Cuando yo era pequeño, en Jimena de la Frontera, aún no se conocía el nombre de futbol ó al menos yo personalmente no lo recuerdo, porque entre otras cosas no teníamos balones de reglamento(como se decía) y jugábamos en aquel “Llanito” del Paseo Cristina muchas veces con una pelota de trapo que a los pocos minutos ya empezaba a drestrozarse y había que recomponerla con bastante frecuencia hasta que quedaba inservible.
No es tan drástrico el asunto, porque siempre había alguno que conservaba una pelota de goma, de aquellas que tenían un botador dentro( un botador era un abultamiento duro de goma que se palpaba desde el exterior) y eso si que eran unos privilegiados que como es lógico tenían la facultad de elegir a los jugadores. Cuando se vaciaba la pelota por los golpes,se pinchaba una aguja hueca en el botador y se volvia a inflar para continuar jugando.
En esas circunstancias empezó a fraguarse la afición por el “Juego de Pelota” y conforme íbamos creciendo, nos reuniamos y se organizaban los partidos en aquel “Llanito” que era como nuestro estadio oficial del pueblo, pero quiero hacer hincapié de que durante años se utilizaban las pelotas de goma hasta que por suerte los Hérmanos Cárdenas Castillo( Manolín y Miguel) fueron los primeros en aportar el primer balón de reglamento a nuestro ya juego casi cotidiano.
Aquellos primeros balones, se despellejaban muchísimo con el juego intesivo que les dábamos y eran de piel con una abertura por donde se introducía la “buffa” y se inflaba muchas veces a pulmón y otras con una bomba de inflar las ruedas de las bicicletas, se doblaba el “pitorro” y se metia dentro del balón, se le colocaba la “lengüeta” y se apretababa fuerte la abertura con uno cordón que pasaba por unos agujeros y ya teniamos el balón listo para echar el partido. Los hermanos Cárdenas, tenían varios balones, lo que nos permitía cambiar cuando se pinchaba alguno y después los arreglábamos con los famosos parches “Chami” y el tubito de pegamento que se guardaba en su cajita azul y roja.
Recuerdo que hubo una etapa de crisis de balones y a mi hermano se le ocurrió la idea de fabricar un balón de reglamento, así que junto con Diego y Antonio (Los Gorriones), nos pusimos manos a la obra en el taller de zapatería de mi padre y tras cortar los moldes, los cosimos pieza por pieza y empezamos a tener unos balones de fabricación casera en todo el pueblo ya que las “buffas” las vendían en las tiendas impregnadas de polvo talco para que no se estropeasen. Aquellos balones tenían un defecto y es que por mucho que lo intentamos, no conseguimos que fueran redondos del todo y al ser “apepinados” resultaba bastante difícil de controlarlos por el “efecto” tan raro que cogian cuando se les daba un buen toque.
Con el tiempo todo poco a poco fue mejorando y se empezó a hablar de futbol y a crecer la afición en todos nosotros y en el Barrio Abajo detrás del cine de verano hicieron un campito de tierra y fueron muchas veces las que hicimos competiciones entre los dos barrios y aquello sirvió para mejorar aquella rivalidad tan fuerte que existía y poco a poco fue desapareciendo para bien de todos.
El primer equipo formal de futbol que recuerdo, lo organizó y lo entrenaba en el Barrio Arriba Don Manuel que era padre del cura “Padre Sánchez” y los entrenaba por las tardes en el Llano La Victoria y organizaron competiciones contra otro equipo del Barrio Abajo y tambien fueron a San Pablo y a Tesorillo. Entre aquellos jugadores quiero recordar a Riquelme(tío de Miguelito Morón), Pepe Moreno( El Gato), El Chico(Cucarro) y había otros muchos mayores que yo que pertenecieron a este equipo como he dicho antes, preparado por el padre del cura.
Cuando se puede hablar de futbol de verdad en Jimena, es a partir de que se construyó por el ayuntamiento en aquella parcela junto al Matadero Municipal el primer estadio deportivo, que en principio se trataba de un enorme llano con las dos porterias pintadas de blanco y una enorme red detrás, por cuyos agujeros se colaban hasta los balones.
