El consumo de huevos está contraindicado para las personas que padecen de piedras en la vesícula biliar o litiasis biliar, ya que puede conducir a un cólico. En su caso, se restringen las grasas en general, no sólo la procedente del huevo, puesto que este alimento no es malo para el hígado. Ésta es una afirmación que carece de rigor científico.
Durante años, organismos nacionales e internacionales relacionados con la salud y la nutrición establecieron guías en las que se restringía el consumo de huevos dado su alto contenido de colesterol: "no más de tres yemas a la semana", "máximo dos huevos enteros por semana...". Eran algunas de las recomendaciones para prevenir y tratar la hipercolesterolemia como factor de riesgo cardiovascular. Sin embargo, según resultados de múltiples publicaciones científicas actuales, esas recomendaciones de consumo se han modificado. El verdadero factor que influye en la colesterolemia o en los niveles de colesterol en sangre es el balance entre las grasas insaturadas y saturadas, más que la ingesta de colesterol.
Respecto a la sensibilidad al huevo, es uno de los alimentos más alergénicos para los niños. Esta capacidad se concentra sobre todo en la albúmina, una de las proteínas de la clara, aunque también se puede desarrollar alergia a la yema. Cuando se detecten los primeros síntomas, hay que excluir de la dieta el huevo, sus derivados y los productos que contengan alguno de sus componentes.
Tortilla sin huevo
Para preparar una tortilla sin huevo hay que seguir los mismos pasos que con una tortilla convencional. La única diferencia es que el huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua. Si se desea preparar una tortilla de patata de esta manera, mientras se fríe la patata, en un recipiente se mezclan la harina de garbanzo y el agua hasta conseguir una textura similar a la de un huevo batido. Se añade un poco de sal y se bate. Una vez que las patatas estén fritas, se retira el aceite y se agrega esta mezcla.
El huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua
Si se prefiere una tortilla francesa, el proceso es también sencillo. Se vierte un poco de aceite en la sartén, se añade la mezcla que sustituye al huevo y se remueve para evitar que se queme y el interior quede bien hecho. Para que la tortilla no se rompa, conviene dejarla reposar unos instantes tras sacarla de la sartén.
Durante años, organismos nacionales e internacionales relacionados con la salud y la nutrición establecieron guías en las que se restringía el consumo de huevos dado su alto contenido de colesterol: "no más de tres yemas a la semana", "máximo dos huevos enteros por semana...". Eran algunas de las recomendaciones para prevenir y tratar la hipercolesterolemia como factor de riesgo cardiovascular. Sin embargo, según resultados de múltiples publicaciones científicas actuales, esas recomendaciones de consumo se han modificado. El verdadero factor que influye en la colesterolemia o en los niveles de colesterol en sangre es el balance entre las grasas insaturadas y saturadas, más que la ingesta de colesterol.
Respecto a la sensibilidad al huevo, es uno de los alimentos más alergénicos para los niños. Esta capacidad se concentra sobre todo en la albúmina, una de las proteínas de la clara, aunque también se puede desarrollar alergia a la yema. Cuando se detecten los primeros síntomas, hay que excluir de la dieta el huevo, sus derivados y los productos que contengan alguno de sus componentes.
Tortilla sin huevo
Para preparar una tortilla sin huevo hay que seguir los mismos pasos que con una tortilla convencional. La única diferencia es que el huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua. Si se desea preparar una tortilla de patata de esta manera, mientras se fríe la patata, en un recipiente se mezclan la harina de garbanzo y el agua hasta conseguir una textura similar a la de un huevo batido. Se añade un poco de sal y se bate. Una vez que las patatas estén fritas, se retira el aceite y se agrega esta mezcla.
El huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua
Si se prefiere una tortilla francesa, el proceso es también sencillo. Se vierte un poco de aceite en la sartén, se añade la mezcla que sustituye al huevo y se remueve para evitar que se queme y el interior quede bien hecho. Para que la tortilla no se rompa, conviene dejarla reposar unos instantes tras sacarla de la sartén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario