lunes, septiembre 27, 2010

LOS FRUTOS DEL OTOÑO.........

MEMBRILLOS
GRANADA
ACHOFAIFA
Siempre se hubo de esperar a que llegase el tiempo adecuado de cada fruta y así deciamos ahora es el tiempo de .... "las castañas, los madroños, las achofaifas, los nísperos, las murtas, las algarrobas, los chumbos, las zamboas, los membrillos.........." y es que ahora ya no pasa lo mismo porque de casi todo disponemos en cualquier estación del año por los cultivos de invernaderos y los nuevos procesos de conservación de los alimentos.
No obstante lo fundamental sigue existiendo en cada estación y es el otoño la que conserva más productos en su lista y que nos hace recordar los viejos tiempos.

Uvas, peras, manzanas, plátanos, frutos del bosque (moras, arándanos, grosellas) y granadas son frutas que, aunque puedan estar disponibles durante todo el año, su presencia es obligatoria en la temporada natural, el otoño.

La granada tiene muy pocas calorías gracias a su elevado contenido en agua. Algunos de sus componentes más destacables son el ácido cítrico (de acción desinfectante y potenciador de la vitamina C), el ácido málico, los flavonoides (pigmentos de acción antioxidante) y los taninos. Estos últimos son sustancias con propiedades astringentes y antiinflamatorias. Las investigaciones más recientes centran su atención en el zumo de granada, dado su concentrado en compuestos funcionales como los polifenoles, que muestran mayor biodisponibilidad y actividad antioxidante en el zumo que en los granos de la fruta enteros. Consumir granada en la alimentación cotidiana es fácil. Se puede disfrutar de su peculiar textura mezclada en las ensaladas o como acompañamiento en forma de salsa de carnes o de pescados. Se consigue una sinergia de antioxidantes si se mezcla con zumo de naranja y una bebida muy dulce, la granadina, si al jugo de la fruta se le agrega azúcar, si bien se usa más como edulcorante de recetas que como bebida, debido a su excesivo gusto dulzón.

La uva y el moscatel son frutas más dulzonas y energéticas, pero sería injusto destacar sólo esta particularidad. Estas frutas concentran, sobre todo las uvas negras, un compendio de sustancias responsables de su aroma, textura y color característicos, junto con reconocidas propiedades antioxidantes, como antocianinas, flavonoides y taninos. No conviene limitarse a comer las uvas como fruta fresca, ya que son múltiples las recetas que se pueden elaborar con este alimento: compotas, zumos mixtos, cremas espumosas, pasteles, originales y refrescantes ensaladas e, incluso, guarniciones de carnes o de pescados.

Entre todas las frutas de otoño, los frutos del bosque (moras, arándanos, grosellas) concentran la mayor cantidad de antioxidantes, en especial en forma de flavonoides colorantes, como las antocianinas, que confieren el tono rojo intenso, granate o morado a estos frutos. Se puede aprovechar su corta temporada y su delicada textura y presencia para dar más sabor y color a variedad de recetas, desde zumos, postres dulces, bizcochos y mermeladas, hasta salsas y untos de platos de carnes.
Además de ser sabrosos postres, estas frutas sirven para la elaboración de ricas ensaladas, platos de pasta a los que aportan un toque de color o como ingredientes de brochetas o saludables macedonias de otoño. Tanto su sabor como su color aportan originalidad a un incontable número de platos.

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