Es curioso, esta mañana estuve reflexionando sobre lo que nos ocupa hoy, que es la llegada de los Reyes Magos pero en un momento decidimos de venirnos a Sevilla y después de comer salimos para acá y ya estoy perfectamente instalado en casa de mi hija Belén y como tengo un ordenador por delante, no quiero dejar de pasar la oportunidad de dejaros mi reflexión para no tener que esperar hasta el año que viene pues si lo dejo para mañana ya quizás no sirva.
En Jimena viví durante años esto de Los Reyes con unas sensaciones que no podré olvidar nunca pues, como quizás os haya contado en otras ocasiones, allá por los años 1950 todos los niños desde el mes de Noviembre ya estábamos pendientes de que llegasen los juguetes en aquellos enormes cajones de madera y que traian desde la estación del ferrocarril los arrieros “Moyita”, Manolito el Molinero” y “ Valdivia” para entregarlos en las tiendas de Martín Castro, Bartolo Macías, Miguel Ramos, Los Hermanos Calleja y Pedro Núñez.
Una vez colocados en el escaparate a últimos de Noviembre la distracción la teníamos servida y consistía en visitarlos unas pocas de veces al día y pegar nuestras pequeñas cabecitas en los cristales de los escaparates y soñar despiertos con los juguetes que entonces había y que eran maravillosos como las pistolas y escopetas con aquel muelle que se estiraba y permitia que se le pusiese el tapón en el cañón y al disparar salia volando pero se quedaba colgado porque estaba atado con una cuerda, Los sables de fleje, los tranvías de lata, las motos, coches, camiones, burros de cartón, armónicas, loterias, parchesis , mecanos, arquitecturas etc. Etc. Etc. Etc.
Yo solía poner mis botinas de goma y aparte de un juguete también me dejaban polvorones, pasas, higos, almendras y caramelos. Cuando yo era pequeño no recuerdo que hubiese Cabalgata de Reyes pero si me acuerdo de que en los escaparates el dia antes de Reyes, sentaban en el escaparate a un Rey Mago con sus barbas, manto y corona tan disfrazado que no podíamos saber de quien se trataba, sólo que dentro del escaparate sudaba el pobre hombre como un pato mojado.
Esa ilusión tan grande y ese despertar el dia de Reyes por la mañana, permanecerá dentro de mi per sécula seculorum.
En Algeciras he vivido la sensación de padre con mis dos hijas y fui agraciado por el Don Divino de ser un año Rey Mago en el año 1976 con el nombre de Baltasar y aparte de pasear vestido de Rey por las calles de esta Ciudad estuve en casi todas las casas de mis compañeros junto con Melchor y Gaspar y como todo eran compañeros de trabajo, se portaron muy bien con nosotros. Quisiera que vieseis aquellas caritas cuando entrábamos en las casas y les deciamos teneis que ser todos muy buenos y ellos contestaban ¡ Si Señóoo Rey ¡. Todo tiene su anécdota y que es que la corona me pesaba mucho y me dolía bastante la cabeza por lo que tuve que tomarme primero un Okal y después más tarde un Optalidón, hasta que un compañero me dijo Paco el dolor de cabeza es de la barba y no de la corona y efectivamente tenía razón porque el bigote y la barba blanca estaban sujetos por unos elásticos a las orejas con tanta fuerza que cortaba la circulación de la sangre. Muchos pequeñitos lloraban al acercarse a nosotros pero los mas mayorcitos flipaban de alegría y entusiamos. La entrega de juguetes se hizo en Instituto Isla Verde y resultó de lo más emocionante.
Bueno tengo que dejaros para salir por Sevilla un ratillo y cenar algo. Un abrazo y que los Reyes Magos hayan venido cargados de cosas buenas para todos.
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