UN CUENTO PARA UNA IMAGEN
Entre frondosa arboleda de limoneros, ciruelos y manzanos, la feliz pareja de verderones efectuaba sus revoloteos amorosos llena de felicidad y coqueteo, hasta posarse ambos en el ciruelo cuajado de frutas y hojas y, con bastante sigilo, se posan en el cruce de dos ramas, donde un perfecto nido tejido con hierbas y musgos alberga cinco retoños casi emplumados con sus boqueras amarillas perfectamente visibles por sus posiciones de picos abiertos ante la presencia de sus progenitores.
Efectuada la primera alimentación a estos pequeños polluelos, la hembra queda acurrucando a los pequeños para mitigar el frío que padecen por causa de que las gotas del rocío nocturno han humedecido un poco el lecho del nido.
El verderón macho, remonta felizmente el vuelo y de rama en rama se pasa a su atalaya del cercano manzano repleto de manzanas maduras con un intenso color rojo y tras posicionarse con elegancia, comienza a lanzar sus trinos con fuerza ( Yiiiiiiiiiiiii, chop…..chop… Yiiiiiiiiiiiiiiii) para que lleguen hasta su amada y sus pequeñines dulcemente apretujados en el nido.
De pronto… se oye un golpe seco y el pobre pajarillo, se encoge y deja de cantar porque un “plomillo” procedente de una malvada escopetilla, se había incrustado en su pecho e intentando aferrarse a la vida, cerró sus alas y cayó derramando, gotas de lágrimas por sus ojos, sobre una gran manzana donde sin vida permaneció varios días y los rayos del sol oscurecieron la piel de la manzana, quedando dibujado el cuerpo de nuestro querido verderón para constancia de todos los niños que aprenderán a respetar la vida de estos seres tan maravillosos que nos alegran con sus perfectos trinos . Al poquito tiempo, el viento hizo mover la rama y el cuerpo inerte desapareció pero con fortuna la esposa pudo sacar sola adelante su preciosa prole para orgullo del malogrado verderón.
Dedicado al pequeño Araujo, a su padre José Manuel y al Diario Europa Sur, pues sin proponérselo, me han transportado al mundo de los sueños.
Escrito en Punta Europa( Torreguadiaro) por Paco Jiménez……”Currini”.
Entre frondosa arboleda de limoneros, ciruelos y manzanos, la feliz pareja de verderones efectuaba sus revoloteos amorosos llena de felicidad y coqueteo, hasta posarse ambos en el ciruelo cuajado de frutas y hojas y, con bastante sigilo, se posan en el cruce de dos ramas, donde un perfecto nido tejido con hierbas y musgos alberga cinco retoños casi emplumados con sus boqueras amarillas perfectamente visibles por sus posiciones de picos abiertos ante la presencia de sus progenitores.
Efectuada la primera alimentación a estos pequeños polluelos, la hembra queda acurrucando a los pequeños para mitigar el frío que padecen por causa de que las gotas del rocío nocturno han humedecido un poco el lecho del nido.
El verderón macho, remonta felizmente el vuelo y de rama en rama se pasa a su atalaya del cercano manzano repleto de manzanas maduras con un intenso color rojo y tras posicionarse con elegancia, comienza a lanzar sus trinos con fuerza ( Yiiiiiiiiiiiii, chop…..chop… Yiiiiiiiiiiiiiiii) para que lleguen hasta su amada y sus pequeñines dulcemente apretujados en el nido.
De pronto… se oye un golpe seco y el pobre pajarillo, se encoge y deja de cantar porque un “plomillo” procedente de una malvada escopetilla, se había incrustado en su pecho e intentando aferrarse a la vida, cerró sus alas y cayó derramando, gotas de lágrimas por sus ojos, sobre una gran manzana donde sin vida permaneció varios días y los rayos del sol oscurecieron la piel de la manzana, quedando dibujado el cuerpo de nuestro querido verderón para constancia de todos los niños que aprenderán a respetar la vida de estos seres tan maravillosos que nos alegran con sus perfectos trinos . Al poquito tiempo, el viento hizo mover la rama y el cuerpo inerte desapareció pero con fortuna la esposa pudo sacar sola adelante su preciosa prole para orgullo del malogrado verderón.
Dedicado al pequeño Araujo, a su padre José Manuel y al Diario Europa Sur, pues sin proponérselo, me han transportado al mundo de los sueños.
Escrito en Punta Europa( Torreguadiaro) por Paco Jiménez……”Currini”.
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