La Asociación de Padres de Discapacitados Intelectuales (Apadis) se enfrenta a uno de los peores momentos de su historia · La falta de recursos se palia con la concienciación de los trabajadores
M. E. Selva / Algeciras | Actualizado 19.08.2012 - 01:00
La Asociación de Padres de Deficientes Psíquicos de Algeciras (Apadis) comenzó su andadura en 1967, motivado por un grupo de familias cuyo nexo en común es tener un hijo con discapacidad intelectual. Este año celebran sus 45 años de vida, o de lucha, según se mire. El colectivo pasa por uno de los peores momentos de su historia. La gerente de la asociación, María del Carmen Portillo, lo resume: "la discapacidad lleva en crisis toda su vida".
A la necesidad de ampliar su prestación con una residencia para gravemente afectados, se le une la actual crisis que está repercutiendo en recortes sociales. La Ley de Dependencia es fundamental para este movimiento asociativo y el "hachazo" que el Gobierno central ha aprobado para estas ayudas les hace tambalear. "No cabe duda de que habrán recortes y que los servicios como los nuestros sufrirán una merma. No sabemos hasta esta fecha qué tipo de recorte, pero sí estamos teniendo ya unos atrasos para el pago insostenibles".
Portillo hizo referencia así a los problemas presupuestarios de la Junta de Andalucía, que están afectando al funcionamiento de los centros de atención a personas con discapacidad intelectual, ya que se están retrasando los pagos de los conciertos que se tiene con respecto a los servicios del centro ocupacional Punta Europa; las viviendas tuteladas Los Arcos y El recreo y la residencia de adultos Nuestra Señora de Valme.
En los días pasados se le ingresó el dinero del último pago de abril de la residencia al colectivo. "Estamos ya en agosto y tenemos una plantilla de trabajadores en toda la asociación". La gerente de Apadis subrayó que cumplen estrictamente con la ratio de cuidadores por usuarios y con la política de calidad impuesta -avalada por la Unión Europea y la Junta de Andalucía- pero si hay recortes, la prestación se verá perjudicada.
Entre todos los servicios que se prestan, Apadis tiene 140 usuarios. En la residencia -catalogada para personas válidas aunque muchas ya están gravemente afectadas- dispone de 23 plazas; y en las viviendas tuteladas -para calificados válidos- hay sitio para unos diez usuarios. En el centro ocupacional se ofrece una estancia diurna dedicada al ámbito laboral y para realización de talleres, en la que además de los anteriormente citados que conviven día y noche con la asociación, acuden otros usuarios en un horario de 9:00 a 17:00 horas.
Portillo reconoció que si no fuera por los colectivos que nacen de forma espontánea la discapacidad no estaría igualmente atendida. "Este tipo de asociaciones nacen porque existen personas detrás, la administración debería concienciarse de que los recortes no deberían ir por aquí". Los trabajadores tienen una implicación afectiva con los usuarios, no es como una empresa que decide ir a una huelga ante los recortes, se trata de personas que cuidan a personas. Portillo explicó que Apadis es considerada una empresa, y así lo creen porque tienen contratado a trabajadores, pero también saben que prestan un servicio y no ven a los usuarios como clientes. "Hay asociaciones que no están pagando pero los trabajadores siguen, porque a las personas no se las puede dejar de atender. Personas que queremos, que conocemos cada una lo que necesita".
A partir de los 16 años se accede a los servicios de Apadis y prácticamente, desde que salen de los centros de educación especial, están toda la vida ligados a este colectivo. En la residencia, dirigida por María de los Ángeles Medina, la media de edad es 50 años. En total el colectivo da trabajo a 41 personas, entre auxiliares de clínica, psicólogos y trabajadores sociales. Asi, la necesidad de ampliar el servicio continúa, aunque frenada por la crisis, como es el caso de una nave en el Cortijo Real. "Además de atender a la discapacidad, damos puestos de trabajo", precisó Portillo. Se trata de un colectivo muy fuerte e importante, un movimiento asociativo de mucha gente y muchos trabajadores, "estamos hablando 200.000 trabajadores en toda España".
En los meses de verano también prestan este servicio social, aunque el centro ocupacional sí cierra sus puertas. Pero continúan las actividades y la vida en la residencia y las viviendas con los talleres multideporte, rutas senderistas, jornadas de piscina. Y todo ello siempre acompañados de monitores y un servicio de furgonetas del propio colectivo.
