Cuando yo era pequeño en los colegios todo se aprendia de memoria como la tabla de multiplicar, los rios de España, los golfos, los rios europes, los lagos y los cabos.
Referente a los cabos yo solia apoyarme bastante en el de…. “FINISTERRE EN LA CORUÑA” pero para mi sólo representaba una imagen sonora dentro de mi memoria, hasta que en 1968 estaba yo embarcado en el Transporte de Ataque “Aragón” y tuvimos que ir a la Semana Naval en Santander.
Para los intrépidos navegantes de la Armada española no importaba que el “Mar Tenebroso” tuviese enormes olas porque allí estábamos nosotros para remontarlas con aquel “cascarón” que decían habiamos cambiado a los americanos por aceite de oliva y que ellos ya tenían destinados al degüace.
Al despertarme el segundo día de navegación, comencé a sentir unos mareos insoportables, todo dentro del barco se caia por los suelos.. y al intentar tomarme aquello que decian era café con leche, resultó imposible y comencé a sentirme muy mal y a devolver constantemente . Cuando estaba casi insconciente por el fuerte mareo, escucho decir a un marinero…. ¡ No se va a marear si estamos doblando el Cabo Finisterre! .
Ya en la enfermería, me arrastré como pude y me asomé por uno de los “ojos de buey” y allí no había cabo ninguno pues sólo existian olas tan grandes que nos enterrábamos debajo de ellas y entonces comenzó a martillearme en mi cerebro sin orden ni concierto…..!Ajos en Santander…, Peñas… en Asturias, Machichaco en Vizcaya…. FINISTERRE EN LA CORUÑA! Y allí se quedó en mi mente repitiéndose constantemente lo de Finisterre en la Coruña….. hasta que apareció un médico que me dijo.. Te voy a poner una inyección de “lagartil” porque de lo contrario te vamos a tener que echar por la borda en Finisterre con todos los honores ….. Y cuando aquello entró en mi cuerpo, me olvidé de que Finisterre era un cabo de la Coruña y cuando desperté, habían pasado dos dias y me encontraba en el Puerto de Santander. Cuando vino a verme a la enfermería Salvador Pernía, que era un chaval cocinero muy amigo mio de Olvera, me dice…. “Jimena”, cuando llegamos al Cabo Finisterre te quedaste tan muerto que creiamos que no ibas a resucitar y entonces fue cuando recordé que yo era de Jimena de la Frontera y que estaba allí representando a mi pueblo en la Semana Naval , aunque por poco no lo cuento por culpa del famoso Cabo Finisterre que con tanta inocencia me habia aprendido yo de memoria cuando apenas era un crio en la escuela de Don Román en la calle Ancha.
Bueno después he vuelto varias veces a Galicia y todo ha sido bastante agradable pero jamás he visitado Finisterre ni creo que suceda otro día pues por “poquito” tengo mi “epitafio eterno” en aquellas aguas espumosas y juguetonas.
Un abrazo.
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