Quiero que me escucheis con los cinco sentidos porque no es trascendental lo que voy a contaros, pero sí importante ya que de pensar en voz alta se trata:
El huertecillo que yo heredé de mi abuelo, como otros que hay por allí, está junto a las Torres y aparte de unas parritas, unas cuantas de higueras, unas palitas de chumbos y bastante “yerba punta”, me hace el más feliz de los mortales, porque representa la continuidad de la vida de una persona honrada y trabajadora.
Estoy dándole vueltas a la cuestión y tal vez pueda hacerme en el huerto un pequeño establo donde guarecerse un precioso burrito moruno al que tengo mis ojos puestos desde hace bastante tiempo.
La cuestión, aún siendo tentadora, he decidido que debe ser estudiada con serenidad. Tiene su atractivo el contar con un productor permanente de estiércol. El que el presupuesto de alimentación sea bajo también es un factor a favor y para las nietas sería algo estupendo.También sería un fabuloso aliado en las excursiones al monte ya que me siento un nómada de estos menesteres como coger setas, madroños, murtas, algarrobas, bellotas, castañas, chumbos y toda clase de hierbas y tubérculos precisos para curarnos de forma sana y tradicional.
Los chiquillos y las mujeres podrían tener el aliciente de vez en cuando de subirse al animal en las excursiones de senderismo ó para llevar las viandas, el agua y otros artilugios precisos en el largo caminar.
Un ejemplar macho de burro moruno, recien destetado, puede adquirirse por unos 250 Euros( precio de salida, falta el regateo). Las hembras suelen ser un poco más caras, debido tal vez a su capacidad reproductora.
Para evaluar los “contras”, faltaría saber qué costes habría que soportar en temas veterinarios, alimentación, ¿herrero? Y en lo que el Estado pueda meter la mano o tal vez nos den algo por el burrito. También habría que construirle el pequeño establo que indiqué al principio y que puede hacerse en el Huerto de Mi abuelo con unos cuantos de palos y un techo de Uralita.
Sigo dando vueltas por la calle Mellado y sus aledaños para ver mi futuro “Burrito Moruno” porque ahora que se acerca la jubilación, puede resultar un aliciente encantador para nosotros en casa y para mis nietas.
Paco Vera y Currini aceptan de buen grado esta pretensión mía de comprarme el burrito moruno y hasta se apuntan a venirse conmigo a esos montes de Dios a recoger las cosechas gratis que los montes nos prodigan constantemente y respirar el aire puro de nuestros bellos paisajes jimenatos.
Me marcho esta tarde del callejón de la calle Ancha ( junto a Mellado) y tras dejar al burrito con su dueño, llego a la conclusión de darme un año, prorrogable, para informarnos y pensar en el asunto definitivamente.
Lo que os he contado, no es que sea importante, pero es una de esas reflexiones bonitas que a mi me encanta leer en el blog de mi amigo Currini.
Un abrazo para todos de “ EL NIÑO LAS TORRES”Corresponsal en jimena
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