la verdad es que nos están borbandeando y comiéndonos el coco con este tema de los probióticos y nos los ofrecen en forma de yogures y compuestos que se venden tanto en farmacia como en grandes almacenes y otros lugares como internet. Parece que la ciencia está ivestigando y ha llegado a unos criterios más o menos fiables sobre el tema, para que podamos tener un poco de cautela al leer sus maravillosas propiedades.
Más de medio centenar de médicos han elaborado un documento de consenso sobre probióticos que unifica el criterio en torno a definición y actividad de estos microorganismo y han aconsejado a los consumidores que sólo adquieran probióticos que muestren el género, especie y nombre de la cepa, que normalmente será una combinación alfanumérica, según ha explicado uno de los coordinadores del documento y jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Vall d'Hebrón en Barcelona, el doctor Francisco Guarner.
Guarner ha señalado que el área de los probióticos "va a tener cada vez más importancia para la salud" y ha querido poner de ejemplo un reciente artículo publicado en la revista 'Pediatrics', en el que se muestra un análisis de once estudios sobre administración de estos microorganismos en recién nacidos y que concluyó que se logró una reducción de la mortalidad entre un 30 y un 50 por ciento. Sin embargo, el especialista ha recalcado que actualmente "se encuentran muchos productos en las farmacias y los supermercados que utilizan el término probiótico sin haber demostrado su eficacia y tampoco ofrecen una información clara al consumidor sobre el microorganismo". Así, el consenso recoge que para que un microorganismo sea calificado como probiótico, es imprescindible que demuestre científicamente que produce efectos beneficiosos en la salud de las personas. Además, añade que los efectos saludables demostrados por una cepa microbiana específica no son atribuibles a otras cepas de la misma especie. En este sentido, Guarner ha subrayado que los "productos milagro" que no han demostrado su eficacia suelen mostrar en su etiqueta "solamente un nombre genérico de un microorganismo, que no tiene porqué tener efectos beneficiosos en general, sino sólo una cepa concreta del mismo". Asimismo, ha recalcado que "las noticias que llegan sobre aprobaciones de 'claims' de productos de la industria alimentaria no han de desmerecer las prestigiosas investigaciones científicas que se están desarrollando en diferentes centros públicos y privados de referencia de España". EFECTOS BENEFICIOSOS SOBRE EL ESTRS PSICOLGICO En esta línea, otra de las coordinadoras del consenso y miembro del equipo de inmunonutrición del CSIC, la doctora Ascensión Marcos, ha reseñado que "en la actualidad hay más 100 proyectos de investigación sobre probióticos". En cuanto a las investigaciones que se están llevando a cabo en su grupo, Marcos ha explicado que "algunos acontecimientos estresantes provocan mecanismos de adaptación en el organismo que pueden tener efectos sobre la salud y, sobre todo, sobre el sistema inmunológico, reduciendo defensas naturales y aumentando la sensibilidad a infecciones, alergias, enfermedades inflamatorias y cáncer, entre otras". Diversos trabajos realizados tanto en humanos como en animales en el grupo de la doctora Marcos, apoyan la idea del efecto inmunomodulador de los probióticos en general. Así, ha indicado que "se han estudiado con mayor profundidad dos modelos de estrés psicológico como son el asociado con exámenes académicos y la anorexia nerviosa, observándose que en ambas situaciones el consumo de productos con ciertos probióticos permite modular la inmunocompetencia, mediante la regulación de las concentraciones de citoquinas, inmunoglobulinas y la función linfocitaria". Además, ha recordado que también "están bien documentados los efectos inmunomoduladores beneficiosos de los probióticos en modelos físicos de estrés, diarrea, deporte, llegando incluso, a veces, a aconsejarse el consumo de estos productos para paliar en cierta medida los cambios producidos por dichas situaciones".
Guarner ha señalado que el área de los probióticos "va a tener cada vez más importancia para la salud" y ha querido poner de ejemplo un reciente artículo publicado en la revista 'Pediatrics', en el que se muestra un análisis de once estudios sobre administración de estos microorganismos en recién nacidos y que concluyó que se logró una reducción de la mortalidad entre un 30 y un 50 por ciento. Sin embargo, el especialista ha recalcado que actualmente "se encuentran muchos productos en las farmacias y los supermercados que utilizan el término probiótico sin haber demostrado su eficacia y tampoco ofrecen una información clara al consumidor sobre el microorganismo". Así, el consenso recoge que para que un microorganismo sea calificado como probiótico, es imprescindible que demuestre científicamente que produce efectos beneficiosos en la salud de las personas. Además, añade que los efectos saludables demostrados por una cepa microbiana específica no son atribuibles a otras cepas de la misma especie. En este sentido, Guarner ha subrayado que los "productos milagro" que no han demostrado su eficacia suelen mostrar en su etiqueta "solamente un nombre genérico de un microorganismo, que no tiene porqué tener efectos beneficiosos en general, sino sólo una cepa concreta del mismo". Asimismo, ha recalcado que "las noticias que llegan sobre aprobaciones de 'claims' de productos de la industria alimentaria no han de desmerecer las prestigiosas investigaciones científicas que se están desarrollando en diferentes centros públicos y privados de referencia de España". EFECTOS BENEFICIOSOS SOBRE EL ESTRS PSICOLGICO En esta línea, otra de las coordinadoras del consenso y miembro del equipo de inmunonutrición del CSIC, la doctora Ascensión Marcos, ha reseñado que "en la actualidad hay más 100 proyectos de investigación sobre probióticos". En cuanto a las investigaciones que se están llevando a cabo en su grupo, Marcos ha explicado que "algunos acontecimientos estresantes provocan mecanismos de adaptación en el organismo que pueden tener efectos sobre la salud y, sobre todo, sobre el sistema inmunológico, reduciendo defensas naturales y aumentando la sensibilidad a infecciones, alergias, enfermedades inflamatorias y cáncer, entre otras". Diversos trabajos realizados tanto en humanos como en animales en el grupo de la doctora Marcos, apoyan la idea del efecto inmunomodulador de los probióticos en general. Así, ha indicado que "se han estudiado con mayor profundidad dos modelos de estrés psicológico como son el asociado con exámenes académicos y la anorexia nerviosa, observándose que en ambas situaciones el consumo de productos con ciertos probióticos permite modular la inmunocompetencia, mediante la regulación de las concentraciones de citoquinas, inmunoglobulinas y la función linfocitaria". Además, ha recordado que también "están bien documentados los efectos inmunomoduladores beneficiosos de los probióticos en modelos físicos de estrés, diarrea, deporte, llegando incluso, a veces, a aconsejarse el consumo de estos productos para paliar en cierta medida los cambios producidos por dichas situaciones".
No hay comentarios:
Publicar un comentario