Con la que tiene encima el Ayuntamiento de Jerez, ¿alguien piensa que las consecuencias de retirar esa gestión no están más que medidas?, ¿que suponen un ahorro más que un gasto?… ¿entonces por qué no lo hacen los demás? Hace ya varios años que pedí eso para Jimena, con el resultado de siempre: con mayoría absoluta no se necesitan explicaciones.
Hace varios años recuerdo las historias que se contaban en los plenos de Jimena para justificar la cesión, e incluso tras saber que el 100% de los recargos e intereses se lo quedaría Diputación algún edil justificaba “y eso porque hemos negociado”…. ¿negociado qué?, ¿acaso antes pedían el 110%?… sobran las palabras.
La realidad es que Diputación, por su gestión de cobro de más que dudosa efectividad, se queda con un 5% de todo lo recaudado, más la totalidad de intereses y recargos. Puede que por eso le interese perder las notificaciones de los vecinos y publicarlas en los Boletines Oficiales, garantizándose de este modo que no se enteren y sanciones de 50 euros se conviertan en 300. ¿Es eso lo que buscaban los gobernantes para Jimena?
Además, ese 5% puede suponer cientos de miles de euros que no compensan ni de lejos el coste de una plantilla administrativa que gestione los cobros, dejando primero empleo en esta ciudad y pudiendo gastar el sobrante en necesidades más prioritarias que “cederlo” a Diputación.
Eso sí, sin ese montante extra posiblemente la Diputación Provincial no “contratase” a ex-políticos en cargos que no pasan por el control de los órganos municipales. Desde que los medios de comunicación se propagan en minutos y la información vuela de un lugar a otro, ya no queda bien recolocar a ex-ediles en el propio Ayuntamiento, y se tiende a otros ámbitos, comarcales o provinciales. Ejemplos nos sobran en Tesorillo y Jimena desde hace más de una década. Mancomunidad, ARCGISA o Diputación, entre otros, solían ser los preferidos, para luego en algunos casos proceder a una “discreta” recolocación en el Ayuntamiento que pidió el favor.
De este modo, si se le retiran cesiones a los órganos superiores, el ahorro para el ciudadano puede ser evidente, pero también la dificultad para los cargos públicos de recolocar a su personal, o también, todo hay que decirlo, de obtener ayudas de esos órganos con el dinero que previamente les han pagado, supeditadas como no a la “buena voluntad” de los dirigentes políticos.
Personalmente, perferiría que cada Ayuntamiento gestionara sus fondos, sin tener que ir de favor a tantas instituciones, optimizando sus recursos demostrando su capacidad, en lugar de ir de limosna por tantos sitios. Además ya es que se toma como algo habitual, como si “ir a pedir” a Diputación, Mancomunidad, la Junta de Andalucía o a la Virgen de Lourdes fuera lo que debe esperarse de un buen gobernante. Yo me conformaría con que gobierne, que gestione, y saque rendimiento a los recursos que todos los ciudadanos ponen en sus manos para facilitarles el día a día.
Juan A. Vázquez
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