viernes, diciembre 14, 2018

LOS ALUMBRADOS NAVIDEÑOS DE NUESTRAS CIUDADES.



14/12/18 | Las ciudades españolas que hay que visitar en Navidad

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Málaga - Leo Hidalgo (Flickr)
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Granada
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Vigo - J Carlos Nesta (Flickr)

Las fechas navideñas son el momento perfecto para hacer escapadas de fin de semana y visitar ciudades como Madrid, Granada o Vigo. El turismo de luces gana cada año más adeptos. Son turistas que buscan recorrer las calles bajo un manto de colores. La agencia de viajes online Rumbo.es ha seleccionado cinco destinos que en los últimos años han marcado tendencia y se han convertido en un referente en decoración navideña de sus calles y espacios públicos.

Madrid se viste de Navidad
Visitar Madrid en Navidad es ya un clásico. Cada diciembre, miles de personas abarrotan las señoriales calles del centro para ver su decorado, como si de un museo se tratara. Para esta época se ha registrado un aumento del 26,4% en el número de reservas en comparación con los meses previos del año, de acuerdo a Rumbo.es, porque nadie quiere perderse el espectáculo.

Esta temporada, siete millones de lámparas LED crearán ese camino de luces en las grandes calles y callejuelas que tanto fascinan a visitantes y residentes. Para destacarse de las demás, la Gran Vía ha decidido destapar su originalidad con un diseño de ‘cielo estrellado’ con un gato que intenta atrapar las estrellas. La buena noticia es que los peatones contarán con más espacio gracias a la ampliación de esta mítica calle. Y, por si fuera poco, en Torrejón de Ardoz, a pocos minutos de la capital madrileña, se encuentra el paseo navideño más grande de Europa: tres millones de luces en dos kilómetros de recorrido. Y este año comparte con Lieja, en Bélgica, el honor de ser la primera Capital Europea de la Navidad. No hay Navidad que Madrid no sorprenda.


El árbol de Navidad más grande de Europa está en Granada
Son muchas de las cosas que puede presumir Granada como enclave histórico de la humanidad, pero hace dos años sumó otro atractivo más: tiene el árbol de Navidad más grande de Europa. Sí, de Europa. Tiene 55 metros de altura y miles de luces de colores que hacen que se pueda ver desde lejos. Todo un monumento a la alegría de esta época. Es tan grande, que ha sido dotado de una baliza en su cúspide para alertar a los aviones. Se encuentra ubicado en el Nevada Shopping, de Armilla, uno de los mayores complejos comerciales del país. Y, como era de esperarse, esta impresionante estructura se ha sumado a los atractivos turísticos de la ciudad, junto con sus edificaciones ancestrales tan particulares llenas de adornos, sus tapas, sus mercadillos y sus pintorescos belenes. De hecho, para las semanas de Navidad se ha registrado un aumento de 22,4% en las reservas, tendencia que se mantuvo el año pasado, de acuerdo a las cifras que maneja Rumbo.es; lo que indica que Granada es, sin duda, uno de los lugares favoritos para celebrar estas fiestas.

Málaga, una tradición en Navidad
Una de las ciudades que ha sabido consolidarse como uno de los destinos navideños más importantes de Europa es, sin lugar a dudas, Málaga. La decoración impresionantemente iluminada de la calle Larios es ya un icono de las fiestas en Andalucía y España. El interés que muchos turistas tienen por esta ciudad queda demostrado en el aumento de un 19,7% de sus reservas con respecto al año pasado, de acuerdo a los datos de Rumbo.es. Todos los años, en esta época, la ciudad presume de mantener aumenta el flujo de turistas y las reservas, de acuerdo a las estimaciones de Rumbo.es. Nadie quiere perderse Málaga en diciembre y menos este año que habrá no uno, sino dos árboles de Navidad. Uno de ellos se puede visitar por dentro. La tradicional ruta de los belenes es otro de los motivos que llevan a muchas personas a visitar Málaga, por el ingenio impresionante y espiritual de los montajes. Una ciudad que todo el año presume de un mágico encanto, teniendo como telón de fondo el mar… y Navidad no es la excepción.

Navidad marinera en Vigo
¿Quién iba a pensar hace unos años que esta ciudad, conocida por su importante puerto comercial, las maravillosas Islas Cíes y su gastronomía, iba a ser famosa por su alumbrado navideño? Los vigueses se han propuesto a convertir esta impresionante ciudad de las Rías Baixas en un referente de las luces en diciembre. Las reservas a este destino en esta época han subido 20% con respecto a los meses previos, según datos de Rumbo.es. Y no es para menos. El árbol de la Porta do Sol (de 31 metros de altura) o la enorme bola de colores en Farola de Urzáiz ofrecen un espectáculo visual impresionante, que este año tiene campaña propia. Este lema invita a todos los turistas del mundo a conocer el lado más mágico de Vigo en las figuras iluminadas que se pueden apreciar en lugares como la Plaza da Independencia, Príncipe, Gran Vía y todos los barrios del centro. En cada rincón se puede sentir el espíritu de Navidad a plenitud.

Barcelona luce en fiestas
La Ciudad Condal se viste de gala con 100 kilómetros de luces para vivir unas fiestas realmente emocionantes. La Navidad en Barcelona es casi una cita obligatoria. Por eso no es de extrañar que, para estas semanas, las reservas experimenten un alza de 34,4%, en comparación con meses previos, lo cual supone además un incremento anual de 10% anual de las reservas tan sólo en la época de Navidad.

Cada año hay novedades que hacen que la gente vaya (o regrese) solo para disfrutarlas. En 2018, la estrella de la Navidad es el Senyor Hiver, un títere de cuatro metros cuadrados, y su ‘Gran libro de cosas pequeñas’, donde cuenta su historia. La fiesta sigue en la Plaza Cataluña que para estas fiestas se transformará en la Ciutat dels Somriures y abrirá sus espacios a espectáculos navideños para toda la familia.

