domingo, abril 21, 2013

""AGUANTO MALL LOS ELOGIOS""



El autor jerezano recogerá este próximo martes, 23 de abril, el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares; aquí, un recorrido por algunos de los rincones de su memoria
Arantxa Cala jerez | Actualizado 21.04.2013 - 05:00
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Caballero Bonald posa en el Centro Andaluz de Flamenco (CAF) de Jerez, días atrás.
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El autor, ante la exposición que la Junta le dedica, una muestra que se verá en Alcalá de Henares y girará por Andalucía.
Casi con toda seguridad, nada haría más feliz a José Manuel Caballero Bonald (Jerez, 1926) que recibir el Premio Cervantes -que recogerá este martes, 23 de abril, en la Universidad de Alcalá de Henares-, en su propia casa, en la intimidad de su refugio, con un almuerzo informal junto a algunas autoridades, su mujer, Pepa Ramis, y unos cuantos amigos. Y sí, rodeado de libros. Sin embargo, en esta ocasión, la realidad sobrepasa a la fantasía y, abrumado por la magnitud y solemnidad del acto de entrega, asume con verticalidad la cita. Acepta amablemente (como siempre) la entrevista con este diario, en uno de los huecos que la vorágine mediática que le azota le permite. Una larga vida entregada a la literatura llena de aventuras, naufragios, sueños, rebeldía, infracciones, lealtad a sí mismo... "Queda mucho pasado, el porvenir es muy estrecho", asegura un superviviente de la Generación del 50. Barral, Valente, Ángel González, Gil de Biedma... "La zozobra... Desazón. Sí, soy el superviviente de aquel grupo de amigos. Estás en la senectud, eres un anciano que ve pasar la vida viendo caer la tarde, melancólico". Y en este tiempo le ha llegado al fin a Bonald este reconocimiento (el Cervantes) esperado "desde hace dos años". Para un escritor "desobediente", que asegura que ya no escribirá más novelas, "pero puede que sí poesía". Una de las grandes voces de nuestra literatura a quien le quedan pocos sueños por cumplir: "tirarme en paracaídas y ser matemático. Aunque, al fin y al cabo, la poesía es una mezcla de música y matemáticas".

-¿Cómo será Caballero Bonald después de recibir el Premio Cervantes?

-Si el hecho de recibir el Premio Cervantes me hiciera distinto al que soy, es que en absoluto me merecía el Premio Cervantes.

-Ahora comparte con Cervantes no sólo su lectura, sino también algo en común como es el nombre, aunque sea a través de un premio. Un autor, como usted retrata en su último libro, Oficio de lector, tan desconocido.

-Unir mi nombre al de Cervantes, aunque sea a través de este premio, es por supuesto una eventualidad emocionante... Ya ocurrió algo por el estilo a propósito de mis libros Sevilla en tiempos de Cervantes, La poesía del Quijote, Cervantes. Poesía… Son tres libros que aprecio de modo especial y que acrecentaron, cada uno a su modo, mi identificación con el autor del Quijote.

-¿Se considera un clásico o al menos cree que está camino de serlo?

-Pienso, sin ningún tipo de petulancia, que algunos de mis libros quizá puedan sobrevivirme. Si damos por bueno ese razonamiento, a lo mejor un día me convierto en un clásico, es decir, en un autor que continúa siendo leído después de muerto. 

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