Por las calles del bonito pueblo hay diseminadas doce ermitas donde están las cruces y que están hechas con las aportaciones de los vecinos de toda índole, es decir, ellos las construyen , las adornan y las cuidan.
Lo más importante es que estas Cruces están cerradas pero cuando aparece alguien a verlas pues llama a las puertas de los vecinos y abren con una amabilidad extrema para enseñarlas sin que se tenga que abonar nada, salvo que quieras dejar algo para ayudar al mantenimiento pero que no les hace mucha gracia el que dejes sobre el suelo algunas monedas.
Si pinchais sobre las imágenes vereis que tienen una gran belleza y que merecerá la pena darse un paseo cualquier dia de mayo para ver esta forma tan particular de vocación.
En la mañana las vimos todas sin ningún problema y la verdad que estuvimos encantados y como no vimos muchas posibilidades gastronómicas pues nos marchamos a Ballullo donde entramos en Bodegas Roldan y regresamos por la tarde a Sevilla con mi nieto Andrés.
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