Fuente: ABC

viernes, diciembre 07, 2018

PUEBLOS PEQUEÑOS DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA





07/12/18 | Cómo descubrir algunos de los pueblos pequeños más bonitos de Málaga


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Laguna de Fuente de Piedra - PATRONATO DE TURISMO DE LA COSTA DEL SOL
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Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes - PATRONATO DE TURISMO DE LA COSTA DEL SOL
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Una calle de Frigiliana - PATRONATO DE TURISMO DE LA COSTA DEL SOL

La Gran Senda de Málaga es la gran aventura del interior de la provincia impulsada por la Diputación de Málaga y consta de 35 etapas que recorren 660 kilómetros, cubriendo las nueve comarcas y 51 municipios, muchos de esos municipios son menores de 20.000 habitantes que sorprenderán al viajero por su patrimonio, historia, y gastronomía. La Gran Senda es, sin duda, una forma perfecta para descubrir de forma activa el interior malagueño, ya que se divide en atapas y se puede recorrer de diversas formas.

Comarca de la Axarquía
Podemos empezar, por ejemplo, cerca aún de la costa. Si desde Torrox nos lanzamos a recorrer el cauce del río de mismo nombre, nos adentraremos en la comarca de la Axarquía por la parte malagueña del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Tierras donde los pinos se alternan con los olivos y los cursos de los ríos sirven para marcar el camino por el que adentrarse hacia el interior: el Torrox, el Chillar, el Higuerón, el Frío… Ellos nos acercarán hasta Frigiliana y Cómpeta, territorio de pinos resineros y -antaño- de arrieros que recorrían el camino de Granada atravesando los agrestes valles. Desde ahí se sigue la sierra de Tejeda hacia Canillas de Albaida, Salares, Sedella y Canillas de Aceituno. Por allí se puede realizar barranquismo en el río Almanchares, con ocho rápeles de dificultad media, o el senderismo por las pistas de tierra de la sierra. Saliendo del parque natural hacia campos de cultivo de secano, con viñedos y olivares, nos encontramos con Alcaucín y el río homónimo, que sigue hasta Periana. Una zona ideal para contemplar la Axarquía desde sus balcones naturales antes de adentrarse en las sierras del Arco Calizo Central de Málaga, entre pintorescas aldeas y cortijadas pertenecientes al municipio de Alfarnatejo. Por allí se pueden seguir las vías que aprovechan el trazado de antiguas líneas ferroviarias. Desde Alfarnatejo hasta Alfarnate encontramos varios tajos muy populares entre los senderistas y montañeros, como el de Gomer, el de Doña Ana, el del Fraile o el de Malinfierno.

Comarca Noroccidental
A partir de allí ya salimos de la Axarquía para entrar en la Comarca Noroccidental, camino de Villanueva del Rosario por las sierras del Jobo y San Jorge. Allí pasaremos junto a montes como el Chamizo (1.641 metros) o el Quejigo (1.385 metros), ya que se trata de un paisaje kárstico ideal para practicar la escalada. Dirigiéndonos hacia Archidona podemos cruzar el río Guadalhorce cerca de su nacimiento, cuando aún no es más que un arroyo. Cerca está la Hoz del Arroyo de Marín, declarada por la diputación como Espacio Sobresaliente protegido. En estos parajes de la Comarca Noroccidental también podemos ver por qué se la llama (junto a la Vega de Antequera, siguiente comarca por la que pasa la senda) el ‘granero de Málaga’: los alrededores de Archidona, Villanueva de Tapia, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Trabuco, Cuevas de San Marcos y Cuevas Bajas -a un paso ya de la provincia de Córdoba- están dominados por un mar de olivos (del que proviene uno de los mejores aceites de Andalucía).

Comarca de Antequera
Como decíamos, tras la Comarca Noroccidental pasamos a la de Antequera, entrando por Alameda y Fuente de Piedra, municipios que se encuentran aún en pleno mar de olivos, entre cortijos y lagunas que atraen a un buen número de aves. En esta zona también encontramos los bosques de las sierras de la Camorra, del Humilladero y de Mollina, principalmente de pinos carrascos. Pasados estos, se llega a la laguna de Fuente de Piedra, la más importante de Málaga y declarada Reserva Natural. Empieza allí la principal zona lacustre de la provincia, que se extiende ya hacia el valle del Guadalhorce.

Comarca del valle del Guadalhorce y el Guadalteba
La siguiente comarca por la que pasa la Gran Senda es la formada por el valle del Guadalhorce y el Guadalteba. El primero de estos ríos -el más importante de la provincia-, por el que ya pasamos cerca de su nacimiento, se ha convertido a estas alturas en una caudalosa vía de agua en la que se crearon, cerca del municipio de Campillos, los embalses de Guadalhorce, Guadalteba, Conde de Guadalhorce, Gaitanejo y varios otros. Zona, de nuevo, en la que se camina entre pinos y matorral mediterráneo. El siguiente punto de interés en la ruta es el Paraje Natural Desfiladero de los Gaitanes, famoso hoy en día por el espectacular Caminito del Rey que da acceso a sus gargantas, pero del que esta senda permite descubrir otros rincones, marcados por los embalses ya mencionados y sus respectivos saltos de agua. Son los alrededores de la sierra del Huma, donde -subiendo hacia la antigua estación de tren de El Chorro, muy cerca de Álora- se pueden contemplar imponentes vistas de toda la región desde varios miradores y que es también un lugar privilegiado para la práctica de la escalada.

Comarcas de la Sierra de las Nieves y de la Serranía de Ronda
A continuación nos encontramos ya en las comarcas de la Sierra de las Nieves y de la Serranía de Ronda. A la primera se llega siguiendo el río Turón, que recorre el Parque Natural Sierra de las Nieves, una gran meseta en altitud con importantes sistemas de simas que aún están siendo explorados. El primer municipio de nota en esta comarca es El Burgo, en cuyos alrededores hay muy buenos recorridos para bicicletas de montaña. Desde ahí la Gran Senda atraviesa la Sierra de las Nieves entre pinos y encinas por el puerto de Lifa y se adentra en la Serranía de Ronda. Recorrerá esta a través del valle del río Guadiaro, zona que comienza en La Hoya -al pie del famoso Tajo de Ronda- y que cuenta con importantes cuevas kársticas como la del Gato. Este recorrido también linda con el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de la Sierra de Grazalema, entre Cádiz y Málaga. En esta zona se puede escalar o aprovechar las ferratas instaladas en las inmediaciones de la estación de Benaoján o en las del peñón de Benadalid y el Tajo de los Aviones (junto a Benalauría) y hacer senderismo por los bien acondicionados caminos en dirección a Jimera de Líbar a través de las Angosturas del Guadiaro. Aquí se vuelve a ver la alternancia de bosques, dehesas y tierras de cultivo mientras nos dirigimos hacia el valle del Genal, el otro río importante de la Serranía de Ronda. Este valle está marcado por pueblos blancos como el ya mencionado Benalauría, Jubrique, Genalaucil, o Cortes de la Frontera.

