No siempre tiene uno la suerte de irse unos días de vacaciones, acompañado con amigos de Jimena, y como suele suceder, por casualidad sobre el mes de Mayo, comentamos a Victoria y a Pepe, un día que fueron a TorreGuadiaro que nos habíamos apuntado a realizar un viaje por tierras gallegas y la respuesta fue inmediata: Pues nosotros en Septiembre siempre cogemos una semana de vacaciones y podríamos acompañaros en esa fecha del 9 al 16 de Septiembre. Tiramos rápidamente del móvil y le incluimos en nuestro proyectado viaje a las Rías Bajas y posteriormente, se apuntaron dos matrimonios más de orígenes Jimenatos como son Ana Gómez y su primo Francisco Gómez con sus respectivos cónyuges.
Por fin llegó el esperado día 9 y a las 04,30 horas de la madrugada estábamos todos con las maletas preparadas en la Urbanización Punta Europa de TorreGuadiaro, cuando apareció el autobús repleto de “Tesorilleros” y tras colocar nuestro maletones , mochilas a cuestas, cámaras e ilusiones, nos adentramos en el autobús y tomamos posesión de nuestros asientos. Lo primero que hicimos fue inflar nuestros “collarines cervicalescos” y parecíamos aquellos “burritos” que tiraban de la noria en nuestras huertas de la Pasada Alcalá.
Sobre las 5,30 nuestros estómagos hacían “gorgoritos” y el autobús se paró en la Venta Los Corzos y como ya me veía con la tostada entre mis manos pues me tomé dentro aún del autobús un omeprazol prescrito para media hora antes del desayuno pero cuando nos bajamos resultó que la venta estaba cerrada, así que volvimos a subir y Victoria habló con Yolanda( La Jefa de Excursión) y le autorizó a ocupar los cuatro asientos últimos con la finalidad de mantener el pié del accidente en alto y como ni Pepe ni élla habían dormido nada al poco tiempo apareció una dulce paloma que se posó sobre la cabeza de Victoria y al mismo tiempo colocó un ala en la cabeza brillante de Pepe que les transportó a otro mundo. Después la paloma dio un saltito y envió a otro mundo a Pepe Guzmán, Ana Gómez, Yeya, y María con su cuello colgado daba raros suspiros pero su marido Paco Gómez y yo seguiamos despiertos, sobre todo yo que tenía la pastilla clavada en el estómago pidiendo una tostada y un café a gritos.
Intentamos desayunar cinco veces en el trayecto y por poco llegamos a Galicia sin desayunar porque todo estaba cerrado pero por fin encontramos un bar y después de tomarnos un café no había tostadas para todos, así que bebimos el café y continuamos una hora más hasta que a las 11,30 horas nos comimos un bollo con matequilla y otro café con lo que la pastilla pudo entretenerse y hacer sus efectos.
Aquí Pepe Guzmán dijo que debíamos “fondear”, al principio creí que nos teniamos que meter debajo del autobús, pero resultó que había que hacer un fondo en común y así se hizo para cubrir gastos del camino, no sin antes llenarse “ El Tasca” las gafas de manteca que tuvo que lavar no se como.
Entre ronquidos y cabezazos atravesamos tierras sevillanas, de Huelva, y extremeñas . Como es lógico vimos muchísimos conejos y todo el autobús tesorillero gritaba ¡otro conejo! ¡ seis conejos! Y después se veian los cerdos y millones de ovejas y el ambiente fue creciendo viendo el paisaje que cada vez estaba más animado por las cosas y ocurrencias de los pasajeros hasta que pusieron los discos de sevillanas y tras una venía la otra y la otra hasta que cesó el disco y apareció nuestro artista de Tesorillo Miguel Solís con un arte “pa rabiar”, se vino cerca de nosotros y comenzó a cantar por sevillanas con unas letras escritas por él a su Tesorillo del alma y cambió a otros palos que dominaba con maestria y buena voz y de vez en cuando nos ofrecia su bota de vino, lo que hacía que se le apludiese más fuerte y con más intensidad. Después pusieron una cinta de chistes que nos hizo reir bastante, pero como era tan larga nos permitió dar una cabezada a algunos.
