No voy a ser distinto de los demás por eso tengo que decir que en realidad, es lo que dicen todos, que las Navidades son unas fiestas un poco tristes para los que tenemos ya cierta edad, aunque no nos consideremos viejos, pero sí que hemos vivido lo suficiente para que se nos hayan ido nuestros seres más queridos y siempre haya un “algo” en esos días que nos permita echarlos de menos a la vez que con nosotros está siempre la aceptación de que eso es así y no lo puede cambiar nadie.
Por segundo año consecutivo la noche del día 24 la hemos pasado mi mujer y yo, junto con Belén y Arturo en casa de mi otra hija Emi y su marido Carly y como es natural con mi nieto Carlos todos conjuntamente con la madre de Carly, su hermana Iracema, su marido Pepe y sus hijos Antonio Simón y Luis.
Con absoluta sinceridad os digo, que si hubiese que firmar para que esa noche la pasásemos siempre igual todos los que estábamos yo firmaria sin ninguna duda ya que gozamos de una perfecta relajación y los temas de diálogo fueron tan amenos que todos pareciamos que estábamos en nuestra propia casa.
Refiriéndonos a la parte material y gastronómica, la mesa perfectamente montada y siguiendo el mas estricto protocólo en la colocación de los comensales. En cuanto a la comida lo clásico en nuestra zona de unas familias de clase media es decir carne troceada de “pollitos” rellenos, carne de cerdo mechada, ensalada de rúcula con frutos secos, lombarda caramelizada, langostinos, Mejillones al estilo “Carly”, sopa de mariscos y de postre la especialidad de Sierra que son los flanes de huevo para lo que yo me reservé y pude tomarme dos buenos trozos sin sentirme pesado en ningún momento, todo estuvo regado con “alabariño” y Faustino Rivero reserva 2003, sin que nadie se excediese en la ingesta.
Nuestros tres pequeñines, estuvieron sentaditos en la mesita cerca de nosotros pero con total independencia delante de la chimenea compartiendo lo que les gustó más de nuestra mesa, todo también regado con su mosto sin alcohol y, se lo pasaron a lo grande con bastante libertad de movimientos.
Nosotros los españoles, tenemos la costumbre de celebrarlo todo alrededor de una buena mesa, pero cuando el tiempo transcurre sin importar mucho lo que estás comiendo, es porque el diálogo está discurriendo por unos cauces que llenan de satisfacción a todos los comensales y esto es lo que nos ha sucedido este 24 de Diciembre en la celebración de la Navidad.
Quiero resaltar que fue un éxito el que los pequeños pusiesen el “Karaoke” y nos hicieron partícipes a todos de este invento que poco a poco está siendo aparcado por otras cosas más modernas pero que esta noche cumplió su misión y casi todos nos sentimos verdaderos artífices de la canción, aunque estoy seguro que de podernos oir después, no pensaríamos lo mismo ya que lanzábamos más gallos que “Juan Calero” pero esto hizo que los tres niños se sintiesen muy a gusto en su noche de Navidad.
Todo lo que se habló estuvo marcado por la cordialidad y la amistad pero yo personalmente me quedo grabado en el recuerdo la imagen de Pepe García contándome con su expresividad característica, aquellos momentos vividos en su juventud como árbitro de fútbol en los partidos entre Castellar, Jimena y muy especialmente el famoso “derbi” entre Jimena y Tesorillo que había que tener “dos pelotas” para ponerse a pitar ese encuentro y en los tiempos que lo hizo sin ayudantes en las líneas laterales y claro tuvo que salir corriendo porque se lo comían a pedradas.
Parte de los asistentes, se marcharon para oir la tradicional Misa del Gallo y los demás continuamos con nuestro Karaoke hasta que regresaron los de la Misa y como los “peques” tenían sueño nos despedimos como se suele decir ¡cada mochuelo a su olivo¡ no sin ganas de meterle pulso otra vez a aquel trozo de flan tan bueno que quedaba en la cocina.
Un fuerte abrazo a todos.
1 comentario:
Estoy deseando ver el video. La verdad es que disfruté mucho esa noche en la que reinó el verdadero espiritu Navideño, derrochando alegría y felicidad.
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