Sabidos es por todos que fue este señor un gran guerrero y además brillaba su inteligencia. Todo lo que se cuenta de él es enigmático como su propia muerte a temprana edad.
ALEJANDRO MAGNO(356-323 a C. en la imagen) ardia en deseos de saber si la expedición que preparaba contra persas contaba con la aprobación divina. Por éllo, relata el historiador Plutarco, acudió a un oráculo. La pitonisa se negó a responderle alegando que no contaba con la suficiente concentración para hacerlo. Pero el líder macedonio insistió tanto que, se dio por vencida y le dijo: "Tu terquedad merece ser recompensada. !No hay quien consiga vencerte!. Acto seguido, y ante la sorpresa de la adivina, el Magno dio media vuelta y se marchó diciendo: "Ya no necesito el oráculo. Me has dado la respuesta que buscaba".
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