lunes, junio 29, 2009

MUCHOS OS QUIERO GATITOS Y PERRITOS, PERO EN MI CASA NI UN MOMENTITO.



Esta mañana temprano, como de costumbre, he salido a pasear y al ver ese precioso mirlo en las fauces de un gato, no he podido evitar el reflexionar sobre muchas de las cosas que suceden en la Naturaleza y las consecuencias de nuestros absurdos comportamientos.

En mi pasear cotidiano veo muchos gatos en las calles o al pie de la carretera con los ojos rojos, comidos de postillas y heridas que no cicatrizan. Junto a estos animales se ven montoncitos de comida especial para gatos y cacharros con agua, además de papelones con raspas de pescado y restos de paella de arroz.

Yo soy un amante de los animales, pero consciente de que suelo viajar bastante, no los voy a poder tener atendidos, así que me limito a contemplarlos cuando merece la pena hacerlo.

Me gustaría decirle a todas esas personas que salen con los papelones de comida para gatos y los ponen en la puerta del vecino de frente, que deberían meditar un poco en lo que están haciendo, pues como consecuencia de sus actuaciones, estos gatos se están multiplicando llenos de enfermedades porque precisan de unos cuidados veterinarios y unas vacunas adecuadas que les permita vivir como se merecen.

Cuando existe ese cariño desmesurado por los animales, se compra uno un gatito o un perrito y lo tiene en su casa, le suministra los cuidados necesarios y le hace llevar una vida de bienestar que para eso han nacido.

Esos gatitos mal alimentados en las calles y cunetas terminan muertos victimas de enfermedades crueles y otros atrapados por las ruedas de los coches quedan muertos o inválidos para siempre.

Esos gatitos alimentados con vuestros restos de comida en la acera de enfrente, atrapan los mirlos, gorriones, verderones y jilgueros que anidan en nuestros jardines buscando nuestra protección y cada día son menos los que se atreven a acercarse a nuestros setos por causa de estos animales incontrolados y que vosotros estais alimentando constantemente pero que no quereis en vuestras casas porque os molestan y por tanto no se os puede calificar como amantes de los animales.

Un amante de los animales, tiene su mascota en casa, le lava, le cuida con mimos, le hace sus visitas al veterinario y permite que se muera de viejo dándole el cariño que se merece.

Esos gatos y perritos a los que poneis de comer, repito en la puerta del vecino, son los que se comen los pajaritos que alegran nuestros jardines, los que infectan con sus heces nuestro césped y nuestros arriates que transmiten enfermedades y alergias a los niños pequeños.

En mi reflexionar no quiero herir a nadie en absoluto pero antes de poner esa comida que ha sobrado en la calle, pensad en las consecuencias y en el sufrimiento que se transmite a esos animales que se multiplican de cualquier forma entre la maleza y permanecen abandonados arrastrando miseria y penalidades constantemente.

Tal vez mi reflexión de hoy no sirva para mucho, pero en el aire queda en defensa de esos miles de animales que se crian sin hogar, sin techo y por supuesto sin ningún tipo de cariño.

Un abrazo.

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