sábado, septiembre 01, 2007

LA ILUSION DE UN NUEVO CURSO ESCOLAR

Por estas fechas todos los años, los medios de comunicación aparecen cargados de artículos referentes a la iniciación del curso escolar en todos los ámbitos de la enseñanza, unos con estudios exhaustivos de gastos, otros con porcentajes de escolarizaciones por áreas o por carreras y la correspondiente publicidad como es lógico de centros privados, academias y librerias o grandes áreas comerciales.

Para mi siempre el brusco cambio climático de los últimos días de Agosto y primeros de Septiembre con las primeras lluvias y el olor a tierra mojada, con el consiguiente uso del paraguas, me lleva a evocar recuerdos entrañables de mi época de estudiante porque como le habrá sucedido a muchos, estos cambios atmosféricos te hacian estar predispuestos a comenzar con ilusión el nuevo curso y…..! con cuanto entusiasmo! acudías al centro de estudios para ver las relaciones de libros por autores correspondientes a las asignaturas de que constaba el nuevo curso.

Con tu bloc cargado de anotaciones, te sentabas con las compañeras y compañeros en aquel banco del pueblo para ver la forma de adquirir los libros cuanto antes, ya que al vivir en un pueblo pequeño, teníamos que pedirlos de localidades más grandes como Algeciras, La Línea ó Ronda y esto hacía que estuviésemos durante días pensando en cuanto tardaríamos en recibirlos y esta circunstancia, nos permitía asistir a clase para recibir instrucciones y entablar contactos con los nuevos profesores, ya que cada uno marcaba su línea de trabajo y participábamos en la confección de los horarios para evitar coincidencias de asignaturas con los de los otros cursos de bachiller. Digamos que en el pueblo esto se hacía de una forma doméstica entre profesores y alumnos y cuando los cuadros horarios estaban ya confeccionados, los pasábamos a nuestros cuadernos y aquí cada uno demostraba su arte poniendo los casilleros de distintos colores y amañadas formas para impresionar sobre todo a las chicas, siendo un éxito cuando te pedian que se lo dejases para copiarlo.

Cuando se recibian los libros nuevos, nos presentábamos en la Academia Calasanz( que así se llamaba el único centro de estudios de Jimena de la Frontera en los años 1958-1964, aproximadamente) y al entregarme mi paquete con aquel olor a tinta nueva tan característico me transportaba a otro mundo lleno de ilusión y lo primero que hacía era comprar unas cuantas “resmas” de papel fuerte y comenzaba con maestria adquirida de todos los años, la labor de forrar todos los libros uno por uno para tratar de conservarlos todos intactos ya que con nuestro trabajo durante el verano habíamos ahorrado para ayudar a pagar esta valiosa adquisición pues casi todos éramos humildes y esto de los libros representaba un capítulo de lujo para nuestras familias.

Esa ilusión por saber y aprender en aquellos libros nuevos, a mi personalmente me duraba todo el curso y, aún lo recuerdo con nostalgia y pienso que a muchos estudiantes de hoy puede sucederlo lo mismo y si no es así habrá servido mi reflexión de hoy para poder contrastar un poco como se iniciaban los cursos hace 50 años y como acontece ahora este momento de iniciación escolar tras las vacaciones veraniegas( que nosotros no podiamos disfrutar por motivos de necesidad).

Sin ánimo de publicidad de ningún tipo, me consta que en el Centro de Estudios-“Tésis”, se trabaja por mantener en sus alumnos siempre viva la ilusión por el estudio que de seguro les hará que lleguen en el futuro a buen puerto.

1 comentario:

Belén Jiménez dijo...

yo aún siendo de otra generación, también recuerdo con mucho cariño la ilusión que teníamos en el comienzo del curso.
Y las vacaciones parecían eternas...

Un besito papá,