sábado, julio 21, 2007

UN ECOSISTEMA EN MI CAMINO





Casi todos los días doy dos paseos hasta el Puerto de Sotogrande, uno por la mañana temprano y otro por la tarde a la caída del Sol. En este caminar mío alterno el procedimiento para no caer en el tedio y el aburrimiento, es decir a veces me pongo los auriculares y voy oyendo las noticias que más me interesan ó selecciono un dial de música, otras veces me llevo mi cámara de fotos y voy captando lo que considero más interesante de conformidad con mis gustos personales y también en ocasiones acompaño a un vecino que lleva dos perritos atados y es otra forma de pasear con intercambio de opiniones y comentarios sobre lo que vamos viendo por el camino.

En todas estas formas de pasear hay algo especial que siempre hago y es que al pasar por las ruinas de una de las torres Vigías(de origen árabe), me dedico a observar un detalle que después anoto en mi Moleskine y ya los considero suficientes como para poder hacer una pequeña exposición de lo observado.

La ruina de la torre, ha sido aislada sobre un montículo y lo que queda realmente es un trozo de muro con sus propios restos acumulados en la base de lo que en su día fue el torreón que data de finales del siglo XV o principio del XVI pues formaba parte del sistema de defensa costera de Andalucía que estuvo funcionando desde el siglo XV al XIX. Su uso más reciente ha sido como refugio de viajeros, pastores y leñadores de la zona. En 1796 aún conservaba un cañón y un cambio de guardia a cargo de su defensa.

Aclarado un poco los antecedentes históricos del objeto de mi observación cotidiana, me he dado cuenta que la ruina y sus aledaños de base, se han convertido en un pequeño ecosistema, que trato de reconocer, sobre todo lo que concierne a la fauna ya que con respecto a la flora, conozco las plantas pero no sus nombres para identificarlas.
Entre los pequeños arbustos hay como en todos los lugares de la zona las típicas hormigas, caminando en filas con sus bocas ocupadas con trozos de semillas, entre las ramas y las hojas aparecen las telarañas como pequeñas trampas preparadas para conseguir el sustento el celoso vigilante que se encuentra apostado en una esquina. En la base de la ruinosa pared veo casi siempre un enorme lagarto verde que a veces toma el sol plácidamente y otras aparece atento y vigilante para detectar posibles presas como saltamontes, grillos, caracoles y otros animalillos que corretean por allí.

Se ve como, con mucha frecuencia, entra y sale de un agujerillo pequeño de la pared un Herrerillo Común ( Parus Caeruleus) por lo que sin duda alguna tiene su nido y a juzgar por lo ocupado de su pico ha de tener varios hijos dentro en su nido. Un poco más arriba y en un boquete más grande, son los gorriones (Passer domesticus) los que no paran igualmente de entrar y salir con sus picos llenos de comida.

Por la parte superior de la pared permanecen aposadas numerosas palomas domésticas (Columba livia) moteadas de azul y blanco que también tienen sus nidos en los recodos y agujeros de la ruina y dominando la parte exterior de la pared hay dos nidos de Cernícalos Primillas (Falco naumanni) y que a mi, esta presencia en la torre ,se me antoja como los guerreros y clase superior del torreón. Junto a la torre, hay un poste de la luz y veo casi siempre varios Tordos Brillosos ( Molothrus bonariensis) con sus graznidos característicos y vuelos irregulares( estos pájaros no hacen nidos, sino que ponen sus huevos en otros ajenos para que los incuben y críen los demás).

Para terminar, resulta muy curiosa la imagen del gato que todos los días toma el sol en un hueco de la pared y que también le sirve como atalaya para cazar pequeños roedores, ya que lo he visto varias veces allí en posición de “muestra” como los cazadores mas avispados.

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