sábado, diciembre 05, 2009

PROFECÍA...SUEÑO...REVELACIÓN....

Foto: El Niño Las Torres
En esas noches de no pegar un ojo, cuando las entrañas te niegan el seguir contigo, te entregas al fin, a lo que Dios quiera y, los manantiales de la hiel que no cesan, trastornan tu intelecto para hacerlo vulnerable al misterio y las profecías.
La manzanilla, comienza a hacer el efecto deseado y el organismo se va relajando para que “Morfeo” haga de las suyas devolviéndote al proceso normal de vida, recuperándote poco a poco del trance de la noche desgraciada.
En el mundo de los sueños…. aparecen los dos enormes “pajarracos”, convertidos en bellos buitres leonados que te atrapan por los brazos y elevándote del aposento de la cama, lo transportan a uno por la naturaleza del infinito, paseándote por inconmensurables valles, cuajados de hermoso ríos, montañas y llanuras.
En ese vuele celestial, te vas tragando el mundo natural a sorbos pausados de felicidad y pierdes la consciencia de que eres humano porque sin darte cuenta has dejado de serlo y formas parte de una existencia distinta donde la intelectualidad no existe para convertirte en parte de ese eslabón que a fuerza de años y años puede que te ponga en un lugar preferente para repetir la azaña de vivir de nuevo con los mortales.
Los dos “porteadores” de la existencia, se han marchado al infinito de los cielos y uno forma ya parte de la vida de los demás, pero sin ser lo mismo que eras. Ahora serás un árbol que crece…..; una piedra debajo de un río….; un pajarillo que trina sin cesar…. Y hasta puedes llegar a ser un precioso amanecer que alegra a los que aún no han dejado de quererte.
Un sueño…, una profecía …., una revelación…, llámalo como quieras, pero cuando estas cosas nos golpean con fuerza en los momentos difíciles de nuestro etéreo vivir, es porque nos quieren mostrar el camino de lo que realmente somos dentro de un “engranaje” que no cesa de dar vueltas.
Cuando seamos naturaleza viva, nos reiremos del progreso humano, de los políticos, de los curas, de los avaros, de los orgullosos, de los soberbios y plácidamente disfrutaremos de los valles, de los ríos, de las montañas y del cielo, porque no hay otra cosa en el cosmo existencial.
Cuando nacemos, traemos con nosotros toda esa carga de felicidad natural que poco a poco se va desprendiendo y nos convierte en algo distinto que no cesará de transformarse hasta que aparezcan los dos “leonados” y nos coloquen en el lugar adecuado de la verdadera vida que es el morir.
Despierto ya estoy, dispuesto a comprar el periódico y agradezco tu sonrisa…. Porque estoy seguro que me has entendido a la perfección.

Un abrazo.

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