lunes, septiembre 24, 2007

ESTRENANDO MI NUEVA MOLESKINE

Hoy, primer día de Otoño, hemos querido pasarlo en Ronda y sin darme cuenta he entrado en una de esas tiendas de la calle La Bola y curioseando entre libros y artículos de papelería , me he tropezado con la famosa Moleskine negra y rápidamente he recordado que la que me regalase Arturo, se acabó ayer su última página por lo que me he apresurado a adquirir una nueva con el deseo impaciente de emborronar sus páginas blancas con mis pensamientos.

El Parador de Ronda, es el lugar ideal para descansar por su belleza y porque desde su terraza te deja ver el famoso puente viejo de la Ciudad y saboreando un buen café con Yeya, mi hija Emi, Carli y mi nieto Carlos he estrenado mi flamante y legendaria libreta negra Moleskine.

Observo las viejas e históricas piedras del viejo Puente sobre el Guadalevín y estoy completamente seguro que todo es un homenaje a su antigüedad y al recuerdo de peones y artesanos, colgados sobre rústicos andamios y probablemente donde estamos algún arquitecto trazó sus primeros garabatos sobre aquel tosco papel reflejo de cada piedra que una a una dieron gloria y esplendor al arte de construir puentes y ciudades. Les veo rodeados de poleas, cuerdas y escaleras, haciendo crecer con lentitud el Puente y las paredes que engrandecen a esta ciudad y que sintió como distintas generaciones la engrandecian en la historia y en el tiempo.

Las propias líneas de mi libreta me despiertan del pasado y el paso de los incesantes turistas con sus cámaras me devuelven a la realidad de los tiempos modernos, me hacen apurar el cargado café y dejar en blanco las hojas de mi libreta para en otro momento retomar nuevas ideas que me hagan sentirme vivo entre ese pasado y ese futuro que nos anima a seguir existiendo.

1 comentario:

Belén Jiménez dijo...

Muy bonito papá!

A vers i la próxima vez os podemos acompañar Arturo y yo...
Besitos