fuente: ABC
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