Ya estamos contando las horas para que se termine este año sembrado de acontecimientos trágicos, de bajada constante del euribor y de una crísis económica que no parece tener fin, por lo que se presenta bastante duro de pelar hasta el último día.Sonarán las campanadas de fin de año y le diremos adios al calendario viejo que tiraremos a la papelera para poder colgar otro en el mismo clavo que lleva soportando años y años estos prospectos de nuestra vida cotidiana.
En los últimos minutos del año sonarán las campanadas y todos saltaremos de alegria, al mismo tiempo que engullimos las doce uvas de la suerte y formulamos deseos para los nuestros.
Mientras el tañir de las campanas resuenan formularemos acuerdos pactados con nuestro interior, como dejar de comer dulces, no fumar, andar varios kilómetros todos los días, mantener la dieta equilibrada etc, etc, etc, etc, etc,
Como lo nuestro es lo de “reflexionar” yo diría que lo mejor es mirar un poquitín hacia atrás y ver lo que hemos dejado, para comprender las cosas que importan de verdad y las que no merecen tenerle consideración alguna.
Vamos a prometernos esas cosas sencillas que nos hagan sentirnos felices como hablar con esos buenos amigos que desde hace tiempo están aparcados de nuestro camino, escuchar con cariño y atención las repetidas anécdotas que nuestros mayores no se cansan de repetir, estar más cerca de nuestros hijos y nietos, saludar a quien solemos ignorar con bastante frecuencia.
Que junto a las uvas y el champán, nos llegue el alimento necesario a nuestro espíritu para que ese nuevo “almanaque” nos aporte esperanza, felicidad verdadera y sobre todo días mejores.
La canción dice que tres cosas importantes hay en la vida…. , pensemos en ellas y pongamos cada una en su lugar para recorrer con dignidad los días que el nuevo calendario nos ofrece.
¡FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS ¡
Currini
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