domingo, junio 08, 2008

EL SECTOR DE ZAPATERÍAS EN JIMENA DE LA FRONTERA


LA CRÍSIS DEL CONSUMO PARALIZA LA RECUPERACIÓN DEL CALZADO.

La prensa de hoy se hace eco de que las empresas dedicadas a la fabricación de calzado han mejorado sus exportaciones pero la caida de las ventas del mercado nacional han vuelto a colocar al sector contra las cuerdas.

Como es lógico la creciente importación, ha obligado al sector a reducir empleos y `producción frente al empuje de competidores como el gigante chino y Vietnam. La globalización ha provocado que caiga la economía sumergida y estas compañías que quieren mantener la producción no encuentran mano de obra.

Contínua el artículo detallando minuciosamente como se fabrica hoy en dia un zapato y para ello emplea seis fases en las que se utilizan maquinarias especializadas y tanto la piel como el calzado ya fabricado se someten a unos procesos sofisticados teniendo como resultado esos zapatos tan bonitos que vemos en los escaparates de los comercios.

El seguimiento de la crísis que afecta a este sector se lleva a cabo a través de análisis y estadisticas comparativas por comunidades y hasta es probable que el gobierno dé subvenciones para paliar las pérdidas que se puedan producir por la crísis que ya también entra por los pies.

Volviendo como siempre con las comparaciones y el recuerdo, mientras fui pequeño en mi pueblo de Jimena de la Frontera, había un número bastante considerable de zapaterias que abastecian de zapatos para el campo y de vestir a todo el término municipal, además se enviaba calzado a Gaucín, Ronda, Faraján, San Roque, Algeciras, Los Barrios, La línea, Casárez y Alcalá de los Gazules.

Las zapaterias más importantes en Jimena, fueron la de Fajardo en la Calle Santa Ana, Sebastián Orellana en calle Sevilla, Los Hermanos Moya en Fuente Nueva, Pedro Torres en Fuente Nueva, Frasquito Boza en Sevilla, La del Cojo Orga en la Calzada y la de Andrés Guerrero y Macías en la Estación de Jimena. Después estaban los talleres pequeñitos en los que trabajaban los propietarios con un aprendiz como Lorenzo Vallecillo en Santa Ana, Alberto en Callejón de Alberto ,Frasquito Rabizo en Cruz del Rincón, Francisco López en Romo, Ramón López en el Paseo, Pepe Domínguez en Consuelo, Manolo Rojas en Fuente Nueva, Pino en Chorro Lacalle, José Sarrias en Sevilla, Manuel Heredia en Quirós, Frasquito Requena en Puerto Moral, Miguel Moriche en Marcelino y Justo y Juan Sánchez en la Estación de Jimena.

Aproximadamente desde los años 50 a 62, las labores del campo y la ganaderia eran el eje primordial de la economía del pueblo y de ahí el gran número de zapaterías para poder abastecer el mercado principalmente de calzado de campo, botas, sandalias, botillos, borceguíes con un sello muy especial que imprimian los profesionales de nuestro pueblo y que les distinguian en numerosos pueblos de la provincia de Cádiz y la de Málaga.

Ningún periódico, ni nadie, se preocupó de hacer un estudio pormenorizado de la crísis que de golpe se le presentó a todas esas familias de pequeños empresarios y sus trabajadores que acostumbrados a ir tirando con dignidad se vieron en una situación indigna que no podían soportar, por lo que se fueron cerrando los talleres y marchándose poco a poco del pueblo a la fuerza porque no hay cosa peor para un Jimenato que tener que marcharse del pueblo donde están sus raices.

Yo he nacido y me he criado entre “cambrillones”, “materiales”, “gomas” y “piletas de agua sucia” y hasta podría sentarme y hacer unas sandalias ó unos zapatos, pero de los seis pasos que hoy se siguen para hacerlos, la verdad es que no coinciden ninguno con los que aquellos profesionales nuestros demostraban su habilidad para hacernos unos zapatos que duraban años y años,admitiendo pisos nuevos y medias suelas

Entonces nació el Imperio del Ladrillo para abastecer lo que demandaba la nueva economia del turismo y dejó en la misería a muchas familias que vivian felices en sus pueblos. Ahora por segunda vez desde entonces, le toca el turno al ladrillo y arrastrará a muchos a su decadencia económica y mira por donde la paradoja de la vida hace que también esta crisis arraste a los nuevos zapateros, así que sólo nos queda pedir para que todo pase pronto y volvamos a la normalidad y nos podamos comprar un buen par de zapatos nuevos.

Un abrazo.. Currini

1 comentario:

Belén Jiménez dijo...

Una refelexión económica muy bonita papá.

Un abrazo,

Belén