Dolorita Montero,, era una señora muy mayor( cuando yo era pequeño) que vivia en la Calle La Loba y tenía una tienda pequeñita en su propia casita, donde con mil amores hacia estos bortachones de huevo que se pegaban en el papel y se llevaban al horno.
Era parecido a la masa del bizcocho pero que nadie los hacía en casa porque siempre todo el pueblo se los compraba a aquella mujer que los hacia de una calidad fuera de límites, guardando como es lógico la receta con sumo secreto.
Ahora que voy bastante de senderismo he hecho amistades con José Luis Sánchez que precisamente es hijo de José Sánchez Montero y resulta que pensando.....,pensando..., me doy cuenta que nuestra Dolorita Montero, sin duda alguna era su abuela paterna y es a él a quien quiero dedicar con todo mi cariño este recuerdo de "Los Bortachones de Dolorita Montero".
Currito..... !Toma cinco pesetas y traetelas de bortachones de casa de Dolorita....! , así a veces me decia mi padre ó me mandaba mi madre porque como he dicho eran unos dulces exquisitos, esponjosos que pegados a aquel papel hacian las delicias de todos nosotros en nuestra casa. Yo , que era el más "lambuzo" de todos, siempre estaba al salto para coger los papeles que dejaban los demás y pasarles la lengua hasta que quedasen como una patena, pero en estos casos siempre mi lengua quedaba rasposa del contacto con el papel mojado.
Es una pena que no se haya transmitido la receta de padres a hijos para poder seguir disfrutando de algo tan nuestro como puede ser el piñonate, aunque los bortachones no llegasen a tener este rango de dulce principal del pueblo y se mantuviesen en la misma línea de los borrachones ó los mantecados.
Los "mostachones" comprados en El Fantasma, han servido para que yo pueda recordar y transmitir el recuerdo de algo que desapareció del pueblo cuando Dolorita Montero dejó de hacerlos por su avanzada edad pero estos no son ni un "asomo" de aquellos que traidos calentitos desde la calle La Loba nos encantaban a todos los que de vez en cuando nos permitiamos comprarlos ya que resultaban muy baratos para desayunos o meriendas.
La vida continua sin los "bortachones" de Dolorita pero los de mi generación, seguiremos recordándolos hasta que no quedemos ninguno para poder hablar de algo típico de un pueblo como es Jimena de la Frontera.
Puede que a lo mejor alguien aprendiese a hacerlos y se atreva a facilitar la receta para al menos darle vida de nuevo a este dulce tan casero que otros pueblos de Andalucia lo tienen tambienn como propio aunque dudo de las calidades comparados con aquellos que artesanalmente se hacian en aquella casita de la calle La Loba..
Un abrazo
Currini
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