jueves, agosto 16, 2007

RECUERDOS DE LA BUENA GENTE QUE DE PRONTO UN DIA SE MARCHÓ DEL PUEBLO

No hace mucho, estuve en Jimena y decidí ir al Castillo, pero lo hice andando por la calle La Loba, recreándome en las casas y haciéndo la comparativa mental con aquellas “embarrás” y aquellos empedrados de piedra, en cuyas ranuras y bordes crecian las “yerbas punta”, algunas que otras “alberrazas” y hasta “vinagreras”. Las fachadas, son casi todas, nuevas con amplios y bonitos balcones, pero yo sigo recordando aquellas paredes revestidas con doscientas manos de cal blancas y relucientes, contrastando con otras menos blancas, pero con un gran encanto por sus arrugas sucias y apulgaradas para terminar a ras del suelo en una amplia cinta verde de musgos que era cobijo de aquellos “conejitos” escondidos entre caliches y el propio musgo húmedo y que a los chiquillos nos gustaba coger para jugar un rato con ellos. ¿existirán todavía esos “conejitos” en alguna de nuestras calles..? ¿ sabeis a que me estoy refiriendo..?, pues bien yo he leido que esos animalitos tienen origen prehistórico y su estudio para muchos científicos ha sido de vital importancia en el conocimiento del origen de las especies.
Hoy no es mi intención hablar de estos seres para muchos desconocidos y extraños pero es normal que con tantos recuerdos no queramos a veces dejarnos algunos detrás como a mi me ha pasado.

Resullta que alguien que me acompañaba en mi paseo hacia el castillo, me dice….Paco…esa es la casa de Cristóbal Delgado y con mi atolondramiento me quedé pensativo y el Cristóbal Delgado que tengo más reciente( para mi insigne, dramaturgo, escritor y poeta de Algeciras ) y que me une una gran amistad con su hijo José Maria, la verdad no me cuadraba relación alguna con Jimena y tuvieron que darme un codazo y decirme…..chiquillo… Cristóbal Delgado el Barbero…..¿ tú le conocías….?

Mi hermano José y mi cuñada Dominga, que por suerte llevan unos días por aquí en Torreguadiaro, a veces hablando de Salvador Cava y de Juan Manuel , relacionan con éstos a Cristóbal Delgado y como pasa siempre, sin querer he ido ordenando mis pensamientos y he establecido la escala de valores, que a mi precario juicio, corresponde a esta noble y buena familia siempre desde el punto de vista de “niño observador” como suelo definirme y con el ánimo de siempre que es la de describir épocas de nuestra vida que por haber sido tan difíciles de superar, lo conseguimos para orgullo de nuestros padres que tanto sufrieron y de nosotros mismos que vivimos para verlo pasar quemándonos nuestros adentros.

No se puede decir nada de los Delgados, sin que antes hablemos un poco del “agua potable” de Jimena y aunque yo era muy niño, no por eso dejo de acordarme de lo mal que lo pasábamos por la falta tan grande de agua que teníamos en el pueblo lo que repercutía enormemente en nuestros “zancajos”, “rodillas,” “gañoteras” y “sobaqueras” que en los chiquillos aparecian con una tonga de roña de una cuarta porque a pesar de estar todos los días tirados por aquellas “roaeras” para colmo con suerte nos lavaban una vez a la semana, menos mal que estaba el jabón “fenicao” y aquellos estropajos de esparto que nos hacían hasta sangre pero lo arrancaban todo por unos días.
Gracias a los Delgado( Los Barberos para el pueblo), teníamos agua buenísima para beber con alternancias de mayor o menor cantidad según estuviésemos en invierno o verano. Recuerdo que la Empresa era de tres hermanos, creo que el mayor vivía abajo en la calle Romo (padre de A. Delgado casado con Gloria y vive en Algeciras), otro hermano Cristóbal que era soltero – coquetón y otro que era el padre del Cristóbal Delgado que hoy nos ocupa y que, sin ánimo de equivocarme, primero vivieron en el Callejón de Alberto el Zapatero frente a la farmacia de Mata y después se vinieron a vivir al Barrio Arriba en la casa de Pilar La Corra ó cerca de ésta, desde donde marcharon a Barcelona ( no estoy muy seguro si primero fue la otra casa y después ésta).

