los años del reloj :
El día de mi
cumpleaños me regalaron un reloj, pero
no era un reloj normal, sino era un reloj mágico. Si tú le movías las agujas
hacia adelante te sumabas años y si las movías hacia atrás te restaban años. Yo
tenía once años y me puse con treinta años la edad de mi madre. Descubrí que no
era fácil alimentar a un niño, tampoco era fácil salir de casa a las ocho para
trabajar, mantener la casa limpia, ordenada, ETC. Ya me cansé, así que me puse
con los años de papá con cincuenta años. Era casi la misma vida que la de mama
pero un poco mayor. Era más difícil porque me notaba con muchas menos fuerza.
Después de papa volví y me puse con sesenta años. Mis hijos se habían ido de
casa a la universidad y me puse en el lugar de papá y mamá cuando me fuese a la
universidad, tenías que estar mucho tiempo preocupado por tu hijo. Y en mi
último viaje me puse en el lugar de mi bisabuela con noventa años era como
tener tres piernas, tus piernas normales y el bastón, te dolía todo y no
recordabas a nadie ni a tu hijo ni a tu hermano ni a nadie. Decidí volver a mi
estado normal y pensé: “Es hermoso vivir cada momento de la vida a la edad
adecuada”.
Autor: El niño de los sueños.
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