Quiero recordar algunos de los jugadores que allí se partían el pecho todos los domingos y aunque sé que no voy a poder nombrarlos a todos, siempre habrá alguien que pueda completar la lista. Entre los que recuerdo están : Diego Lucas, Bernardo Oncala, Alfonso López, Paco Jiménez, José Maria Sánchez( de la Estación mejor portero del mundo), Juan Sánchez( hermano del anterior), Jacinto y Paco Boza, Fernando el Herrero, Téllez ( Estación,),Troyano( Estación), Juan Roldán(Estación), Andrés Sarrias( que después fue árbitro) y muchos más……
Como es lógico la afición fue creciendo y era todo un acontecimiento el ir al futbol los domingos, sobre todo en un pueblo que poco tenía que ofrecer, en lo que a diversiones me refiero y para poder cobrar algo, el ayuntamiento rodeó de cañas todo el campo, delimitó el terreno de juego con unos palos verticales y otros encima horizontales, se sembró césped y se puso un bonito marcador con dos agujeros cuadrados en los que se encargaba de poner los números de goles a los equipos “visitante” o “local” aquel pintor que vivía en casa de Vecina el del Bar y que se llamaba Angel.
Aparte de nuestros jugadores de la cantera jimenata, tuvimos unos excelentes jugadores de fuera y el primero que recuerdo se llamaba “Cruz” que vivia en Sevilla pero eran los propietarios de la finca “ El Jateadero” y aquel tio le pegaba al balón de escándalo y jugando él, siempre ganábamos.
Entre otros fichajes estaban el de Cristóbal y su hermano(eran de Algeciras y Cristóbal creo que se casó con la hermana de Juanito Roldán), Alfredito y Cachaza( ambos habían jugado en la Balona).
Cuando vinieron los Hermanos Regueira a la farmacia, nuestro futbol, recibió un gran impulso porque Ramón ( Moncho) era un jugador extraordinario que por lo visto habia estado jugando en el Coruña y era una delicia el verle jugar y organizar el juego con los nuestros que se mataban por hacer un gol y todo el pueblo iba nuestro “Estadio el Cañaveral” para presenciar los partidos y nos gustaba pagar la entrada porque sabíamos que era necesario para mantener el equipo y además todas las tiendas del pueblo contribuian económicamente al sostenimiento de aquel deporte.
Cada vez que había partidos fuera de la localidad, el autobús se llenaba de aficionados de Jimena y de la Estación y si el partido se celebraba en San Martin del Tesorillo( como ocurrió varias veces), había que ir con cascos porque las pedradas nos llovían pues una vez se suspendió el partido porque a nuestro portero José Maria le dieron una pedrada en la cabeza y le hicieron una herida y apara colmo rompieron los cristales del autobús pero eran cosas de la rivalidad y del momento que nos tocó vivir.
Al poco tiempo de marcharse Moncho, el futbol como deporte activo, sufrió una gran regresión e incluso el campo de deporte quedó un tiempo bastante abandonado y se nos ocurrió a unos cuantos intentar formar un nuevo equipo de futbol y como no disponiamos de medios recurrimos al Frente de Juventudes que nos facilitó la equipación y en el taller de sastrería del Maestro Miguel Cárdenas había un Señor de Algeciras trabajando de planchador que se llamaba Paco y se prestó a entrenarnos a unos pocos de valientes e íbamos todos los días a las 06,30 horas de la mañana a entrenar al Campo de Futbol del Matadero. Entre aquellos jugadores estábamos: Manolín y Miguel Cárdenas, Manolo y Antonio Peláez, Gabrielito el Gorrión, Los Pajarez, Fernandino Vargas y algunos más que no recuerdo.
Este intento solo quedó en eso y no fue a más porque el entrenador se marchó a Algeciras y nos quedamos solos y sin apoyo de ningún tipo.
Después continuó la afición en las barberías del pueblo, donde se reunián los aficionados al deporte a charlar de futbol y darse bromas unos a otros y sobre todo en los Bares de Vecina y Cuenca que los Domingos se ponian a tope con aquellos aficionados tan forofos que cuando metian un gol, se oia en el Barrio Arriba, si no que se lo pregunten a Pedro Corbacho el Cartero.
Bueno leer de vez en cuando el Tiojimeno Digital, tiene estas cosas y es que hoy he leido algo sobre el deporte y no he podido evitar la tentación de recordar y dejarlo ahí, aunque sea mal escrito, para recuerdo de todos.
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