En una de las paradas, me di cuenta que venia con nosotros Antonio Cupido que fue un buen amigo mio de pandilla en mi juventud y que no le veia hace unos 25 años así que nos presentamos a las mujeres y durante todo el viaje cada vez que podíamos charlábamos de lo bien que nos lo pasábamos en Jimena cuando éramos jóvenes y tomábamos nuestras copitas los Sábados y Domingos.
Llegamos a Salamanca directamente al Hotel Ceylan y tomamos posesión de nuestras habitaciones y la verdad cuando Pepe y Victoria nos llamaron corriendo para que contemplásemos las hermosas vistas que aparecían antes sus ventanales quedamos Yeya y yo maravillados ante tanta belleza y la verdad no se como esas criaturas pudieron dormir sin dejar de contemplar aquella magnitud de paisajes.
Nos dieron de comer guiso de arroz, carne en salsa bastante buena y el postrecillo de helado y para la habitación a ducharnos y descansar un ratillo para salir sobre las seis a dar un vueltazo por nuestra Salamanca querida ( como dice la canción del mítico Farina)y desde luego lo hicimos montándonos primero en el trenecillo de la ciudad, donde nos encontramos a un par de “cuñaos” jimenatos con sus esposas hermanas uno se llama Bartolo y el otro es el hijo de Esteban y conocieron con nosotros la Salamanca Trenera y nos reimos de lo lindo. Finalizado el trayecto nos despedimos de estos jimenatos y nos fuimos a la Plaza Mayor que es lo más bonito que tiene esta ciudad y como no, allí estaban nuestros paisanos, seguimos recorriendo la ciudad y estuvimos visitando ,como decía Pepe el Tasca, la casa de las almejas que después resultó ser la Casa de las Conchas y aquí estaban otra vez las dos parejitas de Jimenatos que se iban para Madrid y nos hicimos unas fotillos con ellos. Nos fuimos al hotel a cenar y aterrizamos de nuevo en La Plaza Mayor que con la iluminación era preciosa y actuaban unos conjuntos africanos estupendos con luces sicodélicas por lo que nos sentamos en una mesa y pedimos unas bebidas fuertes como manzanillas, menta-poleo y algún que otro zumo de achofaifas o algo parecido. Como se estaba tan agradable, nos estuvimos hasta que terminó el concierto charlando y contando cosas y había momentos que no sabias si estabas en Salamanca o en la Plaza del Tesorillo con tanto tesorillero paseando por allí. Con el colocó que nos proporcionó las mentas poleo hubo algunos que tuvieron que abandonar antes la Plaza y los demás terminamos dando vueltas por las calles buscando una espada de torero y una muleta, pues últimamente nos ha dado a Pepe y a mi por eso de torear de maletillas, pero como no encontramos nada nos fuimos al Hotel que por cierto todo lo que tenían en el bar era sin alcohol y nosotros queriamos emociones fuertes y nos marchamos a ver el paisaje desde nuestras ventanas y a dormir para mañana continuar el viaje.l Lo que pudiese ocurrir es privado y secreto, pero en el autobús se tomaron muchas pastillas del día siguiente( a lo mejor se referian al día siguiente de dormir).
El día 10 salimos sobre las 09,30 horas de la mañana y ya conociamos a casi todo el autobús, así que charlábamos con todo el mundo, mi amigo Pepe intento conseguir el estoque y la muleta pero estaba cerrada la tienda y no pudo ser, así que cualquier día nos animamos y vamos por los trastos. Victoria compró unas pastitas estupendas que repartió en el autobús y entre cantares de nuestro amigo Miguel y los discos llegamos a Zamora por gentileza de Juan y Yolanda( no estaba previsto parar en Zamora). Después de treinta años que estuve aquí continuan los mismos albañiles arreglando las calles, así que son lentos los zamoranos trabajando y claro Pepe el Tasca decía …mira Paco…aquí en Zamora hay muchos zamoranos y yo le dije estás confundido porque yo sólo veo tesorilleros y jimenatos por todas opartes y cuando nos reiamos vimos una administración de loterias y compramos una ristra de números y Paco Gómez se copió nuestros números y ha convertido los 54 euros que le tocó en “lomo en manteca” que por cierto Maria su mujer lo hace estupendo.