Realmente no puedo acordarme de todos los “chorros” que ellos tenían, pero recuerdo algunos como por ejemplo había uno en la calle La Loba, otro en el Llano La Victoria, calle Romo y el nuestro que abarcaba el sector Calles. Santa Ana, Cuatro Esquinas, El Sol, Yustos, Ceniza, Caminete Luna, Quirós y otras y que lo nombrábamos por “El Chorrito” y allí siempre conocí a un empleado de ellos con unos noventa años al que decíamos “ Seño Alfonso el del Chorrito” muy buena persona que pacientemente aguantaba las trifurcas que montaban las mujeres en la cola Señá Mª La Vizca, Pipetas, Barruntas,La Roja Cañota y las demás mujeres con su afán de conseguir el cántaro de agua. Este hombre que vivía en la esquina de la calle Santa Ana, era el abuelo de dos amigos de mi hermano José y se llamaban Salvador y Alfonso, ambos fallecidos.

Cristóbal, tenía una hermana mayor que él y después estaban Paco, José Luis y Ricardo pero mis recuerdos de él no son como los de Salvador Cava y Juan Manuel Contreras que los tuve más cercanos y con los que pude hablar más y adquirir conocimientos de sus verdaderas identidades. Es curioso lo que recuerdo y es que cuando las guerrillas del Barrio Arriba contra el Barrio Abajo, Cristóbal llevaba en su mano derecha un palo que tenía en el extremo una gran bola de alquitrán, cosa muy común entonces pues era cuando Bañón estaba alquitranando la carretera e íbamos a “Los Coches” y mojándonos las manos en agua haciamos bolas de distintos tamaños para jugar. Los mayores iban los primeros( Cristóbal, Juan León, mi José y otros) y yo iba detrás con la chirríná dando gritos, pero esa vez los del Barrio-Abajo, habían reclutado a “El Becerro”, “El Guitita”, “José el Corneta” y otros más que nos hicieron replegar a rebollazos hasta El Risco. Menos mal que llegaron los municipales( El Cabo de la estación, Antonio y Vargas) que disolvieron a porrazos la batalla con la que tanto disfrutamos. Otra imagen de Cristóbal es la de verlo en el Chorrito de la Calle La Loba con la cabecita en aquella ventanita pequeña que había por encima del chorro de agua.

A su hermano Paco, le recuerdo con el babi blanco en la farmacia de Mata y decian que por equivocación se había comido una galleta que estaba envenenada o algo así, pero que serían “patrañas” de pueblo porque siempre le ví perfectamente bien, no hace mucho que le he visto en La Barca Moreno, pero no hablamos nada porque no me reconoció a pesar de que yo iba con mi cuñado Manolín que está ahora emparentado con él por las sábanas de abajo( como decíamos antes).
Con José Luis y Ricardo, mantuve mas contactos porque sus edades eran más próximas a la mía y con Ricardo una vez nos peleamos por causa de la mala leche que había con eso de tienes que juntarle las orejas con saliva y como me las juntó tuvimos que darnos mutuamente unos guantazos y revolcones pero no sucedió nada porque después fuimos bastante amigos e íbamos a la escuela juntos.

Hace mucho tiempo adquirí los dos tomos de fotografías que magistralmente editó en Barcelona con la colaboración de Juan León y Juan Manuel y que con frecuencia veo, pero a veces se me caen las lágrimas porque da pena observar las personas que han desaparecido y los recuerdos tan hermosos que poseemos de ellos.

No quiero dejar estas líneas, sin decir que escribo estas cosas únicamente para aquellas personas interesadas en conocer nuestras vivencias y las de todos los que nos rodeaban, sin ánimo alguno de herir sensibilidades y crear polémicas y controversias que dada la poca longevidad con que contamos, no conduce a nada y por el contrario un buen concocimiento de los nuestros nos enriquece nuestro interior.

Saludos. Curro.

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