Nuestros amigos hoy se pasaron por el “Leroy” y venian con algunos mueblecillos para embellecer un poco su apartamentito miercolero, en una palabra dispuestos a tener una jornada de trabajo productiva por lo que las mujeres y los niños se fueron a la playa y los menos listos nos quedamos con u n mueble y un espejo y las instrucciones para montarlos y después colocarlos debidamente.
Alguno que otro fue bautizado con colacao, pero ni por eso, se le quitaron las ganas de trabajar y puestos manos a la obra lo que parecia que se iba a solucionar en media hora tardó sobre cuatro horas y el ayudante que iba a obsequiar a los miercoleros con patatas “reliá” con huevos, no pudo hacerlo por la ocupación en el montaje pero una invitada especial se encargó de hacer las patatas que por cierto estaban estupendas y por lo visto el montaje de los muebles de cuarto de baño dan ganas de comer y todo.
Nos hemos reido, hemos disfrutado y hemos comentado cosillas buenas de nuestro querido pueblo y de esos amigos tan especiales que hay por allí y que no se encuentran en cualquier lugar.
Los miercoleros podrán probar mis calabacines que espero les guste porque son tiernos y aunque los primeros camiones salieron hace unos dias, estos están muy tiernos porque son ecológicos y además cultivados en huerto ajeno que es lo mejor.
Es un poco tarde pero la satisfacción de ver el cuarto de baño con el mueble puesto y con su luz conectada me hará conciliar el sueño y seguro que soñaré con tornillos, anclajes y fichas de empalmes eléctricas.
Tanto David como Carlos han cogido el sueño rápidamente tras zamparse el plato de patatas con huevo y el jamoncillo de pata rosa porque mañana tendrán que madrugar para ir al colegio.
Jornada muy tranquila y con grandes experiencias en el mundo del montaje. No podia faltar el pan blanco ni el piñonate de Jimena, aunque me quisieron engañar con las madalenas del año pasado que seguramente se les quedó “trasconejada” y eran bombas de “rebolluos”.
Un abrazo.
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