Uno de los aspectos positivos de Apadis radica en la limpieza, ya que gracias al Ayuntamiento y un convenio firmado hace varios años, Algesa se encarga de esa labor, ya que si las cuidadoras tuvieran que realizar esa tarea se perdería atención directa con el usuario, agradece Portillo.
A la necesidad de ampliar su prestación con una residencia para gravemente afectados, se le une la actual crisis que está repercutiendo en recortes sociales. La Ley de Dependencia es fundamental para este movimiento asociativo y el "hachazo" que el Gobierno central ha aprobado para estas ayudas les hace tambalear. "No cabe duda de que habrán recortes y que los servicios como los nuestros sufrirán una merma. No sabemos hasta esta fecha qué tipo de recorte, pero sí estamos teniendo ya unos atrasos para el pago insostenibles".
Portillo hizo referencia así a los problemas presupuestarios de la Junta de Andalucía, que están afectando al funcionamiento de los centros de atención a personas con discapacidad intelectual, ya que se están retrasando los pagos de los conciertos que se tiene con respecto a los servicios del centro ocupacional Punta Europa; las viviendas tuteladas Los Arcos y El recreo y la residencia de adultos Nuestra Señora de Valme.
En los días pasados se le ingresó el dinero del último pago de abril de la residencia al colectivo. "Estamos ya en agosto y tenemos una plantilla de trabajadores en toda la asociación". La gerente de Apadis subrayó que cumplen estrictamente con la ratio de cuidadores por usuarios y con la política de calidad impuesta -avalada por la Unión Europea y la Junta de Andalucía- pero si hay recortes, la prestación se verá perjudicada.
Entre todos los servicios que se prestan, Apadis tiene 140 usuarios. En la residencia -catalogada para personas válidas aunque muchas ya están gravemente afectadas- dispone de 23 plazas; y en las viviendas tuteladas -para calificados válidos- hay sitio para unos diez usuarios. En el centro ocupacional se ofrece una estancia diurna dedicada al ámbito laboral y para realización de talleres, en la que además de los anteriormente citados que conviven día y noche con la asociación, acuden otros usuarios en un horario de 9:00 a 17:00 horas.
Portillo reconoció que si no fuera por los colectivos que nacen de forma espontánea la discapacidad no estaría igualmente atendida. "Este tipo de asociaciones nacen porque existen personas detrás, la administración debería concienciarse de que los recortes no deberían ir por aquí". Los trabajadores tienen una implicación afectiva con los usuarios, no es como una empresa que decide ir a una huelga ante los recortes, se trata de personas que cuidan a personas. Portillo explicó que Apadis es considerada una empresa, y así lo creen porque tienen contratado a trabajadores, pero también saben que prestan un servicio y no ven a los usuarios como clientes. "Hay asociaciones que no están pagando pero los trabajadores siguen, porque a las personas no se las puede dejar de atender. Personas que queremos, que conocemos cada una lo que necesita".
A partir de los 16 años se accede a los servicios de Apadis y prácticamente, desde que salen de los centros de educación especial, están toda la vida ligados a este colectivo. En la residencia, dirigida por María de los Ángeles Medina, la media de edad es 50 años. En total el colectivo da trabajo a 41 personas, entre auxiliares de clínica, psicólogos y trabajadores sociales. Asi, la necesidad de ampliar el servicio continúa, aunque frenada por la crisis, como es el caso de una nave en el Cortijo Real. "Además de atender a la discapacidad, damos puestos de trabajo", precisó Portillo. Se trata de un colectivo muy fuerte e importante, un movimiento asociativo de mucha gente y muchos trabajadores, "estamos hablando 200.000 trabajadores en toda España".
En los meses de verano también prestan este servicio social, aunque el centro ocupacional sí cierra sus puertas. Pero continúan las actividades y la vida en la residencia y las viviendas con los talleres multideporte, rutas senderistas, jornadas de piscina. Y todo ello siempre acompañados de monitores y un servicio de furgonetas del propio colectivo.
Uno de los aspectos positivos de Apadis radica en la limpieza, ya que gracias al Ayuntamiento y un convenio firmado hace varios años, Algesa se encarga de esa labor, ya que si las cuidadoras tuvieran que realizar esa tarea se perdería atención directa con el usuario, agradece Portillo.
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