Foto: Currini |
En la naturaleza existen infinidad de muros nacidos de forma
espontánea que si saber porqué separaron civilizaciones, formas de vida y
tantas otras cosas que ni siquiera somos capaces de describir como es debido.
Los océanos, los continentes, las galaxias y el infinito, son muros que siempre
estuvieron de forma presente para evitar la comunicación entre los seres que se
desarrollaron conforme a unos principios nacidos y crecidos en el lugar de
origen. Esos seres se sintieron protegidos de invasiones de otras culturas
porque los muros nacieron para esa defensa precisamente.
El hombre en sus distintos “ecosistemas” se desarrolló de
tal manera que buscó la forma de
transgredir la leyes que los muros habían impuesto y de forma consciente o
inconsciente lo va consiguiendo para lo
que inventó el fuego, la rueda, el barco, las velas y de ahí brotaron tantas y
tantas cosas que el océano dejó de ser un muro, las grandes distancias se
cubrieron y hasta nos acercamos a los planetas cada día más y más.
Esos muros protectores han dejado de prevalecer en el tiempo
y la mente del hombre ha permitido atravesarlos para cambiar y mezclar formas
de vida y culturas que poco a poco terminarán con la permanencia de algo que
nació creado con sello propio y que esta transgresión humana ha corroído
para hacerlo desaparecer con sus contaminaciones.
Sirva de ejemplo cercano el que cuando nuestro Colón
consiguió de forma mas convincente, dejando atrás la estela de la continuidad,
el llegar a atravesar el Mar Tenebroso ( Muro), es verdad que trajo cosas
nuevas como las patatas, los tomates, el cacao, el maiz y la noticia de que otra forma de vida e
idiomas distintos existian en los confines descubiertos. Nosotros cambiamos por
el contrario su forma de hablar, la religión, impusimos esclavitud,
enfermedades nuevas y destruimos su forma de vivir y de pensar para
siempre, privándoles de su desarrollo normal y progresivo.
Mi reflexión me lleva a decir que nuestra fuerza inventiva y
descubridora, derriba muros naturales y
cambia el giro de vida a caminos distintos del natural que marca la existencia
en un lugar determinado.
Esa reflexión mía me lleva también a pensar en otro tipo de muros invisibles que como el
“alma” están ahí , no se ven, pero hacen que los sentimientos de las personas
no puedan romperlos porque sucedería como
en el caso de los otros muros naturales, que se trastocaria la forma de vida y de sentir con
el consiguiente perjuicio al “entorno cercano”.
Muros naturales e invisibles han sido el objeto de mi
reflexión de hoy cuya consecuencia es la conformidad y aceptación en paz de cuanto poseemos llevadas al respeto,
agradecimiento y comprensión de quien escucha y acontece.
Dedicado a mis amigos/as
Currini
No hay comentarios:
Publicar un comentario