Ya expliqué en su día que si nuestro hermano adoptivo Regueira aconsejaba, defendía y apoyaba la presentación del libro de Jorge Urrutia, es porque merecería la pena su lectura.
En primer lugar quiero decir que todo libro que tenga alguna relación con JIMENA para mí, merece la pena intentar leerlo, independientemente de que nos agrade más o menos.
“De una edad tal vez nunca vivida” muestra pinceladas de la memoria de un autor no circunscritas exclusivamente al pueblo de su madre y lo hace de una forma extraña que encubre la poesia con una prosa real que no todos somos capaces de entender pero… que si volvemos a releer… con toda seguridad llegamos a lo que ha querido decirnos de corazón.
Personajes de nuestro pueblo desperdigados por las páginas del libro me ha llevado a reconocerlos uno a uno, he entrelazado sus parentescos y los he encontrado en mi memoria totalmente “intactos” como supe mirarlos en mi infancia y los guardé para mí.
Sus pasajes nos meten y nos sacan del pueblo para quedarnos con la esencia del mensaje transmitido, pero yo que soy amante de “lo mio” me quedo con lo que me pertenece y comparto con el autor por herencia propia……
LA VERDAD ES BELLEZA
¿ Como eres. Jeromo, tan feo como eres…? Y, Jeromo reía, aireando su único diente visible y huérfano, levantando una enorme manota, arrugada y oscura.
Es difícil trazar la tabla de valores. Que si lo bello es bueno. Que si lo malo es feo. Que si Jeromo es feo más Jeromo no es malo: ¿ Pero lo malo es bello?
Jeromo… a veces con su babi, sus cejas pobladas, su caja de limpiabotas, su pañuelo asomando del bolsillo superior, su olor a betún de zapatos… el banquito bajo el brazo… ¡que viene Jeromo! Pero no puedo más que afirmar que…. ¡QUE LO FEO ES BUENO! ¡QUE JEROMO ERA BUENO!.
Sólo me queda por decir que tras leer el libro por dos veces, he conseguido quedarme con el encanto de la parte que nos corresponde y con la que no conocía de nada.
Espero que no deje nunca de transmitir lo que el duende que lleva dentro en herencia le permita hacer.
Gracias a Don José Regueira por haberme avisado de la presencia del libro en Jimena.
Un abrazo.
Currini
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