Hace unos días por la mañana salimos a andar un rato mi mujer y yo. Tras atravesar la Avenida Mar del Sur a la que yo siempre llamo " El Bulevar de mis Sueños Rotos" con los numerosos bares y restaurantes que dan un aspecto nuevo a Torreguadiaro, nos dirigimos a los aparcamientos de lo que en potencia se llama " Paseo Marítimo".
Una vez pasado " El Monoke" ( Hoy convertido en un bazar chino ) bajamos por la Cuesta de Juan Cuevas y en sus higueras vi revolotear muchas "cotorritas argentinas", a las que instintivamente dirigí mi cámara y obtuve esas fotos de las ladronas que roban a Juan sus dulces higos de rama.
Al fondo ya estamos viendo nuestras ruinas de Torre Vigia a la que con 72.000 euros le han puesto unas muletas de escayola blanca y en vez de recordarnos ya su valor histórico de acoger a los marineros y aventureros, ahora nos recuerda la no agradable vida en un hospital moderno.
Con justicia hay que decir que estos aparcamientos o paseo marítimo tienen gran utilidad al servicio de las personas que de fuera vienen a la playa y que además cuenta con árboles y plantas que adornan y dan belleza natural al entorno.
Unos chavales juegan a balóncesto sin preocuparse para nada de nuestra presencia y me causa trsiteza ver el parque infantil practicamente cerrado por la pandemia del Coronavirus que nos azota en estas fechas.
Dirijo mi objetivo al "Chiringuito el Chambao" y busco "El Bahia Limón" pero compruebo que ya ha sido desmantelado y guardados los sueños de sus clientes para ver si el verano que viene hay más suerte de llenarlos como siempre viene sucediendo año tras año.
No podia dejar de fotografiar las dos grandes torres de apartamentos que bordean el rinconcito de playa llamado " El Patricia" que aunque lo consideremos una aberración de construcción junto al mar, el transcurso del tiempo ha contribuido a que forme parte del paisaje y hasta lo veamos como algo irremediablemente nuestro.
Ya estamos junto a la Laguna de Torreguadiaro contemplando la crueldad del fuego, que si ha sido intencionado, he de entender que hay personas con "malas entrañas" que no piensan en el mal que se hace con destruir lo que forma parte de la Naturaleza que en realidad representa la continuidad de nuestra propia existencia.
Hoy no vemos los asíduos patos nadando en el agua de la Laguna pero he tenido suerte de poder fotografiar desde lejos a esa Polla de Agua que buscaba crustáceos e insectos en la orilla entre las plantas lacustres.
He hecho sólo una foto a los estragos del fuego en las pasarelas de madera pero no he querido abundar más en este tema porque nos causa más tristeza que otra cosa .
Como siempre, cuando llevo la cámara, me suelo quedar detrás y mi esposa me espera comprobando cuantos pasos llevamos dado en el móvil y en el reloj digital. Esto se ha convertido en una costumbre que casi todos hacemos hoy en día por aquello de la relación que tiene con las kilocalorias consumidas en los trayectos.
Regresamos junto a las casitas de los antiguos pescadores porque ya no queda ninguno que se dedique a ese menester de pescar en barcas porque se han hecho muy mayores, otros fallecieron y los jóvenes prefieren otra forma de vida mejor y menos dificil y peligrosa.
Ya estamos en casa , nos queda preparar la comida y sentarnos a descansar un rato para más tarde bajar un poco a la playa o volver a salir para mantenernos un poco en forma.
Gracias amigos y amigas que habeis sido capaces de leerme hasta aquí.
Un abrazo
Currini
1 comentario:
Muchas gracias papá, por dejar escrito este paseo tan nuestro.
Mientras lo leía, me has hecho volver a nuestros paseos matutinos de verano.
Un beso,
Belen
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