El Ministerio de Sanidad prepara dos decretos que limitan el margen de maniobra de la Junta para su estrategia de contención del gasto · Los laboratorios denuncian que la idea andaluza rompe el mercado
Alfonso Pedrosa / SEVILLA Actualizado 29.11.2010 - 05:04
23 comentarios11 votosLa Consejería de Salud quiere explorar la fórmula del concurso público en el grueso de la factura farmacéutica pública para obtener medicamentos más baratos. En ello está, intentando hacer de los colegios de farmacéuticos sus compañeros de viaje. La Junta entiende que actúa conforme a su capacidad normativa, pero el Ministerio de Sanidad no lo ve así. De hecho, el departamento de Leire Pajín está preparando dos decretos que podrían limitar seriamente los movimientos iniciados por el SAS y cuyo contenido discutirá este jueves con las comunidades autónomas: uno sobre remisión de información relativa a deducciones en la facturación de las oficinas de farmacia y otro sobre financiación y márgenes de productos sanitarios.
El núcleo de la propuesta del SAS es subastar el suministro de determinados principios activos y otorgar ese contrato al mejor postor. Esa medida implicaría colisionar de hecho (aunque es posible que no desde el punto de vista jurídico) con la prerrogativa ministerial de fijar los precios de los medicamentos. Además, para la industria farmacéutica (tanto Farmaindustria, que agrupa a los denominados laboratorios innovadores, como Aeseg, de los fabricantes de genéricos) ese concurso público supone introducir una disparidad de precios dentro del Estado que rompería la unidad del mercado y daría origen a riesgos de desabastecimiento si quienes obtienen barata esa mercancía en Andalucía al principio de la cadena de suministro (básicamente, las empresas de distribución) se dedicasen a venderla más cara en otras comunidades.
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Alfonso Pedrosa / SEVILLA Actualizado 29.11.2010 - 05:04
23 comentarios11 votosLa Consejería de Salud quiere explorar la fórmula del concurso público en el grueso de la factura farmacéutica pública para obtener medicamentos más baratos. En ello está, intentando hacer de los colegios de farmacéuticos sus compañeros de viaje. La Junta entiende que actúa conforme a su capacidad normativa, pero el Ministerio de Sanidad no lo ve así. De hecho, el departamento de Leire Pajín está preparando dos decretos que podrían limitar seriamente los movimientos iniciados por el SAS y cuyo contenido discutirá este jueves con las comunidades autónomas: uno sobre remisión de información relativa a deducciones en la facturación de las oficinas de farmacia y otro sobre financiación y márgenes de productos sanitarios.
El núcleo de la propuesta del SAS es subastar el suministro de determinados principios activos y otorgar ese contrato al mejor postor. Esa medida implicaría colisionar de hecho (aunque es posible que no desde el punto de vista jurídico) con la prerrogativa ministerial de fijar los precios de los medicamentos. Además, para la industria farmacéutica (tanto Farmaindustria, que agrupa a los denominados laboratorios innovadores, como Aeseg, de los fabricantes de genéricos) ese concurso público supone introducir una disparidad de precios dentro del Estado que rompería la unidad del mercado y daría origen a riesgos de desabastecimiento si quienes obtienen barata esa mercancía en Andalucía al principio de la cadena de suministro (básicamente, las empresas de distribución) se dedicasen a venderla más cara en otras comunidades.
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