miércoles, julio 21, 2010

CAMINAR POR LAS CAÑADAS REALES DEL BLOG " HACIENDO HUELLA"


Érase yo pequeño hace unos cincuenta años aproximadamente cuando con bastante frecuencia iba a La Huerta del Arrayán a pasar temporadas con mis tíos José e Isabel y con mis primas Pepa e Isabel. Aquello representaba un paraiso para mi y algún día os contaré con detalle como me dedicaba a poner trampas y dejar rienda suelta mi imaginación de "biño de aquel tiempo". Ahora quiero deciros que íbamos andando desde Jimena y desde que saliamos del pueblo lo haciamos por una ancha vereda que partía por "El Camino de las Pitas2, atravesaba "el Garci-Bravo", subía por "El Puerto de la Utora" y circundaba San Pablo de Buceite para después subir hasta El Corchado en internarnos e n "El Arrayán". Haciamos el trayecto a través de La Cañada Real y mientras andábamos veiamos infinidad de olivos cargados de aceitunas que según mis padres éran de propiedad pública ( es decir de todos) y que el ayuntamiento ( tiempos atrás) a través del pregonero daba la orden para que todos los pobres fuesen a recoger aceitunas para comerlas en casa . Aquellas veredas eran inmensas y por allí venía el ganado de otras latitudes además de poderse accesder a todas las fincas colindantes andando o con bestias.

Hoy no hay absolutamente nada de estos caminos o cañadas y se han ido adueñando de forma que ya no hay manera de andar por el campo con las actuales y sofisticadas alambradas.

Ahí queda este articulo y otros que vendrán para situarnos un poco en el tema:
Cuando todavía no existía una gran sensibilización sobre la recuperación de las vías pecuarias, HACIENDO HUELLA realizó en el año 1994 un proyecto de Senderismo que titulamos “Caminando por las Cañadas Reales”, consistente en recorrer caminando, en excursiones de un día o de fin de semana, los tramos mejor conservados de las nueve principales Cañadas Reales. En aquella ocasión el proyecto resultó todo un éxito y hoy día, que se está hablando mucho de la recuperación y aprovechamiento de las Cañadas Reales como importantes pasillos verdes donde poder realizar recorridos a pie, a caballo o en bicicleta, vamos a repetir este programa, desde Septiembre de 2008 hasta Febrero de 2009.

Pero, ¿Qué son las Vías Pecuarias? ¿Qué son las Cañadas Reales? Las Vías Pecuarias son las vías de comunicación más antiguas de nuestro país, coincidiendo su trazado a veces con el de primitivas calzadas romanas y que recorriendo la Península Ibérica de Norte a Sur, han sido utilizadas principalmente, a lo largo de los siglos, para el traslado de los rebaños trashumantes, que se desplazaban de un lado para otro del país en busca de los mejores pastos, según las diferentes épocas y estaciones del año.
En función de su anchura y por tanto de su importancia, las Vías Pecuarias se clasifican en:
Cañadas Reales: Con una anchura de 90 varas castellanas
(seis sogas de cuarenta y cinco palmos), unos 75 metros.
Cordeles: Miden 45 varas, aproximadamente 38 metros.
Veredas: Con 25 varas o algo menos de 20 metros.
Coladas: Con medidas inferiores a las 25 varas.
Aunque parezca mentira la milenaria red española de Vías Pecuarias tenía una longitud de más de 125.000 Kms., con una superficie de 425.000 hectáreas, lo que suponía el 1 % del territorio nacional. En el año 1891 se comenzaron a utilizar los transportes por ferrocarril o carretera para el traslado de los rebaños, lo que dio lugar a que los ganados dejaran de transitar por algunas de estas Vías Pecuarias, permitiéndose que muchas de ellas fueran usurpadas indebidamente, dando motivo a que en la actualidad se haya llegado a perder hasta un 20 % de estos caminos.

Fue La Mesta la que, desde el año 1.266, dio vida y protección a las Vías Pecuarias, siendo en el año 1.273, bajo el amparo de Alfonso X el Sabio, cuando se fundó el Honrado Consejo de la Mesta de Pastores, alcanzando el máximo grado de protección durante el reinado de los Reyes Católicos, entre 1.474 y 1.516. En el año 1.836, es abolida La Mesta siendo sustituida por la Asociación General de Ganaderos, que mantiene su actividad hasta nuestros días.

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