Los días de lluvia intensa siempre fue un aliciente para todo el pueblo que con los paraguas los mayores y los pañuelos amarrados por los cuatro picos sobre nuestras cabezas, los chavales bajábamos detrás del cine de verano a contemplar aquella "casita" de la Tosca que a veces quedaba bajo las aguas del tumultuoso río. El charco de la Vegueta ampliaba su cauce hasta el "Tropezón" muy cerquita de la "Venta Pelota" ó " Baraña". Sigo pensando que es una verdadera lástima el que no se haya construido una presa para almacenar parte del agua que se pierde y darle un poco de aliciente y regadio a toda aquella zona.
Un abrazo.
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