En un país con más de 1.300 millones de habitantes, gestionar el sistema de transporte público en determinadas áreas es un verdadero caos. Para atajar el problema, China comenzará a instalar híbridos entre autobuses y trenes que se desplazarán por encima del tráfico de coches. Ayudados por raíles, circularán por encima de la carretera permitiendo el paso de vehículos por debajo de ellos.
China ha decidido ponerse seria con el transporte en las grandes ciudades a través de un proyecto completamente revolucionario para el sector que fue presentado en la XIII Exposición Internacional de de alta tecnología celebrada en Pekín el pasado mes de mayo.
Construirá autobuses gigantes que viajarán sobre las calles mientras que los coches podrán circular por debajo de ellos. El sistema se basa en unos raíles, cuyas vías comenzarán a instalarse a finales de este año en el distrito Mentougou (Pekín). La idea está siendo desarrollada por la compañía Shenzhen Huashi Future Partking Equipment.
Los vehículos, de seis metros de ancho y cuatro de alto, trasladarían a unas 1.200 personas a una velocidad de 40 km/h. Funcionarán con energía eléctrica y paneles solares, todo un “respiro” para el cuidado del medio ambiente, y las estaciones donde pararán estos vehículos se construirían sobre plataformas a los lados de las calles.
Uno de los puntos fuertes del proyecto es el coste de fabricación y de instalación de cada tramo: 40 kilómetros cuestan apenas un 10% del precio del transporte en metro. La compañía que desarrolla el proyecto espera además que se reduzcan entre un 20 y un 30%los embotellamientos.
Pero el proyecto chino no es el único con pretensiones que se desarrolla en el mundo. Tiene competencia, y seria. Entre ellos el de la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP, en inglés), que trabaja en un modelo que planea comenzar a fabricar a en 2020.
El diseño se ajusta al programa ‘Sistema de Autobuses Europeos del Futuro’, enfocado a dar con el sistema más adecuado para las necesidades del siglo XXI.
Entre otras novedades, incorporará tecnología para transportar hasta 120 personas de forma mucho más cómoda. Además de conducirse solo, a través de una cámara que leerá las señales y marcas de la calzada, contará con un sistema de parachoques especializado en la reducción de daños en caso de algún golpe.
Por supuesto, será limpio. Lo más probable es que utilice combustible libre de emisiones de CO2 o una batería eléctrica.
Fuente: La Razón
China ha decidido ponerse seria con el transporte en las grandes ciudades a través de un proyecto completamente revolucionario para el sector que fue presentado en la XIII Exposición Internacional de de alta tecnología celebrada en Pekín el pasado mes de mayo.
Construirá autobuses gigantes que viajarán sobre las calles mientras que los coches podrán circular por debajo de ellos. El sistema se basa en unos raíles, cuyas vías comenzarán a instalarse a finales de este año en el distrito Mentougou (Pekín). La idea está siendo desarrollada por la compañía Shenzhen Huashi Future Partking Equipment.
Los vehículos, de seis metros de ancho y cuatro de alto, trasladarían a unas 1.200 personas a una velocidad de 40 km/h. Funcionarán con energía eléctrica y paneles solares, todo un “respiro” para el cuidado del medio ambiente, y las estaciones donde pararán estos vehículos se construirían sobre plataformas a los lados de las calles.
Uno de los puntos fuertes del proyecto es el coste de fabricación y de instalación de cada tramo: 40 kilómetros cuestan apenas un 10% del precio del transporte en metro. La compañía que desarrolla el proyecto espera además que se reduzcan entre un 20 y un 30%los embotellamientos.
Pero el proyecto chino no es el único con pretensiones que se desarrolla en el mundo. Tiene competencia, y seria. Entre ellos el de la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP, en inglés), que trabaja en un modelo que planea comenzar a fabricar a en 2020.
El diseño se ajusta al programa ‘Sistema de Autobuses Europeos del Futuro’, enfocado a dar con el sistema más adecuado para las necesidades del siglo XXI.
Entre otras novedades, incorporará tecnología para transportar hasta 120 personas de forma mucho más cómoda. Además de conducirse solo, a través de una cámara que leerá las señales y marcas de la calzada, contará con un sistema de parachoques especializado en la reducción de daños en caso de algún golpe.
Por supuesto, será limpio. Lo más probable es que utilice combustible libre de emisiones de CO2 o una batería eléctrica.
Fuente: La Razón
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