Costa del Sol Occidental
Finalmente, la Gran Senda vuelve a bajar hacia la costa. Específicamente, hacia la Costa del Sol Occidental. Allí, entre las localidades más conocidas por los turistas, nos encontramos con hermosos pueblos, como Casares, Monda u Ojén. Comarca de sierras que bajan suavemente hacia la costa, cubiertas de pinos y matorral y en las que aún pueden verse cabras montesas y aves rapaces. Cerca de Casares todavía se conservan alcornocales como el de La Acedía, entre los cultivos de árboles subtropicales. Y merece la pena contemplar Sierra Bermeja desde algún mirador, camino ya de Ojén. Pese a que esta comarca aún se está recuperando del gran incendio que sufrió en 2012, ya se pueden apreciar los esfuerzos hechos en materia de repoblación forestal, además de haber en ella algún muy buen punto para la observación de aves migratorias. También resulta curioso ver las huellas dejadas en el paisaje por la explotación de los recursos geológicos de la zona: antiguas minas de hierro y canteras de mármol, mica o talco. Ojén y Monda se encuentran en la Sierra Blanca, una zona cada vez más puesta en valor gracias al gran trabajo de asociaciones locales dedicadas a recuperar sus senderos y su historia.

Fuente: ABC

viernes, noviembre 02, 2018

EXTREMADURA UN MAR DE INCÓGNITAS




02/11/18 | Todo lo que te estás perdiendo si no conoces la Siberia extremeña


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Paseo guiado por el embalse del Cíjara
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Buitres leonados

Había una vez un lugar tan inaccesible, tan inexplorado y tan lejos del resto del mundo que a finales del siglo XIX lo bautizaron como la Siberia. No hablamos del remoto territorio ruso, sino de la comarca extremeña que se esconde en el noroeste de la provincia de Badajoz, limitando con Cáceres, Toledo y Ciudad Real. Hoy, este territorio sigue siendo uno de los grandes desconocidos de nuestro país pero, gracias a su riqueza natural, aspira a convertirse en Reserva de la Biosfera. Equivalente a una estrella Michelin en sostenibilidad, España es el país con más reservas del mundo: 49.La esperanza es que la Siberia se convierta el año que viene en el número 50.

Méritos no le faltan. Este extenso pedazo de Extremadura reúne una diversidad envidiable de hábitats y paisajes regados por inmensas masas de agua. El 65% de sus territorios son espacios naturales de la Red Natura 2000. Para los amantes de la naturaleza es un festín. Para los aficionados a la caza y la pesca, el paraíso. Para los del queso artesanal, prepárense...

La ruta arranca en Herrera del Duque, capital de la comarca y uno de los 11 pueblos integrados en la candidatura a Reserva de la Biosfera. En la casa rural Huerta de los Nogales, Lourdes recibe al viajero con una suculenta merienda de sabores siberianos: flores de miel, rabos de calabacín, rosquillas de yema, mermeladas y zumos caseros. El exceso calórico se puede enmendar rápidamente con el ascenso al castillo que domina esta localidad. Es una excursión a pie obligada entre quejigos y madroños para vislumbrar desde lo alto la amplitud de esta comarca con una densidad de población de siete habitantes por kilómetro cuadrado. Monte público. Una de sus particularidades es que cuenta con ‘45.000 hectáreas de monte de utilidad pública que puede disfrutar todo el que quiera’, explica Pedro Calero, de Transiberiana, una asociación sin ánimo de lucro que organiza rutas en 4x4 para mostrar la comarca. En estos vehículos es más fácil la incursión en los cercanos Valles de Consolación entre pinos, olivos, alcornoques y encinas centenarias que podemos seguir hasta Fuenlabrada de los Montes, siguiente parada.

Este es pueblo de productores de miel, aunque no espere ver colmenas por doquier. Como la familia de Eduardo Fabián, que cuenta con unas 4.500 colmenas, los apicultores practican la trashumancia. ‘Vamos buscando las floraciones, según como venga el tiempo’, explica Eduardo, que lleva desde los 15 años trajinando con miel. ‘Estos días toca llevarlas al sur, a la floración del romero. La siguiente será la retama... Por la noche, cuando las abejas se meten en la colmena, las montamos en un camión y las trasladamos’, sigue mientras interrumpe el canto de un gallo, el ringtone de su móvil. Fuenlabrada y Garbayuela están unidas por la Cañada Real Segoviana, donde hoy los senderistas comparten el camino con los rebaños. Porque el pastoreo en movimiento es una tradición muy viva en la comarca. No sólo se sigue practicando, sino que ha permitido que sigan existiendo razas de ovejas y cabras autóctonas, como las merinas negras siberianas y las caprina verata y retinta extremeña. Uno de los grandes defensores de la trashumancia es el criador Miguel Cabello, que ha reunido el mayor rebaño de merinas de Europa. Un tramo de la cañada real conocido como las Merinas pasa también por Tamurejo, otro pueblo ganadero. Su alcaldesa, Rosa María Araújo, es una de las voces más apasionadas de la candidatura de la Siberia a reserva. ‘Esta comarca lleva mucho tiempo buscando un motivo para decir 'aquí estamos' y poner en valor lo que llevamos haciendo toda la vida: criando estos corderos, cuidando esas abejas...’, explica mientras prepara una caldereta de cordero a la manera de los pastores. ‘Con este proyecto abrimos el territorio al mundo y reivindicamos nuestro lugar en el mapa’. Un paisaje líquido

