jueves, diciembre 27, 2007

ENCUENTROS Y REFLEXIONES EN LA CUESTA DE LA "COSCOJA"

Estoy seguro que todo el que sea de Jimena ha de saber donde está la vereda de la Coscoja, que por suerte desde hace años, adquirió el rango de carretera-boquetera pero que últimamente se encuentra en un estado de asfaltado bastante aceptable y “a lo pasao…., pasao está”. En cuanto a las casas de la entrada, la verdad es que ha mejorado bastante, las antiguas se están reconstruyendo y ya ni siquiera se acuerda uno de que a aquella zona se le decía “El Barrio de Las Latas” por las chabolas hechas de latas y Uralita donde tristemente vivían personas, bastante honestas por cierto como por ejemplo mis amigos José y Juanito “ Los cornetas” con los que hace tiempo he hablado muchas veces en Algeciras y una de sus hermanas que no hace mucho en unas de mis “sesiones” en el hospital Punta Europa me dijo con orgullo que ella había vivido en el Barrio Las Latas y no dudé un instante en reconocerla y decirle….! Tu eres hermana de Juanito el Trompeta( en Jimena era indiscriminado el término trompeta con el de corneta) y se acordaba de mi padre Sebastián Orellana.

Como voy todas las semanas a La Barca Moreno,tengo que pasar por fuerza por la carretera de la Coscoja y casi siempre veo a personas muy conocidas mías como por ejemplo a Antoñín Muñoz, muy amigo mio que fue y además compañero de estudios y que según me han contado tiene una finca rústica allí y siempre anda por allí porque está jubilado.

Resulta pues …un día que iba en mi coche con mi mujer, veo en la carretera a una persona un tanto mayor con su caña de pescar y un cubo en la otra mano con ademanes tímidos de hacer auto Stot por lo que paré mi vehículo, ante la extrañeza de Yeya que me dijo….Paco ¡ que vas a hacer!.. pues no suelo montar a desconocidos, pero le dije no te preocupes a este lo vamos a llevar. Me bajé y le invité a subir y aquella persona me miraba entre agradecido y sorprendido a la vez porque le dije….. José…siéntate cómodo y una vez arranqué el coche le volví a decir…José.. que es lo que pescas tú en el rio Guadiaro, a lo que contestó…. Mire Vd. aquí se cogen unos peces que están buenos y nosostros los llamamos “picones” pero su nombre verdadero es “barbo”.
Tras el silencio de no saber como continuar la conversación, le volvi a decir José… tu sabrás lo que es una “manigueta”, una “patacabra”, un “tirapié”, una “candileja”, una “pileta” un “pié de hierro” y ambos sentimos en aquel instante que nos conociamos de siempre y el olor a “cambrillones” entró dentro de nosotros y sin poderse contener me dijo con respeto y ¿Vd. quien es….?... pero no tardó nada en decirme…!eres Currini..! y yo le dije… José tu eres el “Chirdi” al que reconocí nada más verlo en la carretera a pesar de que hacía 40 años que no le veía pero me hizo pasar unos momentos muy agradabables ya que me explicó muchas de las cosas buenas que mis padres hicieron con él pues yo era bastante pequeño cuando su padre fue a mi casa y habló con el mío para trabajar de aprendiz de zapatero y como se fueron a vivir de la calle Yustos a la Barriada de la Estación, el pobre Chirdi venia todos los días en bicicleta, era muy trabajador y simpático además. Después se marchó a Barcelona y ha regresado hace unos años como las aves migratorias.

Otro encuentro en la Coscoja fue con Agustín Benitez (Caldera) pues habían cortado la carretera por una avería en las tuberías del agua, así que me bajé del coche y allí estaba Agustín que se vino para mi en cuanto me vió a saludarme y como no….. estuvimos recordando un poco nuestra convivencia en la escuela de Don Bernardo Periñán, lo travieso que éramos y lo bueno que estaban los bollos con manteca americana y la leche en polvo. Este Agustín se aficionó al toreo y se le veía en aquel grupo del “Charquito”, “Tobi Caín”, “El Niño La Granja”, “Luis El Torta” y “ El Loco de las Arbiertas” que de “ganao” bravo entendia musicalmente muchísimo.

Como podeis ver, cualquier lugar de Jimena, es apto para pasar un buen rato pero si además quereis hacer fotos espectaculares del pueblo y su castillo, sólo teneis que situaros en lo alto de la Cuesta de la Coscoja y me dareis toda la razón porque todo aquello nos invita a soñar despiertos.

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