Vuelve Arenas
El anterior líder del PP andaluz retoma una agenda pública más intensa después de su parón tras la dimisión, y en pleno debate sobre la elección del candidato popular a la Junta.
Los ojos del Guadiana comenzaron a brotar este otoño después de décadas tuertos, e inundaron las Tablas de Damiel sin necesidad de que los trasvases artificiales anegasen este parque nacional de la Mancha. Los silencios no sólo son sustanciales en la música: también en la política. Cuando Javier Arenas dimitió sorpresivamente después de las elecciones autonómicas de marzo de 2012, a pesar de que durante semanas manejó una hoja de ruta en la que él seguiría de presidente del PP andaluz, tomó varias decisiones radicales: se quedó en el Parlamento, pero se acomodó en uno de los escaños de la última fila; se sumergió en un largo verano de ausencias y silencios, y dejó el campo libre a su sucesor, Juan Ignacio Zoido, elegido nuevo líder de los populares andaluces en julio en Granada. En ese congreso, las faltas de Arenas llegaron a su cénit; ni siquiera asistió a un cóctel en la terraza del Palacio de Congresos que se suponía era la visualización de la entrada del uno y la llegada del otro. Pero esto parece haber cambiado, y viene a coincidir, al menos en el tiempo, con las prisas de algunos en el PP por elegir, cuanto antes, al candidato a la Junta, una vez que Juan Ignacio Zoido ya ha evidenciado que esa carrera autonómica no es la suya, sino la del Ayuntamiento de Sevilla.
Arenas, que sigue siendo uno de los vicesecretarios generales del PP nacional, ha vuelto. Claramente. Lo mismo clausura un congreso de Nuevas Generaciones en Huelva, que asiste a la proclamación de los Reyes Magos en Sevilla, a la visita del ministro Cristóbal Montoro este jueves en la misma ciudad o vuelve a su Almería el viernes pasado, donde lo recibe el patrón de los populares, Gabriel Amat, a quienes todos le llaman el padre. En unas pocas semanas, Mariano Rajoy también se trasladará a esta provincia andaluza, donde las últimas encuestas del Instituto Sociológico de Estudios Avanzados (IESA) le otorgan al PP un sonoro descenso en intención de votos.
La vuelta de Arenas coincide con el debate entre los populares sobre cuándo se debe designar el candidato a la Junta. Esto era de prever: en política, si alguien deja huecos, otros intentan llenarlos. Y Zoido dejó vacío el flanco de la candidatura. Un dirigente popular andaluz se ufana en contar cuántas personas hay disponibles en el PP para lanzarse a la carrera de las elecciones autonómicas: Carmen Crespo, la delegada del Gobierno; José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba; Esperanza Oña, la de Fuengirola; José Luis Sanz, el secretario general del partido e, incluso, Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga, aunque éste parece ocupado en otros menesteres municipales. Y el dirigente popular es capaz de seguir dando otros nombres.
Sin embargo, y esto es de anotar, Zoido se mantiene al frente de la dirección del PP andaluz, y lo hace con convicción. Según los más cercanos, no está dispuesto a que le den "empujones". Lo ocurrido esta semana ha sido significativo: Zoido lo ha dejado claro al pronunciar en Huelva eso de que "aquel que tenga prisas se está equivocando". Como todas la sucesiones, la del PP también será complicada. Arenas, desde Almería, lo expresó el viernes: este debate está zanjado, será lo que Zoido diga, aunque las relaciones entre ambos no son las de antaño. Arenas, y eso no lo puede evitar, es lo que, comúnmente, se conoce como un animal político, es su pasión vital, y necesita ocupar otros huecos que ni María Dolores de Cospedal le ha dejado en Génova ni Zoido va a dejarle en Andalucía. La espera para entrar en el Gobierno de Rajoy se hace larga.
Arenas, que sigue siendo uno de los vicesecretarios generales del PP nacional, ha vuelto. Claramente. Lo mismo clausura un congreso de Nuevas Generaciones en Huelva, que asiste a la proclamación de los Reyes Magos en Sevilla, a la visita del ministro Cristóbal Montoro este jueves en la misma ciudad o vuelve a su Almería el viernes pasado, donde lo recibe el patrón de los populares, Gabriel Amat, a quienes todos le llaman el padre. En unas pocas semanas, Mariano Rajoy también se trasladará a esta provincia andaluza, donde las últimas encuestas del Instituto Sociológico de Estudios Avanzados (IESA) le otorgan al PP un sonoro descenso en intención de votos.
La vuelta de Arenas coincide con el debate entre los populares sobre cuándo se debe designar el candidato a la Junta. Esto era de prever: en política, si alguien deja huecos, otros intentan llenarlos. Y Zoido dejó vacío el flanco de la candidatura. Un dirigente popular andaluz se ufana en contar cuántas personas hay disponibles en el PP para lanzarse a la carrera de las elecciones autonómicas: Carmen Crespo, la delegada del Gobierno; José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba; Esperanza Oña, la de Fuengirola; José Luis Sanz, el secretario general del partido e, incluso, Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga, aunque éste parece ocupado en otros menesteres municipales. Y el dirigente popular es capaz de seguir dando otros nombres.
Sin embargo, y esto es de anotar, Zoido se mantiene al frente de la dirección del PP andaluz, y lo hace con convicción. Según los más cercanos, no está dispuesto a que le den "empujones". Lo ocurrido esta semana ha sido significativo: Zoido lo ha dejado claro al pronunciar en Huelva eso de que "aquel que tenga prisas se está equivocando". Como todas la sucesiones, la del PP también será complicada. Arenas, desde Almería, lo expresó el viernes: este debate está zanjado, será lo que Zoido diga, aunque las relaciones entre ambos no son las de antaño. Arenas, y eso no lo puede evitar, es lo que, comúnmente, se conoce como un animal político, es su pasión vital, y necesita ocupar otros huecos que ni María Dolores de Cospedal le ha dejado en Génova ni Zoido va a dejarle en Andalucía. La espera para entrar en el Gobierno de Rajoy se hace larga.
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