Después de visitar Zamora durante una hora, seguimos en nuestro autobús y cada vez charlábamos más con nuestros paisanos de Tesorillo y Miguel Solís, que no podía estar sentado, se hizo como de la familia contando cosas agradables pues ya os he dicho que es un artista. Es curioso estoy viendo por la ventanilla el nombre de un pueblo que se llama “ Faramontano de Tábara”, algunos tienen un gusto para elegir los nombres…..
Estamos muy cerquita de Puebla de Sanabria y hasta se ve la ciudad con su precioso castillo, pero nos hemos quedado en un restaurante muy bonito que se llama “La Casona” y aquí nos pusieron habichuelas blancas gigantes(como decimos en Jimena) pero se llaman “habones”, lo cierto es que el guiso de habichuelas estaba estupendo, después carne en salsa y tarrina de helado para salir corriendo al bar de abajo y tomarnos un café y curiosear los productos de las vitrinas. Ya en el autobús hubo un curioso que repartió “Aerorred” y se lo aceptaron bastantes viajeros.
De la Casona salimos prontito porque coincidimos con dos autobuses de La Línea de la Concepción que iban a nuestro mismo hotel y así no coincidimos todos juntos a la hora de coger las habitaciones. Cuando llegamos todo fue muy fácil ya que estaba perfectamente organizado y al momento todos los Jimenatos y Tesorilleros estábamos asomados a las terrazas de las habitaciones desde donde se contemplaban unas hermosas vistas hacia el mar de San Xenxo y después de la ducha al comedor del Hotel Luz de Luna y para que lo recordeis todos lo primero que aquí cenamos fueron unos platos de mejillones al vapor, pote gallego, carne al horno con patatitas fritas y tarta de bizcocho con crema pastelera. Después nos fuimos al salón y junto con los de La Línea estuvimos moviendo las habichuelas al ritmo de rumbas y, pasodobles y de Paquito el Chocolatero hasta que a las 12,30 decídimos que había que descansar y nos fuimos casi todos a nuestras habitaciones.
Por fin llegó el esperado día 9 y a las 04,30 horas de la madrugada estábamos todos con las maletas preparadas en la Urbanización Punta Europa de TorreGuadiaro, cuando apareció el autobús repleto de “Tesorilleros” y tras colocar nuestro maletones , mochilas a cuestas, cámaras e ilusiones, nos adentramos en el autobús y tomamos posesión de nuestros asientos. Lo primero que hicimos fue inflar nuestros “collarines cervicalescos” y parecíamos aquellos “burritos” que tiraban de la noria en nuestras huertas de la Pasada Alcalá.
Sobre las 5,30 nuestros estómagos hacían “gorgoritos” y el autobús se paró en la Venta Los Corzos y como ya me veía con la tostada entre mis manos pues me tomé dentro aún del autobús un omeprazol prescrito para media hora antes del desayuno pero cuando nos bajamos resultó que la venta estaba cerrada, así que volvimos a subir y Victoria habló con Yolanda( La Jefa de Excursión) y le autorizó a ocupar los cuatro asientos últimos con la finalidad de mantener el pié del accidente en alto y como ni Pepe ni élla habían dormido nada al poco tiempo apareció una dulce paloma que se posó sobre la cabeza de Victoria y al mismo tiempo colocó un ala en la cabeza brillante de Pepe que les transportó a otro mundo. Después la paloma dio un saltito y envió a otro mundo a Pepe Guzmán, Ana Gómez, Yeya, y María con su cuello colgado daba raros suspiros pero su marido Paco Gómez y yo seguiamos despiertos, sobre todo yo que tenía la pastilla clavada en el estómago pidiendo una tostada y un café a gritos.