Es hora de dejar la dehesa y cambiar de rumbo. Si se acerca el atardecer, nada como visitar el gran embalse del Cíjara. Aunque corresponde al 0,5% del territorio español, la Siberia cuenta con el 12% del agua embalsada de España. En total, 1.022 kilómetros de costa de agua dulce. De ahí que cada pueblo tenga sus embarcaderos y sus playas. Y que los pescadores se vuelvan locos por el gran número de lucios, black bass, carpas y barbos que nadan en estas aguas. No extraña que una de las delicias culinarias típicas sea una ensalada de pescado asado, el escarapuche de peces. Aunque para locura, ya se sabe, la que despiertan las aves. A bordo de pequeñas lanchas, la gente de Birding Siberia realiza rutas por los pantanos para observarlas desde el agua. ‘Hay 270 especies en la comarca. No tenemos nada que envidiar a Monfragüe’, asegura Paco mientras mira atento al sónar de su barco. Uno de los lugares emblemáticos es el paraje conocido como el Muro, en Helechosa de los Montes, donde nidifican centenares de buitres. Con suerte se pueden ver en la zona cigüeñas negras, águilas imperiales, reales y perdiceras, alimoches...Cuando toca, a principios del otoño, también se escucha desde el agua la berrea del ciervo y la ronca del gamo. Sólo de camino al centro de interpretación Los Robledillos, dentro de la Reserva del Cíjara, se pueden ver sin esfuerzo ciervos, gamos, corzos y jabalíes. Esta reserva de caza de 25.000 hectáreas es otro de los secretos a voces de la comarca. Está trufada de rutas de senderismo de entre tres a 15 kilómetros que alcanzan miradores con espléndidas vistas. La tierra prometida del setero.

Para una inmersión completa se puede dormir en las Casas del Cíjara, en pleno bosque. Están al lado del Mirador Celeste de La Siberia, así que no hay que ser muy imaginativo para dar con la velada perfecta: un picnic con sabores de la tierra (véase morcillas patateras y calabaceras, embutido de ciervo, venado y jabalí, queso de cabra verata y torta de oveja... sin olvidar la cerveza artesana La Siberia) y una sesión de estrellas en este cielo, uno de los más nítidos de España. Es lo que tiene estar en un mundo aparte.

Fuente: ABC

lunes, octubre 15, 2018

ESPAÑA LIMITA AL NORTE, CON EL MAR CANTÁBRICO......LOS MONTES PIRINEOS.......





Porqué será...
que cuando veo estos mapas
me dan ganas de llorar.

Siento que España no es España
sino un puzle nada más
en manos de unos chorizos
que la quieren destrozar.

Me quitaron las regiones
e inventaron las autonomias
llenaron de maldiciones
a una tierra bendecida.

Ahora vuelven otra vez
a querer repartir el pastel
España..una..dos..tres..
y vergüenza hay que tener

Para pisotear la historia
de un pueblo hermoso que es
y borrar de nuestras memorias
la grandeza de lo que fue.




sábado, agosto 25, 2018

CÁDIZ, UNA CIUDAD MILENARIA CON UN ENCANTO ESPECIAL ......

Me trae tantos bonitos recuerdos esa Alameda Apodaca que no he podido por menos que traer este artículo del País aquí a mi blog.....

Sueños de estudiante que deambulaba por Cádiz y esta preciosa alameda con encanto que jamás olvidaré....
Entre sus baluartes se escaparon versos de juventud que vuelan sin cesar entre sus farolas  y se adentran en el mar gaditano...….
Buenos días


Currrini



24/08/18 | Alameda de Apodaca, mirador a Ultramar  
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La Alameda Apodaca, en Cádiz. JOSÉ LUCAS AGE
Un paseo gaditano entre baluartes y almenas con la vista puesta en el Atlántico.

Es un lugar de nieblas oceánicas y aroma de jardines americanos. Un paseo urbano que de pronto se convierte en una asombrosa postal marina en la que baten olas con furia atlántica. Las viejas calles de Cádiz, con sus fachadas de piedra ostionera y los balcones de forja blanca, terminan siempre en el mar y su más famoso paseo es la Alameda Apodaca. Desde allí se contempla la inmensa bahía de Cádiz y, si nos empinamos un poco, podríamos vislumbrar muy al fondo los litorales americanos.

La Alameda Apodaca es un balcón al Atlántico. Aquí sopla el viento de ultramar y el olor de las algas y el salitre se cuela en los interiores domésticos. El vapor marino empaña los espejos y penetra en las maderas de los muebles. Hay un olor inconfundible en las casas de Cádiz que dan a esta alameda marina.

Puede que sea una de las vistas al mar más hermosas del mundo porque es ciudad, jardín y océano. Todo al mismo tiempo. Un paseo que se remonta al siglo XVII, cuando se llamaba Caletilla de Rota. La muralla histórica es la frontera con el mar y los baluartes y almenas recuerdan que este lugar fue deseado por corsarios y piratas.

Por esta postal marina ha pasado la Historia. Cuando sopla la calma chicha, se ven en el fondo navíos hundidos en antiguas batallas y los galeones de la Carrera de Indias. También se adivinan colosos corroídos por el salitre. Son los trasatlánticos que partían a La Habana, Buenos Aires o Montevideo. Ahora no son más que un sueño de herrumbre en el fondo de mares sin nombre.

Hay que sentarse en uno de los bancos que dan al mar para descubrir cuando llega el soplo de marea. Y aprender la diferencia entre el viento abonanzado, el fugoso, el galeno o de vela larga. Todo ese saber marino que tienen los gaditanos en las rosas de viento de su memoria.

La alameda es un trozo americano en la vieja Europa. Mientras se contempla el mar que lleva a América, se pasea por un jardín histórico lleno de glorietas con plátanos, ombús y chirimoyos. La historia de las antiguas colonias se descubre con los bustos de héroes americanos de este salón vegetal.

Hay una estatua especial en una de las plazuelas. La imagen de un poeta que se baja de su pedestal porque quiere llegar a la playa. Es Carlos Edmundo de Ory, caballero del postismo y creador de los aerolitos líricos, cuya casa natal da a este mirador atlántico. Casi llega la espuma de mar a su estatua porque está a la altura de los que pasean. Es una imagen en bronce a la que se puede echar un brazo por el hombro o darle un beso en las mejillas frías. El escultor dejó el pedestal vacío. No hay rastro del poeta. Hasta que a unos metros vemos que la estatua ha salido huyendo, escapando hacia el mar y despreciando la gloria en bronce. Una estatua que camina asombrada hacia el Atlántico.

