viernes, noviembre 07, 2014

ESTACIONES ESPAÑOLAS EN LAS QUE NO TE IMPORTARIA PERDER EL TREN

 
El artículo sobre las estaciones más bonitas de España está lleno de encanto, pero para mi y para muchos jimenatos, nuestra Estación del Tren  es la más hermosa de todas no por su belleza arquitectónica sino porque ha tenido  y tiene su importancia en nuestros recuerdos.
Jimena en los años 50,60 y principio de los 70, todavía conservaba parte de su dependencia con el campo, la ganadería  y las fábricas de corcho y de pipas lo que se tradujo en que gozaba el pueblo de  dos estupendas ferias, una Semana Santa en condiciones y unas Navidades acorde el censo de población activa.
No menos importancia tenia nuestra estación del Ferrocarril donde los trenes de mercancías descargaban en el almacén contiguo y también donde los arrieros como Moyita, Manolito el Molinero, Valdivia y algún que otro más daban viajes todos los días con sus burros cargados a tope para abastecer los comercios, tiendas de tejidos, ferreterias y tiendas de comestibles .....
Otro trasiego constante en nuestra preciosa Estación eran las matuteras cargadas de canastos con huevos, gallinas y viandas que transportaban en el tren hasta La Línea, San Roque y Algeciras para regresar con canastos y cuerpo repletitos de café, tabaco, azúcar y cuanto podían de procedente de Gibraltar como estraperlo.
Habia en los trenes otras personas que se buscaban la vida vendiendo en los vagones esos famosos roscos de Gaucín y de Loja que llevaban en grandes canastos.
Recuerdo que los trenes eran "El Corto", " El Correo" , "Los Mercancias"  y " El Automotor o Cochinita". En el correo se veían de cargar aquellas sacas de lona o muselina con las franjas amarillas donde iban y venían nuestras cartas y paquetes de poca monta.
El bar de Antonio Gómez junto a la estación era de gran renombre y categoría junto con las tiendas de Cristóbal Delgado, Los Huérfanos , el Bar de Manolito, La Venta José Cano y la fábrica de Gaseosas de Ramito.....
El olor de la carbonilla de los trenes, a la grasa de los muelles y sobre todo a corcho quemado en las fábricas que junto a la estación había, me vuelven a situarme en esa estación nuestra tan bonita con la figura del Jefe de estación con su banderín rojo y su gorro de igual color, todo unido al bullicio de personas entrañables con sus canastos y sacos corriendo de un lado para otro.....
!Quien lo iba a decir!.... que ahora me permitiría describir lo que recuerdo cuando mi padre me llevaba a Los Barrios en tren y yo pegaba mi cara a los cristales de la ventanilla y me empapaba de cuanto sucedia a mi alrededor..... viendo esos postes de la luz de correr tras de mi, las piaras de cerdos, pavos , cabras, ovejas y al mismo tiempo esas estaciones gemelas de Castellar, Almoraima, San Roque, Los Barrios y a veces hasta la de Algeciras que esa era la hermana mayor de La Comarca...
Ahora ya os permito que leais el artículo de Las Estaciones del Norte  y podáis comparar cuanto he dicho con ellas ........
Currini








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Estación Norte de Valencia
Entre los siglos XIX y XX, la Compañía del Norte levantó algunas de las estaciones de ferrocarril más conocidas de España, gracias a sus imponentes líneas arquitectónicas.
Es posible que James Watt no tuviese ni idea de la importancia de su invento cuando, en 1769, presentaba la primera locomotora a vapor. Sin embargo, ese fue el germen de un furor internacional por el ferrocarril que ha durado hasta el presente, momento en el que el tren sigue siendo el favorito de muchos viajeros, incluso por encima del avión.

No se sabe si es por su idea romántica o su comodidad, pero lo cierto es que viajar en tren es un placer para los sentidos, llegando incluso a desear que el viaje nunca se termine. Claro que, a veces, el destino iguala en belleza al trayecto.

Es el caso de las conocidas como Estaciones del Norte, grandes joyas del siglo XIX construidas bajo la sombra de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, o simplemente «Norte», una empresa de ferrocarriles española que llegó a ser la más importante del país hasta su nacionalización, en 1941, cuando pasó a conocerse como Renfe.

Muchas de estas Estaciones del Norte vivieron su época de gloria entre finales del XIX y principios del XX, algunas fueron abandonadas y restauradas de forma reciente, mientras que otras siguen siendo el eje principal de su ciudad. Pero si algo tienen en común son su importancia arquitectónica, que las convierte en ocasiones en los edificios más bonitos de su ciudad.


1.-Estación Norte de Valencia
La estación del Norte de Valencia es una de las más icónicas de la geografía española.
Sustituta de una anterior, la Estación Norte de Valencia comenzó sus obras en 1907, siendo de las más jóvenes. El diseño de su cubierta corrió a mano del ingeniero Enrique Grasse, quien ideó una gran estructura metálica única sobre los mínimos apoyos.

Sus dimensiones superan a estaciones de capitales europeas como París, Berlín o Viena; ya que ocupa más de 15 mil metros cuadrados de terreno.
Un gigante de las comunicaciones en el que destaca su edificio de viajeros, cuya fachada principal da a la calle de Játiva.

Su estilo es modernista y surgió de un diseño de Demetrio Ribes, fijando toda la intención en el reloj de bronce característico de las estaciones del Norte; así como su remate, un mundo bajo un águila, simbolizando la velocidad.


