El día de ayer era un tanto raro, porque lo mismo salia el Sol con fuerza, que de pronto se nublaba y comenzaba a llover, pero aún así decidimos ir a La Barca Moreno para ver a la familia.
Por todo el trayecto me fue lloviendo pero cuando llegamos, me encuentro a mi cuñado con unas botas de agua, chaquetón impermeable, gorra y una predisposición especial a hacer algo fuera de lo normal. Intercambiados los saludos rutinarios, me dice….. ¿ Te vienes…conmigo…? Y entonces me explica que va con su primo a marcar los puestos para ir este fin de semana de caza mayor a un coto de Jimena, dentro del parque de Los Alcornocales.
Como prácticamente lo tengo todo hecho y mi mujer se queda perfectamente con su madre y hermana charlando dentro del cortijo y a la lumbre de la chimenea, pues decidí irme sin pensar siquiera donde me iban a llevar.
Nos cambiamos de vehículo en una de las casas por detrás del Centro de Salud, pudiendo comprobar que allí se han construido unas viviendas muy bonitas y bastante grande. Ya en el todo terreno continuamos por el Puente de la Pasada Alcalá que por cierto en su estado actual da penita de verlo y es mejor no mirar al rio porque está completamente seco y el cauce repleto de chinorros y rebolluos.
Como no soy de Rusia, sino que soy de Jimena, me dí perfectamente cuenta, mas o menos a donde me llevaban por aquel carril destrozado que atraviesa “El Buho” y aquellas pendientes por las que parecia nos íbamos a precipitar cuando el vehículo patinaba por el barro y la lluvia que no cesaba, lo ponía todavía peor.
La gente de campo habla más bien poco, por lo que yo iba pensando y recordé que con mi SEAT 600 fui por esta carreterucha de caceria de perchis, un par de veces a todo lo alto de Gamero y una de ellas lloviendo y con niebla pero claro hace de esto unos 37 años, no como ahora que voy detrás un poco preocupado y con los riñones y las cervicales gritando a voces ¡ que pare el coche de una puñetera vez!.
Ya estamos viendo El Peñón de Gibraltar, se han terminados los trozos de carril medio asfaltado y vamos por una vereda ancha cubierta de barro y enormes charcos, pero es curioso ni una sola alusión a lo peligroso del viaje y a la posibilidad de una avería mecánica del vehículo.
De pronto, delante del coche veo un montón de cabras enormes corriendo y dice mi cuñado…!mira…mira… son Muflones…!y la verdad yo creí que en Jimena no teniamos esos borregotes tan grandes en nuestros montes y tampoco he oido nunca que esos bichos se coman ni formen parte de nuestra gastronomia local por lo que les dije y eso es lo que cazais vosotros aquí…. A lo que contestaron que el muflón es uno de los mas preciados trofeos de caza y a mi pregunta de que quien los ha introducido en nuestra comarca, me dicen que los primeros los trajo Ruiz Mateo a la finca de La Almoraima y desde allí se ha extendido por todas partes, así que ya lo sabemos a este tio también le debemos lo del “borregote gordote “de nuestros montes, aunque lo suyo realmente fuese lo de Supermán.
En serio, siempre he sabido que en nuestros montes había venados, corzos, jabalíes, conejos, jinetas,melones,gatos montés y otros bichejos, pero lo del muflón me ha dejado un poco tocado porque además se caza, cuesta un dineral el ir a cazarlos y además no se come ni sirve para nada pues solamente se le quita su enorme cabezota, se lleva a un taxidermista( que cobrará una barbaridad) y se pone después en el salón de tu casa para darte “cascarretazos” con los cuernos cada vez que pases por debajo.
En todos los rellanos, nos parábamos y se tiraba el maiz por aquellas cuestas para que los animales,objeto de caza mayor, puedan comer ya que hay poca bellota y además esto les mantiene la querencia en los mismos sitios. Después casi en el fin del mundo nos paramos otra vez y se marcharon con unas cintas rojas para marcar los puestos de la próxima cacería y yo me quedé junto al coche buscando setas que por cierto no había ni una sola hasta que volvieron y comenzamos el regreso ya totalmente de noche por aquellos cerros olvidados de Dios donde lo mas importante del mundo que son los muflones viven alegremente hasta que les peguen el tiro.
Espero que cuando entreis en algún mesón de esos en que están esas cabezas de muflones tan presumidas, os acordeis un poco de lo que os he contado y deduzcais si realmente merece la pena esa afición tan apasionada que comparten en Jimena por lo visto muchos cazadores. De todas formas yo escribo por escribir y tratar de deleitar pero por favor no se me tenga en cuenta si por ignorancia desvirtuo la afición por la caza del muflón.
2 comentarios:
Papá, hace tiempo que no te escribo un comentario...realmente hace tanto tiempo que no recuerdo si alguna vez he escrito alguno, pero hoy no puedo resistir la tentación de hacerlo. Ahora mismo he hecho una pequeña parada en una dura jornada laboral, y he podido pasear de tu mano durante unos momentos por lo cerros de Jimena.
Has conseguido convertir el hecho de escribir en magia, por lo que ya podemos presumir de que tenemos un artista en la familia.
Te quiere mucho,
Emi.
Pues para mi eso de matar un animal solo por tener la cabeza disecada sobre la pared es un crimen.Un saludo./uno de SAN PABLO/
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