sábado, septiembre 19, 2009

EL MILAGRO DEL GALLO Y LA GALLINA. SANTO DOMINGO DE LA CALZADA.

Los peregrinos consumados tenemos la opción de vestir el atuendo del camino.
Allí dice que esta madera es de la horca del peregrino que lo mantuvo vivo Santo Domingo de la Calzada.
Isidoro sale emocionado a la calle despues de oir el relato del gallo y la gallina.

Un peregrino compartió con el grupo su amabilidad y simpatía sin pedir nada a cambio.

Mi foto de las gallinas auténticas en la Catedral de Santo Domingo de la Calzada
La foto del negocio que hay allí montado con el tema de las gallinas y el milagro

Ya en el autobús nos adelantó la historia nuestra guia-acompañante Oly. Nada más entrar en la catedral y tras “acoquinar” en el “gallinero” de la Catedral, la guia local nos volvió a contar la bonita y milagrosa historia delante del altar mayor y escuchando los kikiriquiiiiiii del gallito blanco que perseguía a su parienta dentro de la jaula para propinarle un besito y lo que hacen los gallos y las gallinas aunque estén en la iglesia.

En la puerta había allí un peregrino- pidón, que por un euro te volvia a contar la historia de la parejita de aves blancas, así que disimuladamente le di el euro y le dije que no me la contase porque me la sabia de memoria y para que no seais menos, me permito contarla con pelos y señales:

Cuenta la tradición que, entre los muchos peregrinos compostelanos que hacen alto en esta Ciudad para venerar las reliquias de Santo Domingo de la Calzada, llegó aquí un matrimonio con su hijo de dieciocho años, llamado Hugonell, procedente de Ad Sanctos(Xanten en la diócesis de Munster, pero hasta 1821 del Arzobispo de Colonia).

La chica del mesón donde se hospedaron, se enamoró del joven Hogonell y le tiró los “tejos” unas pocas de veces pero, ante la indiferencia del muchacho, decidió vengarse. Metió una copa de plata en el equipaje del joven y cuando los peregrinos siguieron su Camino, la muchacha denunció el robo al Corregidor.

Las Leyes de entonces( Fuero de Alfonso X el Sabio) castigaron con pena de muerte el delito de hurto y una vez prendido y juzgado, el inocente peregrino fue ahorcado.

Al salir sus padres Camino de Santiago de Compostela fueron a ver a su hijo ahorcado y cuando llegaron al lugar donde se encontraba, escucharon la voz del hijo que les anunciaba que Santo Domingo de la calzada le había conservado con vida. Fueron inmediatamente a casa del merino de la Ciudad y le contaron el prodigio.

Incrédulo el Merino les contestó que “su hijo estaba tan vivo como el gallo y la gallina asados que él se disponía a comer”.

En ese preciso instante el gallo y la gallina saltando del plato se pusieron a cantar. Y desde entonces se dicen los famosos versos:
SANTO DOMINGO DE LA CALZADA
QUE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA.
En recuerdo de este suceso se mantienen en la Catedral un gallo y una gallina vivos siempre de color blanco durante todo el año. Proceden de donaciones y se realiza el cambio de las parejas cada mes. Frente a esta hornacina, que se construyó hacia 1445, y debajo de la ventana, se conserva un trozo de madera de la horca del peregrino.

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