Gonzalo por esos años era aprendiz de barbero con Juan Pajares cuya barbería era un cuartito en el calleón que da acceso desde la calle Santa Ana al Llano de la Victoria. Estuvo en la escuela junto a la iglesia del barrio Arriba creo que primero con Don Manuel y después con Don José Capote.
La infancia de Gonzalo fue parecida a la de todos los niños que por entonces nos alegrábamos y disfrutábamos con lo que teniamos a nuestro alrededor como los vecinos, los amigos, los juegos y nuestro peor enemigo que era el trabajo que nos imponian nuestros padres a tan tierna edad.
Dicen que el artista no se hace sino que nace y en parte puede que este dicho tenga algo de razón. Gonzalo se marchó a vivir a La Linea de la Concepción con unos 13 años y no dejó de superarse dia a dia en su oficio de peluqueria, marchando a Londres y después a Alicante donde gozó de renombre y bastante éxito.
Cuando se ha jubilado, se ha despertado su alma de artista como pintor vocacional y como el dice " pinto para disfrutar" y lo hace a sin ánimo de lucro poniendo a veces juntos sus recuerdos de la infancia y el arte de saber pintar.
Nada de fácil es pintar ese cuadro de la foto que representa un trozo de la calle Santa Ana de aquellos años 50 y que si os fijais en el centro se observa como una "casita pequeña" que por entonces y sin saber el porqué se le llamaba "La Turba" y en su interior habia una especie de pozo o algibe del que los vecinos sacaban agua de forma comunitaria. En la parte derecha venos un "tinglao de madera" y un fogón que era la la churrería de Antonia Dominguez que a su vez con su esposo José Meléndez ( El Lolo) tenian una carniceria con venta de buenas morcillas, chorizos y carnes. De ahí que en el cuadro aparece un equino con un cerdo y un señor con media canal de carne al hombro. En la parte anterior derecha del cuadro tenemos dos mesas con personas jugando a las cartas en el Bar de Manolo Mena que aún lleva hoy su hijo con bastante éxito por la exquisitez del "taperio" que ofrece.
Por la parte tambien central e izquierda se ven las reatas de mulas cargadas con su cerones típicos de carbón y los arrieros que acompañaban.
En nuestra charla de ayer recordábamos todo el contenido el cuadro y en su profundidad hablábamos como en la casa siguiente a la carniceria y churreria estaba la zapateria de Lorenzo Vallecillo, le seguía la tienda de Catalina Vilches, el Callejón de Tirillo y Maria Casas y ya como último se vislumbra en nuestra imaginación la zapateria de Fajardo. Por la parte izquierda que no se ve está la entrada a la calle Ancha y siguiendo la Barberia de Medina que estaba casado con Esperanza La Parra para seguir con la casa donde después viviese el mecánico Juan Rey y mas allá la tienda de Maria Manuela para saltar el callejón y continuar con lo que hoy es el Bar de Los Pérez.
Vemos como Gonzalo con su imaginación y su arte nos ha traido el recuerdo de algo desaparecido en el tiempo, pero que aún somos muchos los que al cerrar nuestros ojos recordamos y vemos con claridad y exactitud.
Dimos un repaso a nuestros recuerdos junto a algunas láminas, como ésta, de sus cuadros que poco a poco iré comentando para aquellos que les tocó vivir nuestra infancia de entonces y para aquellos otros que les interesa saber como vivian sus abuelos y sus padres.
Un abrazo a todos....
Currini
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