2.-Estación del Norte de Barcelona
Su gran cúpula de hierro y cristal recuerda a la fachada de la estación madrileña de Atocha.

De estación ferroviaria a la estación de autobuses más importante de Cataluña, la historia de la Estación del Norte de Barcelona empezó en 1852, cuando se concedió a la Compañía de Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona la concesión para construir una línea entre ambas ciudades. Así, una década después se inauguraba la «estación de Zaragoza» en la ciudad condal, una obra de Pere Andrés Puigdollers.

Sin embargo, en el año 1878 la Compañía de Ferrocarril de Zaragoza a Barcelona fue absorbida por Norte, y la terminal pasó a conocerse bajo el nombre de Barcelona Norte. Ya en el siglo XX, el recinto sufrió varias remodelaciones, incluida una nueva fachada obra de Demetrio Ribes.

Tras el nacimiento de Renfe, la estación del Norte pasó a llamarse Barcelona-Vilanova, pero conservó de forma popular su antiguo nombre. Como curiosidad, cabe añadir que el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 decidió que sería la sede de las pruebas de tenis de mesa.


3.-Estación del Norte Madrid
La estación Norte de Madrid está intrínsecamente ligada al nacimiento de Norte, ya que supuso el nacimiento de la compañía.

Inaugurada en 1882, suponía la unión entre Madrid e Irún, una línea con la que se quería proporcionar carbón del norte al tejido industrial de la capital. Un camino también conocido como «línea Imperial» que atravesaba localidades como Ávila, Medina del Campo o Vitoria; y que aún a día de hoy sigue siendo la espina dorsal de las comunicaciones férreas del norte del país.

Durante la Guerra Civil Española, su cercanía al frente bélico la dejó aislada de la Resistencia de Madrid, recibiendo numerosos impactos de artillería que forzaron su reconstrucción posterior.

Aún así, la que fuera reina del ferrocarril en la capital, perdió su fama tras la llegada de Atocha y Chamartín, y vio cómo se trasladaban todos sus servicios salvo los trenes de cercanías. Actualmente, bajo el nombre de Estación de Príncipe Pío, es también hogar de un inmenso centro comercial.


4.-Estación de Valladolid - Campo Grande
La estación del Norte de Valladolid es uno de los mejores ejemplos de la disposición que seguía la compañía.

Un pabellón central, dos cuerpos laterales y dos pabellones extremos; con el gran reloj de bronce en el centro. Era el esquema típico de las estaciones del Norte, y la de Valladolid no podía fallar a él.

El ingeniero francoespañol Enrique Grasset y Echevarría, junto con el arquitecto Salvador Armagnac, crearon una de las terminales más luminosas del país que vivió sus años de gloria con la línea Madrid-Irún; y cuya fachada conjuga piedra y ladrillo de forma magistral.

Además, el escudo de la ciudad domina el frontal de la estación, custodiado por las esculturas de la Agricultura y de la Industria, obra del artista madrileño Angel Díaz.


5.-Estación del Norte San Sebastián
La de San Sebastián es la única estación del Norte que ha borrado su antiguo nombre de la fachada.

Para los que pensaban que Atocha solo había una, la estación Norte de San Sebastián viene a quitarles la razón. Y es que ella es tocaya de la gran estación madrileña, además de ser la principal estación de ferrocarril de la ciudad vasca y uno de sus monumentos más valiosos.

No es para menos, ya que esta obra realizada por el ingeniero C.A Latourneur e inaugurada en 1864, está cargada de historia. Primero, porque la marquesina metálica que cubre las vías lleva la firma de Gustave Eiffel; y segundo porque fue el punto de partida de la reina Isabel II al exilio francés, tras la Revolución de La Gloriosa.

Sus cinco arcos, coronados por el reloj de bronce, son tan fotografiados como la playa de La Concha, y lo seguirán siendo en el futuro. Y es que si el pasado de la estación cuenta con momentos únicos, los días venideros parecen igual de prometedores, gracias a la llegada de la línea de Alta Velocidad (conocida como Y vasca) y a la próxima terminal de autobuses, que transformará la estación en un gran centro donde confluirán los servicios de Cercanías, Media Distancia, Alta Velocidad y Autobuses Interurbanos.


6.-Estación Bilbao - Abando Indalecio Prieto
Tampoco Bilbao ha dejado caer en el olvido a su estación del Norte, aunque lo cierto es que la terminal actual, de estilo clasicista, fue inaugurada por Renfe en 1948.

Su construcción se realizó bajo las órdenes de Alfonso Fungairiño, y está situada en el barrio de Abando (de ahí su actual nombre), en la Plaza Circular, antigua plaza de España. Lo que más destaca no es su fachada, sino la espectacular vidriera policromada de su interior, realizada por la Unión de Artistas Vidrieros de Irún.

Como se citaba más arriba, a mitad del pasado siglo, Renfe decidía derribar el edificio original para ampliar la estación, que se mantuvo invariable hasta los 80, cuando las trágicas inundaciones que sufrió la ciudad dañaron su estructura. Se le aplicó una importante reestructuración, e incluso se añadieron las esculturas de Agustín Ibarrola a su hall principal.

Sin embargo, no es la última reforma que sufrirá esta estación, ya que la llegada de la Alta Velocidad supondrá una remodelación total.

Cabe mencionar que, junto a la estación Bilbao-Abando, se encuentra la estación de Bilbao-Concordia que ofrece servicios Regionales y de Cercanías y cuya fachada se considera una de las más bellas de España.

Fuente: ABC


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