Desde que tenía diez u once años comencé a escribir cartas
comerciales y a controlar un poco el desorden del facturero que mi padre tenia
en aquel AZ. La verdad es que no lo hacía por voluntad propia al principio,
sino obligado por mi progenitor, hasta que comprendí que aquello era
absolutamente necesario y había que hacerlo por necesidad.
Con algunos años más me inicié en aquello de la “Contabilidad Por Partida
Doble” para lo que compramos en La Librería
Belmonte de Algeciras, el Libro Mayor, El Diario y el de
Cuentas Corrientes qque me sirvió para controlar ingresos y gastos, como se
podia, porque mi padre tenía su peculiar forma de saber cuanto ganaba en sus
negocios y trapicheos.
Pero no es de contabilidad de lo que quiero hablaros hoy en
mi reflexión del día, sino de la doble forma que se suscitó alli de controlar los negocios……por un lado mi
padre llevaba su cuenta personal cargada de emotividad y de otra parte los
libros reflejaban otra cosa de cara a la posible intervención de la “Fiscalia”.
Después con el tiempo conocí como todas las empresas llevaban una doble
contabilidad…. La que reflejaba realmente los beneficios anuales y la oficial
que serviria para presentar a inspectores y por la que se pagaban
fraudulentamente los impuestos del fisco.
Para seros sinceros, os diré que desde muy joven este embrollo de la doble
contabilidad se apoderó de mi y en unas de mis reflexiones comprendí que mi
vida siempre ha sido , una contabilidad
con duplicidad de libros y que he ido
pasando hojas del libro de mi vida partida de dos formas tambien distintas…..
la que cara al exterior representé y represento y la que pertenece a mis
pensamientos y mis sueños diarios.
No penseis ni mucho
menos que no soy sincero con la vida exterior de cara a los demás, sino que ,
como sucede a muchísimas personas, hay un mundo interior que jamás sale fuera,
y se queda “ per seculá seculorum” en
nuestro “modo vivendis”
Yo que siempre he vivido un mundo interno extraño de
sensaciones, pensamientos e ideas puedo deciros que estos dos mundos se
contraponen a veces tanto que
precisamente es lo que no te permite relacionarte con la sinceridad debida. Esta
reflexión me lleva a que tal vez yo no
sea “ la aguja de un pajar” y todo esto que estoy diciendo se dé en todas las
personas de forma generalizada y así nadie se atreva a decir sus delirios de
grandezas, el vivir de forma interior en una vida mas placentera y mejor, el
rodearse en imaginación con los seres que adora y el entablar contactos con
divinidades que sabemos no existen en planos reales.
Tal vez la psicología sepa de esta doble vida
mental-real y hasta hayan podido estudiar
la correlación de esos dos mundos de las
personas y que me ha dado por comparar con las dobles contabilidades ( la real
y la tramposa) que tanto problema da a la Agencia Tributaria
hoy en día………
Currini
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