Fuente: El País

miércoles, agosto 22, 2018

LOS SUEÑOS DE UN POETA






¿ En el vientre de mi madre….?

¿allí aprendía a escribir?

Eso me decía mi padre

Al siempre referirse a mi.

Mi Currini es a mi padre

Lo que el ingenio  a mi,

Un día y otro día

Lo volvía a repetir.

Yo no entendía nada de aquello

Que me quería decir

Pues al sentirme tan pequeño

Era un misterio para mí.

 

Fueron pasando los días

Y el misterio no aprendí

Pero en la escuela de Román

Con tinta comencé a escribir.

 

Lo primero eran “palotes”

Doblados y retorcidos

Que eran mis propias dotes

Que en el vientre había adquirido.

 

Mi padre seguía diciendo

Mi Currini que es muy listo

Nadie le gana escribiendo

A pesar de ser muy chico

 

Y es que un padre que te adora

No piensa  ni lo que dice

Hasta que llega la hora

Que  el tiempo le contradice.

 

De escuela en escuela estuve

Leyendo y deletreando

Y siempre a mis padres tuve

Por modelos y por santos.

 

La vida que es un pañuelo

Y nos vuelve a todos santos

Adorando a nuestros padres

Que nos arroparon tanto.

 

Mi madre me dio la vida

Mi padre puso el amor

Y yo les sigo escribiendo

Con todo mi corazón.

 

Dedicado a todos los hijos que perdieron a sus padres y jamás han podido olvidarlos.

 21-08-2018

 

Currini.

viernes, julio 27, 2018

LA PRESENCIA Y EL SONIDO DE LAS AVES EN ANDALUCÍA





27/07/18 | Concierto alado en las marismas sevillanas  
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Una bandada de flamencos en una de las lagunas de la reserva natural Dehesa de Abajo (Sevilla). HANI LAT
"Tengo un pájaro en primavera / para mí sola canta”, dejó escrito la gran Emily Dickinson, aunque lo cierto es que en primavera los pájaros no cantan para nosotros, sino para los otros pájaros. Efervescente y bulliciosa, es la estación en la que muchas aves inician sus bellos ritos de cortejo y los consiguientes trabajos de nidificación y cría. En el entorno de Doñana son muchas las que se instalan en las marismas para reproducirse, creando un hermoso paisaje visual —y sonoro— único en Europa. Que Doñana (que abarca tierras de Sevilla, Huelva y Cádiz) es un paraíso para los pájaros es algo bien sabido; quizá no lo sea tanto que el ecosistema de la marisma sevillana es también rico en opciones para los que deseen iniciarse en el llamado turismo ornitológico, que no es más que aventurarse, prismáticos y guía en ristre, para avistar pájaros en parajes naturales.

Isla Mayor
Los alrededores de Isla Mayor (población situada a unos 50 minutos de Sevilla) son excepcionalmente fértiles para observar todo tipo de aves anátidas, limícolas y rapaces. Sabedor de este potencial turístico, el municipio ha decorado con llamativos murales estilo pop art muchos de sus edificios públicos e industriales. Pero la verdadera atracción son los terrenos destinados al cultivo del arroz, cuya topografía fue espectacularmente llevada al cine por Alberto Rodríguez en La isla mínima (2014), y que despliegan una rara belleza, en especial en los amaneceres y atardeceres. El amante de los pájaros hará bien en madrugar y pasear por los caminos que rodean estos arrozales, donde buscan su alimento cada día cigüeñas blancas y negras, garzas imperiales y moritos.

Cerca de allí, en el término de La Puebla del Río, discurre uno de los ramales del paraje natural del Brazo del Este —uno de los antiguos brazos del río Guadalquivir—, que es también un tesoro para el turismo ornitológico por la gran cantidad de especies que pueden observarse: garzas, ánades azulón y rabudo, pato cuchara, cerceta pardilla, milano real, aguilucho lagunero, martinetes… Este cinturón de vegetación natural, además, acoge una de las mayores poblaciones de calamones de toda Europa, con su plumaje azul brillante y sus vistosos picos rojos.

Dehesa de Abajo
Por su parte, la reserva natural concertada Dehesa de Abajo es una interesante parada por la diversidad de sus más de 600 hectáreas: lagunas, canales, pinares y un acebuchal con caminos que pueden recorrerse a pie, en bicicleta o a caballo. Desde los observatorios que se ubican junto a la laguna —y siempre que se guarde el debido silencio—, no es difícil avistar flamencos, fumareles, zampullines, patos colorados, espátulas y especies protegidas como la focha moruna y la cerceta pardilla. Además, por los pinares y pastizales en los que pastan caballos y vacas, sobrevuelan rapaces como milanos negros y reales, ratoneros y águilas calzadas. La entrada a esta reserva, conocida por su enorme colonia de cría de cigüeña blanca, es libre y gratuita, pero hay que pagar dos euros por dejar aparcado el vehículo en la entrada. También se ofrecen visitas guiadas (en grupos de un mínimo de 10 personas), cursos de ornitología, botánica, herpetología y entomología, así como talleres de fotografía y un restaurante con arroces típicos de la zona.

Cañada de los Pájaros
Y para los que pierdan la paciencia en los observatorios o estén ávidos de ver aún más especies, el lugar idóneo es la Cañada de los Pájaros, una maravillosa reserva natural puesta en marcha hace unos 30 años por una pareja de entusiastas biólogos que, con esfuerzo encomiable, transformaron una gravera abandonada en un humedal único por su situación estratégica en plena ruta migratoria. En la actualidad, esta reserva acoge programas de educación ambiental y recuperación de avifauna, y destaca por sus proyectos de cría en cautividad de especies amenazadas, como la focha cornuda (que estuvo a punto de extinguirse en Europa) o la grulla común (que hacía mucho que no anidaba en Doñana y que ahora ha vuelto a hacerlo).