Intentamos desayunar cinco veces en el trayecto y por poco llegamos a Galicia sin desayunar porque todo estaba cerrado pero por fin encontramos un bar y después de tomarnos un café no había tostadas para todos, así que bebimos el café y continuamos una hora más hasta que a las 11,30 horas nos comimos un bollo con matequilla y otro café con lo que la pastilla pudo entretenerse y hacer sus efectos.
Aquí Pepe Guzmán dijo que debíamos “fondear”, al principio creí que nos teniamos que meter debajo del autobús, pero resultó que había que hacer un fondo en común y así se hizo para cubrir gastos del camino, no sin antes llenarse “ El Tasca” las gafas de manteca que tuvo que lavar no se como.
Entre ronquidos y cabezazos atravesamos tierras sevillanas, de Huelva, y extremeñas . Como es lógico vimos muchísimos conejos y todo el autobús tesorillero gritaba ¡otro conejo! ¡ seis conejos! Y después se veian los cerdos y millones de ovejas y el ambiente fue creciendo viendo el paisaje que cada vez estaba más animado por las cosas y ocurrencias de los pasajeros hasta que pusieron los discos de sevillanas y tras una venía la otra y la otra hasta que cesó el disco y apareció nuestro artista de Tesorillo Miguel Solís con un arte “pa rabiar”, se vino cerca de nosotros y comenzó a cantar por sevillanas con unas letras escritas por él a su Tesorillo del alma y cambió a otros palos que dominaba con maestria y buena voz y de vez en cuando nos ofrecia su bota de vino, lo que hacía que se le apludiese más fuerte y con más intensidad. Después pusieron una cinta de chistes que nos hizo reir bastante, pero como era tan larga nos permitió dar una cabezada a algunos.
En una de las paradas, me di cuenta que venia con nosotros Antonio Cupido que fue un buen amigo mio de pandilla en mi juventud y que no le veia hace unos 25 años así que nos presentamos a las mujeres y durante todo el viaje cada vez que podíamos charlábamos de lo bien que nos lo pasábamos en Jimena cuando éramos jóvenes y tomábamos nuestras copitas los Sábados y Domingos.
Llegamos a Salamanca directamente al Hotel Ceylan y tomamos posesión de nuestras habitaciones y la verdad cuando Pepe y Victoria nos llamaron corriendo para que contemplásemos las hermosas vistas que aparecían antes sus ventanales quedamos Yeya y yo maravillados ante tanta belleza y la verdad no se como esas criaturas pudieron dormir sin dejar de contemplar aquella magnitud de paisajes.
Nos dieron de comer guiso de arroz, carne en salsa bastante buena y el postrecillo de helado y para la habitación a ducharnos y descansar un ratillo para salir sobre las seis a dar un vueltazo por nuestra Salamanca querida ( como dice la canción del mítico Farina)y desde luego lo hicimos montándonos primero en el trenecillo de la ciudad, donde nos encontramos a un par de “cuñaos” jimenatos con sus esposas hermanas uno se llama Bartolo y el otro es el hijo de Esteban y conocieron con nosotros la Salamanca Trenera y nos reimos de lo lindo. Finalizado el trayecto nos despedimos de estos jimenatos y nos fuimos a la Plaza Mayor que es lo más bonito que tiene esta ciudad y como no, allí estaban nuestros paisanos, seguimos recorriendo la ciudad y estuvimos visitando ,como decía Pepe el Tasca, la casa de las almejas que después resultó ser la Casa de las Conchas y aquí estaban otra vez las dos parejitas de Jimenatos que se iban para Madrid y nos hicimos unas fotillos con ellos. Nos fuimos al hotel a cenar y aterrizamos de nuevo en La Plaza Mayor que con la iluminación era preciosa y actuaban unos conjuntos africanos estupendos con luces sicodélicas por lo que nos sentamos en una mesa y pedimos unas bebidas fuertes como manzanillas, menta-poleo y algún que otro zumo de achofaifas o algo parecido. Como se estaba tan agradable, nos estuvimos hasta que terminó el concierto charlando y contando cosas y había momentos que no sabias si estabas en Salamanca o en la Plaza del Tesorillo con tanto tesorillero paseando por allí. Con el colocó que nos proporcionó las mentas poleo hubo algunos que tuvieron que abandonar antes la Plaza y los demás terminamos dando vueltas por las calles buscando una espada de torero y una muleta, pues últimamente nos ha dado a Pepe y a mi por eso de torear de maletillas, pero como no encontramos nada nos fuimos al Hotel que por cierto todo lo que tenían en el bar era sin alcohol y nosotros queriamos emociones fuertes y nos marchamos a ver el paisaje desde nuestras ventanas y a dormir para mañana continuar el viaje.l Lo que pudiese ocurrir es privado y secreto, pero en el autobús se tomaron muchas pastillas del día siguiente( a lo mejor se referian al día siguiente de dormir).
