lunes, octubre 02, 2006

MOMENTO ZEN

Este fin de semana me ha sentado de maravillas. Me he dado cuenta de que en cuanto abres la puerta de tu alma se pierde la llave que la cerraba y, de repente, todo te enriquece. Las experiencias antes se clasificaban en buenas y malas, ahora, desde que se ha pasado el umbral todas son buenas, todas aportan algo que te ayudan a madurar, a entender el entorno y a integrarte en él. Hubo un momento tenso que abordándolo con madurez se convirtió en liberador. También he podido llegar a este punto por haber estado rodeada de personas que saben abrir sus puertas. Yo diría que la clave está en eso, en saber cómo conectar con las almas de los demás.
Hoy he llegado al trabajo, y todo me parece fácil, todo está bien, es como si estubiera dentro de una burbuja invisible que me proteje del entorno austero. Esto mejora notablemente mi capacidad para encarar la adversidad.
Este estado de semi-nirvana se lo debo a mis seres queridos, por eso, desde estas líneas, quiero manifestar cuánto os quiero.

1 comentario:

Belén Jiménez dijo...

Yo también me lo pasé muy bien, ya estoy deseando de que os apetezca repetir...

B+