Lo que hace diferente a la Cañada de cualquier otro paraje de la zona es la posibilidad de admirar unas 200 especies de aves diferentes —algunas de ellas exóticas— y observar con más profundidad su comportamiento. Entre garcillas, cercetas, malvasías, cigüeñas, porrones, avocetas, flamencos y martinetes, el visitante asiste a un espectáculo visual y sonoro que podría ser el mejor sueño de Burt Lancaster en El hombre de Alcatraz y la peor pesadilla de Tippi Hedren en Los pájaros. El enclave no es solo recomendable en primavera, sino durante todo el año, pues acoge aves en todos los momentos del ciclo migratorio. Para sus promotores, la mayor satisfacción es saber que hay algunas que vuelven cada año. Además, la Cañada cuenta con una casa rural de dos plantas con capacidad para entre dos y cuatro personas y con una taberna con vistas a la laguna.

Fuente: El País

lunes, julio 16, 2018

FESTIVIDAD NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN TORREGUADIARO 2018

 
Estas bonitas imágenes de la Virgen por el mar son del año 2015, aunque también las tengo del 2016 y de 2017 pero estas son las que más me han gustado para traerlas aquí como recuerdo porque este año no se ha podido celebrar la procesión por el mar porque al parecer el vaporeto del puerto estaba averiado y otro barco disponible al ser mas grande no podía acercarse a la playa. Asi que la procesión se ha hecho como se ha podido por tierra creo que hasta  la Plaza de Encarnación Sánchez. Digo creo porque bajé con tiempo suficiente para volver a hacer mis fotos de la procesión marinera pero se nos dijo que no era posible y un poco confuso me he regresado a casa sin ánimos de volver a bajar.
Espero que el año próximo se hagan las gestiones pertinentes con la debida antelación para que el barquito que siempre ha servido para este menester, se encuentre operativo, con la finalidad de que los cientos de personas que esperaban en la playa no queden defraudados pues hay que tener en cuenta que hay muchas personas mayores que con gran ilusión esperan en la ensenada la llegada de La Virgen y después continúan en la procesión hasta La Plaza donde se oficia la misa marinera.
 
 
 






























viernes, julio 13, 2018

PAISAJES DE MAR Y ROCAS EN LA COSTA ESPAÑOLA



13/07/18 | 12 alucinantes paisajes de mar y roca en la costa española  
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La naturaleza se comporta a menudo como una consumada escenógrafa. Conocer las claves de los procesos geológicos que la marea del tiempo ha dejado en las costas españolas es el hilo argumental del turismo geológico asociado a volcanes, fallas, basaltos y yacimientos datados en muchos miles, millones de años que de alguna manera, al pisarlos, se nos acercan.

España es el país europeo con mayor número de geoparques auspiciados por la Unesco (12 en total), cuatro de los cuales son costeros: Cabo de Gata, Costa Vasca, El Hierro, y Lanzarote y Archipiélago Chinijo, proponemos una visita a todos ellos, más otros ocho enclaves, cuando menos vistosos, entre un sinfín de estructuras pétreas. Maravillas en el litoral que bien merecen una explicación.

1. Paseando por el Averno.- Volcán Teneguía (La Palma)
Uno de los clímax telúricos españoles se alcanza trepando por el volcán Teneguía (en Fuencaliente de La Palma). Su erupción de 1971, que expulsó 40 millones de metros cúbicos de piroclastos, fue la última de entre las ocurridas en tierra registrada en España. Hay un continuo ir y venir de senderistas fotografiando desde su cono las negras lavas. Por la parte alta del volcán, de 90 metros de altura, todavía emanan gases calientes, oxidando y confiriendo a las rocas una colorista envoltura roja y amarilla.

2. Cuando el ‘flysch’ habla.- Geoparque de la Costa Vasca (Gipuzkoa)
Las 1.300 visitas —a pie y en barco— programadas anualmente en el geoparque de la Costa Vasca lo acreditan como una apuesta geoturística exhaustiva. El flysch es una especie de milhojas en el que se intercalan capas duras y blandas formadas por sedimentos y fósiles marinos depositados en el fondo del mar; son las páginas de un libro que nos permite leer sin interrupción 60 millones de años. En Zumaia podremos observar la fina capa negra dejada por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años, que supuso la extinción del 60% de las especies, dinosaurios incluidos. No es hasta la bajamar cuando la playa de Itzurun regala al paseante la rítmica belleza de estratos y paredes laminadas que sirvieron de escenario a Juego de tronos.

3. Inspirando a Dalí.- Cabo de Creus (Girona)
Hay sitios que se vuelven expresión de gozo geológico. Este parque natural es testigo de lo ocurrido hace 300 millones de años a 20 kilómetros de profundidad, durante la formación de una cordillera. Uno se tropieza en torno al faro con brillantes micas, turmalinas negras, pliegues de esquistos que nada tienen de volcánicos. Una buena parte de la exposición del Espai Cap de Creus (Cadaqués), abierto en la antigua vivienda farera, está consagrada a la geología. En la cala Jugadora, protegida de la tramontana, los bañistas toman el sol en plataformas rocosas mientras los filones de pegmatitas, de nombre Es Roigs (Los Rojos), sirven de telón de fondo.

4. Dantesca barbacoa.- Timanfaya (Lanzarote)
Las erupciones entre 1730 y 1736 y la de 1824, que recubrieron la cuarta parte de la isla canaria, son razón para visitar el geoparque de Lanzarote y Archipiélago Chinijo. Para cualquier geoaficionado, la fiesta comienza en el centro de visitantes del parque nacional de Timanfaya, donde se simula una erupción volcánica y las pasarelas generan la ilusión de caminar entre lavas. Siguen las demostraciones de anomalías geotérmicas: quema de aulagas —a 1,5 metros de la superficie se registran 250 grados— y géiseres producidos al verter cubos de agua por tubos de sondeo —se alcanzan 610 grados a 13 metros de profundidad—.

5. Peñascos muy pintones.- Parque geológico Costa Quebrada (Cantabria)
A las puertas de Santander, Costa Quebrada es un parque geológico en el que el oleaje ha tallado un exquisito concentrado de formas litorales. Crestas, istmos, dolinas, colapsos. De la trama fecunda de cuchillones ocres de la playa de La Arnía (Piélagos) sorprende que sean las mismas calizas empleadas en la cueva de Altamira a modo de lienzo; su rasa mareal es un laboratorio biológico a cielo abierto.