El día 10 salimos sobre las 09,30 horas de la mañana y ya conociamos a casi todo el autobús, así que charlábamos con todo el mundo, mi amigo Pepe intento conseguir el estoque y la muleta pero estaba cerrada la tienda y no pudo ser, así que cualquier día nos animamos y vamos por los trastos. Victoria compró unas pastitas estupendas que repartió en el autobús y entre cantares de nuestro amigo Miguel y los discos llegamos a Zamora por gentileza de Juan y Yolanda( no estaba previsto parar en Zamora). Después de treinta años que estuve aquí continuan los mismos albañiles arreglando las calles, así que son lentos los zamoranos trabajando y claro Pepe el Tasca decía …mira Paco…aquí en Zamora hay muchos zamoranos y yo le dije estás confundido porque yo sólo veo tesorilleros y jimenatos por todas opartes y cuando nos reiamos vimos una administración de loterias y compramos una ristra de números y Paco Gómez se copió nuestros números y ha convertido los 54 euros que le tocó en “lomo en manteca” que por cierto Maria su mujer lo hace estupendo.
Después de visitar Zamora durante una hora, seguimos en nuestro autobús y cada vez charlábamos más con nuestros paisanos de Tesorillo y Miguel Solís, que no podía estar sentado, se hizo como de la familia contando cosas agradables pues ya os he dicho que es un artista. Es curioso estoy viendo por la ventanilla el nombre de un pueblo que se llama “ Faramontano de Tábara”, algunos tienen un gusto para elegir los nombres…..
Estamos muy cerquita de Puebla de Sanabria y hasta se ve la ciudad con su precioso castillo, pero nos hemos quedado en un restaurante muy bonito que se llama “La Casona” y aquí nos pusieron habichuelas blancas gigantes(como decimos en Jimena) pero se llaman “habones”, lo cierto es que el guiso de habichuelas estaba estupendo, después carne en salsa y tarrina de helado para salir corriendo al bar de abajo y tomarnos un café y curiosear los productos de las vitrinas. Ya en el autobús hubo un curioso que repartió “Aerorred” y se lo aceptaron bastantes viajeros.
De la Casona salimos prontito porque coincidimos con dos autobuses de La Línea de la Concepción que iban a nuestro mismo hotel y así no coincidimos todos juntos a la hora de coger las habitaciones. Cuando llegamos todo fue muy fácil ya que estaba perfectamente organizado y al momento todos los Jimenatos y Tesorilleros estábamos asomados a las terrazas de las habitaciones desde donde se contemplaban unas hermosas vistas hacia el mar de San Xenxo y después de la ducha al comedor del Hotel Luz de Luna y para que lo recordeis todos lo primero que aquí cenamos fueron unos platos de mejillones al vapor, pote gallego, carne al horno con patatitas fritas y tarta de bizcocho con crema pastelera. Después nos fuimos al salón y junto con los de La Línea estuvimos moviendo las habichuelas al ritmo de rumbas y, pasodobles y de Paquito el Chocolatero hasta que a las 12,30 decídimos que había que descansar y nos fuimos casi todos a nuestras habitaciones.
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