6. El geodesierto.- Cabo de Gata (Almería)
El parque natural de Cabo de Gata-Níjar mantiene su condición de geoparque en buena medida por sus acantilados volcánicos: los mejor conservados de la costa peninsular española. Se encuentran singularidades como Los Escullos y su playa del Arco, una duna petrificada moldeada por taffoni, cavidades redondeadas creadas por el viento, como si de una centrifugadora de partículas se tratase. Desde el bar-discoteca Chamán se aprecia la blancura de las dunas fosilizadas.
Quien busque el magmatismo del cabo de Gata se decantará por la playa de Mónsul, con esas oscuras formaciones rocosas en forma de olas, ¡tan artísticas!, producto de la erosión de un volcán submarino.

7. Del arco al roque.- Geoparque El Hierro
Desde la cima insular del monte Malpaso hasta el volcán submarino Tagoro, El Hierro justifica holgadamente su declaración de geoparque (elhierrogeoparque.es). De los arcos pétreos que adornan su costa, el de la Tosca es el más recóndito. Para dar con él —a unos 3,5 kilómetros del Pozo de la Salud, en dirección a El Verodal— hay que tomar el segundo camino tras rebasar una cabaña, entre arrebatadores malpaíses regurgitados por el volcán del Roque de Bascos. Por medio de acantilados labrados en coladas basálticas se abre el Arco de la Tosca: puente que une puntas costeras gracias a las columnas y al malpaís de la parte superior de las coladas, a modo de dovelas centrales.

8. El manto, a la vista.- Cabo Ortegal (A Coruña)
El complejo de Cabo Ortegal (geoparque en ciernes) saca a la luz rocas de la litosfera profunda generadas durante la formación de Pangea, el último supercontinente de la historia de la Tierra (que empezó a fracturarse hace unos 200 millones de años). Hallaremos aquí un compendio de rocas del manto, nada habituales en la corteza terrestre.

9. Gigantes carbonizados.- Islas Columbretes (Castellón)
Componen la imagen de una ordalía de fuego y furia que hubiera irradiado una veintena de islotes, pero las Columbretes no son sino tierras volcánicas que han ido emergiendo tras sucesivas erupciones. Produce un extraño poder de encantamiento fondear a 50 kilómetros de la Península, en la caldera abierta que es la rada de Illa Grossa. La cola de esta suerte de anguila la conforman los islotes de Mascarat, Senyoreta y Mancolibre.

10. El escultor natural.- Erosiones de Bolnuevo (Murcia)
Cuenca posee su Ciudad Encantada; Mazarrón, sus erosiones de Bolnuevo, al borde de la carretera costera. Las gredas de materiales blandos y conchas fosilizadas, pintados en tonalidades cetrinas, se transmutan en arte, y las aguas y el viento, en escultores. Estas setas picudas brotan en un paraje donde hace cinco millones de años rompían las olas. Su poder de sugestión se acrecienta con iluminación nocturna; a sus pies se celebra en verano un recital de piano a la luz de 200 velas.

11. Chapoteo de dinosaurios.- Playa de La Griega (Asturias)
Las icnitas son rastros fosilizados, pero ninguna deja volar tanto la imaginación como las dejadas por dinosaurios. El Museo del Jurásico de Asturias, en Colunga, conserva la tercera mayor y más diversa colección de huellas de dinosaurios del mundo. Muy cerca, en la playa de La Griega, encontraremos icnitas de saurópodos, terópodos y estegosaurios. En lo tocante a los primeros, son las huellas más grandes del Jurásico (una alcanza 130 centímetros).

12. La playa monumental.- Las Catedrales (Lugo)
El monumento natural de la playa de las Catedrales se recorre como quien va a un museo; eso sí, en bajamar. Uno no sabe qué admirar más, si las arcadas que quieren ser arquivoltas góticas o si la belleza de las cuevas, donde se recomienda no acceder por riesgo de desprendimientos. Las Catedrales es ejemplo de la constante modificación que sufren los acantilados.

Fuente: El País

MONASTERIOS IMPORTANTES DE ESPAÑA



13/07/18 | Los monasterios más impresionantes de España

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Monasterio de San Juan de la Peña - FABIÁN SIMÓN
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Monasterio de Santa María de El Paular, en invierno - JAIME GARCÍA
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San Andrés de Arroyo, en Palencia
El Paular, Madrid
En un tesoro se convirtió la ermita de Santa María del Poblar, envuelta por la extraordinaria belleza natural del valle alto del Lozoya, al hacerse una de las cartujas con mayor poder de Europa. Miles de ovejas merinas y los terrenos donados a la orden la convirtieron en el centro económico de la comunidad religiosa. La soledad interior -son monjes eremitas que habitan en comunidad- y su separación del mundo a través del silencio son su enseña.

La Rábida, Huelva
Junto a la Punta del Sebo, confluencia de los ríos más peculiares del suroeste andaluz, el Tinto, con sus aguas rojo bermejo, y el Odiel, vía comercial desde tiempos fenicios, el convento es la fachada más americana de este recorrido. Allí donde comenzó la aventura exploradora de Colón. Su claustro mudéjar es lo más llamativo y aún guarda detalles de la alcazaba almohade o pequeño monasterio musulmán donde los monjes-guerreros oraban y defendían la costa de incursiones piratas.

San Juan de la Peña, Huesca
Uno cree haber visto el mejor Pirineo aragonés en el puerto de Oroel cuando, de repente, una curva de la carretera que desciende nos sitúa ante el recoleto monasterio que fue la cuna del reino de Aragón. Bajo una colosal piedra se abriga la iglesia baja donde los restos de los santos Julián y Basilisa se conservan entre frescos románicos y trazas mozárabes. El panteón acogió reyes de Aragón y Navarra durante 500 años.

Suso y Yuso, La Rioja
Algo tiene el lugar de Suso para que al eremita Millán en su pobreza le atrajera como sitio donde emprender una vida solitaria en las inmediaciones del pueblo que le vio nacer. La primitiva ermita, junto a su eremitorio, acabó convirtiéndose en monasterio visigótico y mozárabe. Hinca sus arcos de herradura en la Sierra de la Demanda, paraje de donde no dan ganas de marchar como le ocurriera al santo milagroso. Salvo para penetrar en el medieval monasterio de Yuso a contemplar el arca románica que guarda sus restos.

Santo Toribio de Liébana, Cantabria
El trozo más grande de la cruz de Jesucristo o Lignum Crucis es su reliquia más venerada. Por ello es uno de los lugares santos del cristianismo y motivo del Año Jubilar Lebaniego. El carácter sagrado del lugar se remonta al repoblamiento de los Picos de Europa y su habitante más erudito, el monje mozárabe Beato de Liébana, cuyos libros, bellamente ilustrados, son una compilación de los abundantes manuscritos que poseyera el cenobio.

Monsalud, Guadalajara
Apartados del mundanal ruido nos sentiremos al llegar al medieval monasterio que fuera pionero de los establecidos por el Císter en la península. Para ayudar a las tareas repobladoras castellanas llegaron desde Francia los monjes blancos, así conocidos los religiosos de esta orden que ven en el retiro, la pobreza y el trabajo de campo con manos propias la manera de acercarse a lo divino. Su austeridad arquitectónica románica se aligera con el gótico de su claustro y las nervaduras de su sala capitular.

San Salvador de Leyre, Navarra
Al igual que frente a los caminantes medievales que atravesaban la canal de Berdún, en medio de un mosaico de campos de cereal, la imponente barrera rocosa de la Sierra de Leyre surge como antigua frontera entre los reinos de Navarra y Aragón. El cenobio fue, durante 200 años, sede y corte del señorío pirenaico, además de panteón de reyes vascones. Su estilo románico sirvió a su vez de guía a otros templos del camino jacobeo.

Oseira, Orense
Conocido por alojar un bosque de palmeras, lo que semeja el extraordinario techo abovedado de la sala capitular, es monasterio, fundado hace 900 años por monjes eremitas, con una personalidad única. Exenta de manifestaciones escultóricas como mandan los preceptos cistercienses. No solo por la magnífica restauración que muestra su conjunto monástico sino por la bellísima iglesia románica y sus tres claustros, además de la llamativa portada barroca del área residencial.

Zenarruza, Vizcaya
Orientado hacia el mar, en la falda norte del monte Oiz -en una ladera fría, que es lo que significa su nombre en euskera- es un hito medieval para los caminantes jacobeos que seguían la ruta por la costa vasca y un referente cisterciense actual. Donde una pequeña comunidad de seis monjes mantiene vivas sus creencias con un estilo de vida basado en la pobreza y humildad.

Santo Domingo de Silos, Burgos
Saludos de fraternidad como distinción benedictina y el placer alejado del mundanal ruido de escuchar canto gregoriano marcan la ruta hasta el monasterio burgalés. Surgen al paso paisajes de imponente marca castellana como los sabinares del Arlanza o pueblos de blasones y mimada arquitectura como Covarrubias. Su bellísimo claustro de dos pisos, lo vio el Cid en su camino al destierro todavía en construcción.

Yuste, Cáceres
Aromas de pimentón, planta traída por Colón y desecada por primera vez en Yuste, conducen hasta uno de los rincones naturales más hermosos de la comarca cacereña de la Vera. Es el camino al convento donde el emperador Carlos V se retirara al piedemonte de Gredos. Lo eligió como morada donde seguir la austeridad de la vida monástica durante los dos últimos años de su existencia, obligando a ampliar la simplicidad del monasterio anexionando una casa-palacio al convento.

Guadalupe, Cáceres
Poco sabían los clérigos huidos de Sevilla con la imagen de la Virgen de Guadalupe que encontrarían un paraje hermoso como la sierra de Altamira, a orillas del río Guadalupe, para esconderla. Lo del hallazgo del pastor es más predecible. Pero no que la ermita levantada en el lugar acabase siendo el bellísimo monasterio de la actualidad y centro de peregrinación mundial.

Los Jeróminos, Murcia
Todo comenzó junto a la vieja noria árabe junto a las casas en que se asentaron los monjes en la pedanía de la Ñora, pero la amenaza del caudal caprichoso del Segura obligó a cimentar definitivamente el monasterio de San Pedro de Ñora en un altozano próximo. El pulso monástico ha sufrido infinidad de avatares como ser establo, prisión o manicomio antes de convertirse en sede universitaria con sus imponentes dimensiones.

Santa María del Poblet, Tarragona
Basado en los principios cistercienses de la sostenibilidad el monasterio brilla por su gestión ecológica y su compromiso con el medio ambiente. En un lugar aislado con una maravillosa abundancia de fuentes, esenciales para las tareas agrícolas, y bosques, como alamedas -de la que tomó su nombre en latín-, junto a la sierra de Prades, surgió hace 900 años el que ha llegado a convertirse en uno de los monasterios más grandes del continente y mayor del Císter.

Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, Madrid
Su origen más legendario lo sitúa a las mismas puertas del infierno. Donde Felipe II mandó levantar el monasterio de San Lorenzo, en la base del monte Abantos, debido quizás a la mina que sus cimientos ocultaron. La estatua del santo mira al monte mientras el recién llegado queda fascinado por la monumentalidad del palacio real y monasterio de arquitectura renacentista que se convertiría en panteón real.

San Andrés de Arroyo, Palencia
A nuestro país, el románico llega prontamente por el Camino de Santiago. En los alrededores de Aguilar de Campóo se encuentran los cuatro monasterios más notables del románico norte. Entre el Pisuerga y Peña Longa, se levanta el Monasterio de Santa María la Real, muy cerca de allí, el Monasterio de Santa María de Mave, en el término municipal de Olmos de Ojeda se encuentra la iglesia Santa Eufemia de Cozuelos, y la joya de esta ruta tal vez sea el monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo. Su iglesia está pensada en románico y construida en gótico, constituyendo un exquisito ejemplo del arte cisterciense rural. Lo más extraordinario es el claustro, de una belleza y armonía indescriptibles, con sus esbeltas y elegantes columnas y sus insuperables capiteles vegetales, que más parecen obra de refinados escultores que de simples maestros canteros.

Fuente: ABC